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helena rodríguez
Jueves, 7 de mayo 2020, 11:30
Una de las preguntas que más se hacen estos días quienes viven del turismo y quienes no conciben un verano sin playa es cómo va a afectar el Covid-19 esa rutina tan estival de toalla, baño y brisita marina. No hay municipio costero español ... que no se devane los sesos estos días para encontrar esa solución que conjugue salud y disfrute. La mayoría de las opciones pasan por el control de accesos o el distanciamiento entre usuarios -dos posibilidades no tan sencillas como parece-; los hay que apuestan por la tecnología y otros siguen analizando qué camino tomar. De todas formas, en la mayoría de los casos no se podrá hacer uso de los arenales para tomar el sol hasta la fase 3 de la desescalada, es decir hasta el próximo 8 de junio, si todo va bien.
A estas alturas queda claro, además, que la solución no puede ser la misma en las costas del norte de España que en las de la franja sur. Una de las razones tiene que ver con las mareas, cuyo impacto en la lengua de arena del Cantábrico no tiene nada que ver con lo que pasa en el Mediterráneo, por ejemplo.
Bizkaia
¿Un bañito?
Bizkaia (@Bizkaia) May 7, 2020
Ahora toca Bizkaia
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El diputado general Unai Rementeria ha desvelado en los últimos días que el ente foral estudia cómo prepararse para, entre otros cosas, abrir los 28 arenales del territorio . Así, ha desvelado que se tomarán «decisiones» en base a aforos y mareas, entre otros aspectos. El pasado año desfilaron más de 2,8 millones de usuarios.
Sanxenxo
El alcalde de Sanxenxo (Pontevedra), Telmo Martín, presentó este pasado miércoles su propuesta para poder reabrir su playa más concurrida, la de Silgar. Y es uno de los planes más pormenorizados que se han dado a conocer hasta ahora. El número de bañistas tendrá que verse reducido sensiblemente. Este verano, si se puede ir avanzando en las fases de desescalada, esta lámina de arena urbana tendrá un aforo de entre 1.560 y 2.340 personas, lo que viene a ser entre un 50% y un 75% de su capacidad habitual. El espacio estará dividido en cinco sectores y contará con 780 cuadrículas, de colores diferenciados para que los usuarios puedan localizar su parcela. Cada zona estará acotada en un espacio de 3x3 metros que, en función del número de personas que vayan juntas, se podrá ampliar hasta cuatro cubículos.
Se reservarán dos franjas longitudinales para albergar usos y servicios: una entre el mar y las primeras parcelas, que será una zona de paseo y juegos para niños. Tendrá como poco 7 metros de ancho con marea alta y 30, en bajamar. La otra, dedicada a servicios como baños o salvamento, estará situada en la parte trasera, pegada al muro del paseo con un ancho de ocho metros. La playa tendrá cuatro accesos perpendiculares de seis metros de ancho desde el muro hasta el agua y habrá pasillos interiores entre las parcelas para facilitar la entrada y salida de los bañistas. Cada dos líneas de cuadrículas habrá pasillos paralelos de 3 metros de ancho para facilitar la entrada y salida de los bañistas. Habrá personal de atención al bañista.
Lloret de Mar
Los responsables municipales de Lloret de Mar ha optado por controlar y limitar el aforo de todas sus playas, incluidas las más concurridas: la Platja Gran y la de Fenals. Estas serán divididas en tres sectores: uno para las personas de más de 65 años; otra para familias con niños, y la tercera para adultos sin niños y cuadrillas. Los chiringuitos seguirán abiertos pero existen dudas sobre cómo funcionarán las duchas y algunos servicios públicos.
Salou
En Salou la opción que se presenta como la mejor a la hora de controlar los accesos a las playas es la de las franjas horarias, de manera similar a como ya se hace ahora: cada colectivo a unas determinadas horas. Esta opción requerirá de vigilancias y controles que los responsables municipales ya tienen casi programados.
Sitges
Algunos empresarios de la restauración de Sitges apuestan por colocar palos a una distancia de un metro y medio para señalar las plazas que se pueden ocupar en el arenal. Otras de las opciones que se barajan, además de los obligados dos metros entre bañistas, son establecer controles de aforo y zonas para entrar y salir. Además se apuesta por cribar la arena cada mañana, cerrar los parques infantiles y las zonas de ejercicios y establecer horarios de apertura y cierre las playas. Habrá que olvidarse usar colchonetas en las hamacas y limitarse a usar toallas individuales.
Fuengirola
En Fuengirola, con siete kilómetros de playa, apuestan por usar la inteligencia artificial. Una empresa local ha diseñado un programa que incluye la instalación de entre 50 y 60 sensores en las farolas del paseo marítimo. Estos dispositivos calibrarán el grado de ocupación en base a una red de cuadrículas virtuales dibujadas sobre los arenales, y medirán el volumen en tres dimensiones de las personas que entran y salen. Todo ello permitirá saber, en tiempo real, cuánta gente hay, evitando así aglomeraciones. La tecnología también será protagonistas en Punta Umbría donde la Policía Municipal contará con el apoyo de drones. Y en Vélez-Málaga apuesta por un tractor para delimitar sobre las arena parcelas de dos metros y medio.
Conil
Como pasa en otros muchos municipios costeros de Canaria, Baleares o el Mediterráneo, el alcalde de Conil, Juan Bermúdez, ha anunciado que aún no se ha tomado una decisión sobre cómo regular el acceso a sus playas. «Las playas de Costa de la Luz son muy extensas, con kilómetros de arena, y controlar el aforo es mucho más complicado porque cada uno de estos espacios costeros tienen multitud de accesos por el litoral», ha explicado.
Croacia
La filosofía en Croacia, una de las zonas de costa de Europa con mayor atractivo turístico, es que no haya prohibiciones de ningún tipo, «solo precaución», según ha anunciado hace pocas horas el director del Instituto de Sanidad Público del país, Krunoslav Capak.
Italia
Con todo aún por decidir en Italia barajan la posibilidad de colocar mamparas de plexiglás que aíslen a los bañistas. Se contempla que las parcelas midan 4,5 metros de largo por 2 de alto.
El tema de las playas preocupa, tanto, que hoy Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha hablado sobre ello en su comparecencia diaria. El epidemiólogo ha afirmado que las franjas horarias establecidas a nivel nacional «pueden no valer a determinados territorios» y ha anunciado que «las que tengan lógica clara relacionada con la salud, Sanidad estudiará adaptaciones de los horarios». En cuanto a cómo podría afectar el viento en a propagación del Covid-19, Simón ha dicho que «si se disemina el virus también hay menos riesgo de que otras personas puedan inhalar una cantidad suficiente para contagiarse». De esta forma, en los arenales con rachas más intensas se «dispersan más los posibles virus». No obstante, el experto ha puntualizado que aún se están analizando todos estos matices.
Por su parte, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) considera que es «muy poco probable» infectarse con Covid-19 por estar en contacto con el agua durante las actividades recreativas habituales en las piscinas o playas. Este organismo ha incidido en que la principal vía de transmisión -también en la playa, en los ríos, las piscinas o los lagos- son las secreciones respiratorias que se generan con la tos, los estornudos, y el contacto de persona a persona, por lo que las recomendaciones que se deben atender en esos sitios son las mismas que en otros lugares.
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