El parque de viviendas vacías que nunca se han ocupado en Bizkaia cae a la mitad en dos años

El documento hace referencia a aquellos pisos que desde que fueron adquiridos no han contado con inquilinos. Siempre han estado vacíos. Los datos hablan de que esta tipología de hogares se ha reducido a la mitad en los dos últimos ejercicio. Han pasado de representar el 5,4% de las viviendas no principales al 2,4% (1.125 pisos). También han descendido de forma significativa los hogares que llevaban más de dos años cerrados. Si en 2021 el 20,4% de las viviendas secundarias llevaba más de 24 meses sin ser usadas, en diciembre del pasado ejercicio el porcentaje cayó siete puntos.

Estos inmuebles son, junto a los primeros mencionados, a los que se les podría aplicar el canon de diez euros por metro cuadrado, una medida que aprobó el Gobierno vasco en 2021 para movilizar vivienda. A falta de analizar las excepciones, el Departamento asegura que será «a finales de año» cuando detallen a cuántos inmuebles se les podrá fijar el gravamen. Ante este escenario, todo apunta a que si el porcentaje de vivienda vacía se ha mantenido estable en 2023 ha sido porque han crecido los pisos deshabitados por un menor tiempo. El propio Gobierno vasco aseguró haber detectado «un movimiento especulativo» en el territorio tras la pandemia. Es decir, personas físicas que compraron vivienda para sacar «una rentabilidad más adelante».

Ahora mantienen el mismo razonamiento. El Departamento alude que las viviendas que llevaban años vacías ya «se han puesto en alquiler o venta para sacar rédito de ello». «En un mercado tensionado, donde la demanda supera ampliamente la oferta disponible, los pisos deshabitados funcionan como una variable de holgura», aseguran. Pero además de esta percepción, también ha podido influir el recargo del IBI que imponen algunos ayuntamientos para movilizar las residencias. Por ejemplo en Bilbao, con 7.253 pisos libres, es del 25%.

En cualquier caso, las cifras confirman un aumento de las viviendas secundarias que han sido usadas en los últimos dos años. Han pasado de suponer el 74,2% del total al 84,1%. Y es precisamente Bizkaia el territorio en el que más viviendas deshabitadas han pasado a convertirse en residencias habituales, bien por alquiler o por una actividad continuada de un local. El propio Instituto vasco de Estadística (Eustat) resaltó hace unos días el incremento en el número de nuevos alquileres registrados en el territorio en 2023. Aunque los arrendamientos apenas suponen el 13,9% del parque residencial, el porcentaje más bajo Euskadi, los alquileres crecieron un 6,7% en doce meses.

Ante una oferta escasa y la baja producción de vivienda que arrastra el territorio desde hace tiempo (el año pasado apenas se construyeron 3.743 domicilios), todo apunta a que estos nuevos alquileres se han constituido gracias a la movilización de domicilios que estaban vacíos o que eran utilizadas como segundas residencias. «El número de las desocupadas baja porque la demanda es muy alta. En cualquier caso, Euskadi presenta un porcentaje muy reducido de deshabitadas», matizan desde el Departamento de Vivienda.

El estudio, que amplía un informe de síntesis publicado con anterioridad, hace también una radiografía sobre el parque residencial de los municipios vascos. Y muestra ciertas diferencias entre unos y otros según la población. Mientras que en los pueblos más pequeños predominan las viviendas de temporada, en los grandes son las vacías las que tienen un mayor peso. En la comarca de Busturialdea, el 70% de los hogares no habituales son segundas residencias. Por contra, en el área funcional de Bilbao Metropolitana el 71,5% de las vacías están deshabitadas.

Los municipios de entre 40.000 y 100.000 habitantes también presentan distinciones. Portugalete y Santurtzi, dos localidades que no destacan por tener un gran parque de segundas residencias, son las que más han aumentado el censo de viviendas no principales. En Getxo, sin embargo, han bajado respecto al 2021, pero el porcentaje sigue siendo el más alto de su serie (6,1%). Mientras tanto, Barakaldo, con un 4,3% de segundas viviendas, muestra uno de los datos más bajos desde 2009.

Entre los municipios con menos de 40.000 personas censadas, destaca Sestao por encima del resto. Las viviendas secundarias representan el 7% de su parque residencial. En Erandio suponen el 6,4% de las viviendas, en Durango el 6% y en Leioa apenas representan el 4,4%. Entre los pueblos de tamaño medio, Bermeo es el que dispone de más pisos secundarios (19%), sobre todo por el impacto de las segundas residencias. Seis puntos por detrás está Sopela, otro de los grandes enclaves de veraneo.