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Las cuadrillas dan buena cuenta de su talo con chorizo Ignacio Pérez/ Jordi Alemany/ Fernando Gómez

40 minutos de cola para conseguir un talo en un atestado mercado de Santo Tomás

Un ambiente primaveral y la coincidencia con el arranque del fin de semana ha animado a la asistencia al mercado navideño

Viernes, 21 de diciembre 2018, 10:23

Santo Tomás ha exhibdio hoy todo su esplendor impulsado por un ambiente primaveral, casi más propio de Aste Nagusia que de mercado prenavideño. De hecho, a los asistentes les sobraba la chamarra con los casi 20 grados que marcaban a mediodía los termómetros en ... el epicentro del recinto festivo, a reventar a la hora de comer. Hasta 40 minutos de cola ha sido necesario hacer para conseguir un talo con chorizo que permitiese recargar las pilas.

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El buen tiempo ha animado a los ciudadanos a acudir al mercado desde muy pronto. Ya se sabe: sin paraguas, las manos van con más ligereza a la cartera –a la propia y a la ajena, ¡cuidado!– y también se llevan mejor las bolsas con viandas, aunque en esta feria siempre se dan casos prodigiosos de auténticos 'prestidigitadores' que son capaces de acarrear compras, móviles, carteras, talos y vasos de sidra sin dejar caer nada. O casi nada (si no, que se lo pregunten a los heroicos operarios del servicio de limpieza). «La gente se porta bien, sobre todo al principio, luego ya... Los compañeros de la noche se llevan alguna sorpresa», comentaban unos empleados municipales, que iban de aquí para allá con sus contenedores y su inquebrantable discreción sobre los hallazgos nocturnos.

A la gente se la veía con ganas de comprar: los clientes madrugadores se han aplicado. Tienen fama de ser los más exigentes, los que van a por el mejor género antes de que se agote y de que lleguen las colas... les encanta tener 302 casetas de venta a su disposición, recién abiertitas, todavía sin aglomeraciones y con el género colocado como para un bodegón del Museo de Bellas Artes. Porque en Santo Tomás todo brilla... los relucientes tomates, los tarros de miel que lanzan guiños dorados, los embutidos que parecen recién barnizados. Begoña Lumbreras, del baserri Momoitio, de Berango, vendía en uno de los puestos de verduras más exuberantes y con mejor 'decoración'. Sus guindillas, preciosas, sus calabazas, increíblemente grandes... «Todo tiene que entrar por los ojos -explica-. Mi marido es el más preocupado por colocarlo todo bonito, pero somos un equipo. Alguna discusión ya tenemos por ello, cada cual tiene su idea... Pero lo importante es que quede todo perfecto, porque hoy es un día importante: el premio a mucha labor».

Con un brazo escayolado -«gajes del oficio»- que no le impedía embolsar y trajinar con sus hortalizas, a Begoña se la veía emocionada: «Nos vienen clientas de siempre. Nos siguen. Yo las admiro por ello». Y esa admiración es mutua. Karmele Carcedo, una compradora, se ha quedado prendada de una escarola exuberante, que lo mismo sirve para alimentar a tres familias numerosas que para ponerla de centro de mesa de lo bonita que está. «Se la ve fresquita, de la zona... ¡y grande!», alaba Karmele, que también ha comprado en la feria otros productos más calóricos, como pan y queso, para compensar quizá.

Vamos, que los productos se han puesto 'guapos' para seducir. Porque no sólo hay que estar bueno, también hay que parecerlo. Y, muy importante -algo que sabe toda persona con unos mínimos conocimientos en técnicas de seducción-, es imprescindible oler bien. En Santo Tomás, los reclamos olfativos son brutales. En el Arenal, Alberto y Marisol, un matrimonio madurito de Begoña, no ha podido resistirse. Ha sido llegar y atacar al talo con chorizo. Así, sin preámbulos. «No venimos a comprar, venimos a esto, es tradición. Hoy al colesterol no le haces caso, no le preguntas...», dice él entre bocado y bocado. Ella asiente, más que nada porque tiene la boca llena. Cuando por fin puede hablar, lo hace sin medias tintas. «Hoy es un día para comer y disfrutar. He visto al alcalde... pues tenía cara de triste, yo creo que porque anda de aquí para allá y no ha comido», analiza. O más bien, sentencia.

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Estómagos mayores... y privilegiados

Está claro queno era día para comedimientos. La feria olía a horno de pan, a grasita de chorizo que chisporrotea en las chapas, a cerdo asado, a alubiadas, a penetrante pimentón... y, sobre todo, a ganas de pasarlo bien. Ha habido gente que, queriendo exprimir el día al máximo, ha 'estrenado' los puestos poco después de las 9.00. Y a lo grande. Con talos y vasito de sidra. Un desayuno que será la pesadilla de un dietista, pero el sueño de muchos ciudadanos, «sobre todo, de los más mayores». Así lo afirmaba Patxi Rincón, de Laiene Jatetxea (Amorebieta), quien con sus palabras no dejaba lugar a dudas de que la evolución del ser humano está derivando hacia estómagos cada vez más débiles. Para ilustrar sus palabras -como si hubiese sido invocado por algún tipo de magia-, apareció en la barra un señor octogenario -como mínimo- que abrió ceremoniosamente el billetero para pagar su talo con morcilla y su txakoli. Miró su comida con sus gruesas gafas, casi con talante científico, y le debió de parecer bien, porque le hincó el diente con satisfacción.

En los distintos puntos del recinto -Arenal, Plaza Nueva y este año, como novedad, la zona del Arriaga- palpitaba con fuerza el espíritu festivo, con una ecléctica muestra de todas las castas de los 'santotomaseros' -poteadores, atareados vendedores, clientes expertos, políticos locales, policías uniformados y de paisano...- que forman parte de este curioso ecosistema que cada año se genera en el corazón de la villa. Una de las 'especies' que se ha podido encontrar este viernes es de nueva incorporación: la de huelguistas fieles al lema 'más vale talo en mano que reivindicaciones volando'. Cuatro jóvenes conductores de Bilbobus en huelga -vamos a omitir sus nombres- y recién llegados a Santo Tomás tras realizar sus protestas compartían una botella de sidra y daban buena cuenta de sus talos Comentaban las novedades de su conflicto laboral, precisando que «aunque están pasando una etapa desagradable», eso no debe ser motivo para que se les quite el hambre ni las ganas de ir al mercado. «Hay que compaginar la vida laboral y la personal. Otros años nos toca currar... No hay mal que por bien no venga», afirmaban mientras comían a dos carrillos y bebían con la despreocupación de quien no tiene que conducir.

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¿Más 'especies' de la fauna ferial? Pues sí, los que recuerdan con cariño y nostalgia otras ediciones, algunas muy lejanas. «Esto ha cambiado mucho. Yo soy de caserío, de Galdakao, y venía con mi madre a vender capones y alguna cosita más que traíamos. A lo mejor veníamos con una docena de capones. Te estoy hablando de cuando tenía 9 años, y ahora tengo 82. Me acuerdo de que venían rebaños de pavos y, como este no es territorio de pavos, yo me quedaba mirándolos. Un año había hecho la Comunión y llevaba un traje de marino con botones dorados, y fue un pavo, me dio un picotazo y me comió un botón», relataba Jon Irusta, de 82 años, que acudió a esta especial cita con su hija Oiane y su yerno Fernando. Con varias décadas menos, una cuadrilla de veinteañeros de Deusto que llevaba un carrito del 'super' lleno de sidra también echaba la vista atrás: «Nos traían de excursión del cole. Te vestían de baserritarra y te traían a bailar danzas vascas», evocaba Josu, uno de ellos. ¿Hoy lo haría? «Si surge la ocasión, por supuesto, pero tampoco es mi prioridad».

Jorge Fernández entrega las distinciones en presencia de las autoridades. Ignacio Pérez

Homenaje a asociaciones en favor de las mujeres

En el acto oficial de inauguración de la feria, con el presentador de televisión Jorge Fernández como maestro de ceremonias, la Fundación BBK, entidad organizadora del mercado, ha llevado a cabo un homenaje a cinco asociaciones que trabajan en Bilbao en favor de las mujeres y en contra de la violencia de género: Bagabiltza, que trabaja en la formación e integración sociolaboral de las mujeres; Haize Berria, de apoyo a las mujeres que han sufrido violencia machista; Askabide, que ayuda a las mujeres del entorno de la prostitución; Clara Campoamor, de apoyo integral a las víctimas de violencia de género; y Piper Txuriak, asociación de hombres que centra su labor en la concienciación del problema.

El director general de la BBK, Gorka Martínez, ha resaltado que «todo lo que se haga es poco» en la lucha contra la violencia machista y ha destacado que la labor de dichas asociaciones es «más necesaria que nunca».

Al acto ha asistido también el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, quien ha considerado «un acierto» que los organizadores de la feria de Santo Tomás hayan «focalizado» esta edición en la lucha contra la violencia machista, especialmente «cuando estos días hemos visto cómo una mujer -en alusión a Laura Luelmo- ha sido vilmente asesinada».

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