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Cientos de personas han acudido este sábado al BEC de Barakaldo para examinarse de los exámenes de euskera de HABE. Una prueba a la que muchos acuden con la esperanza de obtener un título que, en muchos casos, les abra la puerta a obtener una ... plaza fija en la Administración o, simplemente, consolidar su carrera profesional.
En este contexto, proliferan los anuncios en internet en los que los opositores buscan euskaldunes que se presenten por ellos a cambio de una remuneración que, en algunos casos, puede llegar a los 2.000 euros.
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Iñigo Fernández de Lucio
Rubén Lorenzo aguarda a que su hija menor de edad salga de la prueba del C1. «Entiende» que haya quienes recurran a la picaresca para acreditar el perfil lingüístico, pero le parece «mal». «Hay muchas personas estudiando para este examen y están todos en la misma situación», recalca. Durante la conversación, llega la joven después de hacer el examen. Explica que hay «mucha gente» supervisando la prueba, «dando vueltas todo el rato entre las mesas» y «vigilando» que nadie haga trampas. Cree que es «muy difícil» que alguien se haga pasar por otra persona.
Una de esas supervisoras que se encarga de velar por que todo transcurra en orden es Itxaso Sainz Núñez. Es la primera vez que le toca vigilar la prueba pero explica que hay un protocolo para garantizar que se desarrolla con todas las garantías. Cuestionada por las medidas concretas de seguridad, afirma que son «las mismas» que en cualquier otra prueba de estas características. «El DNI debe estar presente en todo momento en la mesa y nos fijamos bien en que la persona que hace el examen es la de la foto», argumenta.
No obstante, Abel Sánchez, un joven de 26 años, considera que la seguridad se puede burlar fácilmente. En su caso, «nadie» ha comprobado que él es quien aparece en su foto del DNI. «Solamente han mirado que el nombre que he puesto en el examen es el que aparece en el carné». Se muestra crítico. «Si realmente la preocupación es que la gente aprenda euskera, no estaríamos aquí. Estaríamos en un euskaltegi, en un Barnetegi o haciendo cualquier otra actividad que garantice que aprendemos. Aquí no se demuestra nada», censura. Trabaja en la Administración y es la tercera vez que se presenta al C1. No le sorprende que haya quien esté dispuesto a hacer trampas, aunque no lo comparte.
A Leire Elgezabal y Saioa Madariaga, en cambio, sí les sorprende que alguien esté dispuesto a incurrir en un posible delito para aprobar. «Si te pillan puede haber represalias muy serias para los dos, para quien deja su DNI y para quien se presenta», consideran, a la salida de la prueba. Afirman no conocer «ningún caso» y aunque entienden que pueda haber funcionarios que estén «desesperados» por acreditar el perfil lingüístico, «no es nuestro caso», dicen.
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