Temporal de viento en el aeropuerto de Loiur
«El viento nos sacudió por todos lados durante una hora, ha sido como volar en una lavadora»Secciones
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Temporal de viento en el aeropuerto de Loiur
«El viento nos sacudió por todos lados durante una hora, ha sido como volar en una lavadora»«Aquello se movía como una lavadora. Escuché vomitar a más de una persona». Andrés es un ingeniero que este miércoles regresaba a Pamplona por motivos de trabajo, vía aeropuerto de Bilbao. Abordó un avión de Vueling en Barcelona a las 21.34 horas. El ... plan era aterrizar en el aeródromo vizcaíno apenas una hora después para coger un coche de alquiler que le llevara a su hogar. Pero este profesional del sector eléctrico no contaba con la borrasca Ciarán, que en las últimas horas ha provocado el caos en 'La Paloma', con una treintena de conexiones canceladas o desviadas y cerca de 5.000 pasajeros afectados. La ciclogénesis le hizo pasar «un mal rato» y le alejó de su familia por dos días más.
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Julia Fernández
De entre todos los aviones que vieron su hoja de vuelo modificada, el de Andrés fue probablemente el que más incomodidad sufrió. El Airbus 320 estuvo durante 55 minutos dando vueltas sobre Bizkaia, esperando una rendija en el temporal de viento para tratar de tomar tierra, en mitad de una turbulencia constante. «Veíamos que el aparato viraba una y otra vez. Describía círculos mientras las rachas de aire nos sacudían de lado a lado. Era desesperante porque no acabábamos de descender», cuenta el ingeniero.
El piloto del vuelo VY1436 estuvo haciendo lo indecible para no tener que desviarse, aunque eso supusiera que el pasaje acabara «totalmente mareado». «Había gente preocupada. Vi algo de miedo. Pero también había personas, yo creo que muy curtidas en vuelos, que nos lo tomamos con resignación, calma pero también con molestia, porque no es agradable estar en plena turbulencia durante tantísimo tiempo».
Tras casi una hora dando precisas vueltas (fueron hasta seis en un perímetro con Galdakao, Getxo y Llodio como vértices), el comandante decidió regresar a Barcelona. A las 00.14 horas, el aparato tomo tierra en El Prat, de donde había despegado casi tres horas antes. Este viernes, Andrés ha decidido quedarse y rematar el trabajo que dejó pendiente para regresar a casa, con su familia, el fin de semana. «Tampoco me quería arriesgar a volar hoy, porque la borrasca sigue».
Entre las ocho de la tarde y la medianoche de este jueves, solo tres aviones pudieron aterrizar en Loiu. Otros 14 fueron desviados. En uno de esos tres viajaba Nekane Gartzia, natural de Barakaldo. Esta joven llegaba a Loiu desde Málaga en un aparato de Volotea y felicitó públicamente al comandante. «He coincidido varias veces con el piloto, Aitor, y le veo capaz de hacerlo hasta con los ojos cerrados», asegura. «Es un fenómeno», añade.
Para Nekane, los momentos previos al aterrizaje, cuando el aparato surcaba la desembocadura del Abra, fue «como ir montado en el Dragón Khan (la montaña rusa de Port Aventura)». El pasaje no lo pasó mal porque «Aitor nos fue narrando con humor y tranquilidad la situación al minuto».
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