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«Se busca chico para hacer por mí el examen de euskera B2 o C1 de HABE, preferiblemente C1. Se paga muy bien: en principio, 2.000 euros por el C1 o 1.000 por el B2». «Por la necesidad de mantener mi puesto de ... trabajo actual necesito que un chico de 30-45 años realice el examen de B2 de euskera por mí para poder acreditar el perfil. Por supuesto, pagaría muy bien tras obtener los resultados». «Busco chica morena de unos 30 años para que haga por mí el examen de euskera B2 o EGA. Bien pagado con examen aprobado».
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En los portales de anuncios en internet se pueden encontrar infinidad de ofertas de trabajo, pisos para alquilar, venta de coches, muebles, viajes... Incluso citas. Pero estas últimas semanas han proliferado también mensajes como los tres que abren este artículo relacionados con los exámenes de euskera que este viernes y sábado se celebran en el BEC y que están organizados por HABE –el Instituto de Alfabetización y Reeuskaldunización de Adultos, dependiente del Gobierno vasco–. Un auténtico mercado negro espoleado por la imperante necesidad que tienen muchas personas de lograr un título que les abra las puertas de una oposición y, con suerte, de un trabajo fijo como funcionario en una administración pública.
La 'transacción' es tan sencilla como ilegal: el opositor paga una considerable cantidad de dinero –2.000 euros o incluso más– para que el experto en euskera acuda por él a la prueba. Se buscan perfiles físicos similares para que el segundo pueda presentar el DNI del primero en el acceso al recinto.
Las razones que esgrimen los anunciantes para buscar un suplantador, según ha podido comprobar EL CORREO, convergen todas en un mismo campo: el laboral. Así, por ejemplo, una mujer que ronda la treintena asegura «necesitar» el C1 (o PL3) para estabilizarse en su carrera profesional y dejar de encadenar contratos temporales. Un segundo usuario afirma estar «desesperado» por sacar el perfil lingüístico y acceder a la función pública. A pesar de que actualmente trabaja en el sector privado, afirma que lleva «años» preparándose para la oposición. Cuenta con una carrera y un máster. La casuística se repite en otros contactos.
Las cantidades de dinero que se mueven en este mercado varían y muchas veces son negociables. Un porcentaje se paga por adelantado y el resto, una vez finalizada la prueba, siempre y cuando se apruebe el examen. «El dinero te lo daría en mano», puntualiza una de las usuarias. «No sé lo que se paga por estas cosas. ¿Qué te parecen mil euros?», añade. Otro anunciante delega la decisión de fijar la cantidad. «Probablemente tú sepas mejor cuánto te llevará preparar el examen», argumenta.
La principal preocupación de los usuarios es que la persona dispuesta a sustituirle se parezca físicamente. «¿Qué color de pelo tienes? Espero que no seas rubia», cuestiona una anunciante (morena). Otra, lógicamente, es la edad. De ahí que algunos especifiquen que buscan a una persona «de entre 30 y 45 años», una «chica morena de unos 30 años» o una «mujer de 50 años».
La seguridad en las pruebas de idiomas no son algo sofisticado. Básicamente consisten en pedir el DNI a quienes se presentan. En el caso de los exámenes de HABE, el documento debe estar encima de la mesa permanentemente para que los revisores puedan verificar en cualquier momento la identidad de quien está realizando la prueba. En el caso de la fase oral, es necesario entregar el carné a las personas del tribunal.
Según explican fuentes del Gobierno vasco consultadas por este diario, en los últimos años no se ha detectado ningún caso de este tipo en los exámenes del IVAP. En cambio, HABE sí tuvo el año pasado una sospecha de que la persona presentada no era la que figuraba en el DNI.El caso se puso en conocimiento de la Ertzaintza. Hasta que no finalicen las pesquisas, el resultado de esa prueba se encuentra congelado.
Fuentes policiales aseguran que esta práctica podría ser constitutiva de un delito de falsedad de documento, tanto para quien se presenta como para quien presta el DNI, en calidad de cooperador. Se trata de un delito previsto en el Código Penal que puede conllevar penas de prisión de seis meses a dos años.
La Policía Nacional ha detenido este viernes en San Sebastián a cuatro personas por suplantar la identidad para superar el examen teórico del carné de conducir. Dos de los arrestados se desplazaron desde Navarra y Hospitalet de Llobregat para, previo pago de hasta 2.000 euros, hacer las pruebas por los verdaderos aspirantes. Otro examinado fue pillado intentando superar el examen mediante «un novedoso sistema tecnológico que, a modo de código morse, le facilitaba las respuestas a través de vibraciones de un pequeño teléfono».
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