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El parque de aventura proyectado para Artxanda es uno de los elementos con los que el Ayuntamiento busca dotar de atractivo al gran pulmón verde de Bilbao para que recupere brillos pasados. Para que vuelva a tener un papel relevante en la vida de la ... ciudadanía en términos de ocio y convivencia. El problema era que no había firmas interesadas en desarrollar y gestionar este equipamiento. Hasta ahora. Una unión temporal de empresas (UTE) ha presentado su oferta en la segunda licitación que lanza el gobierno municipal tras quedar desierta la primera. Todo apunta a que, siendo la única propuesta que se ha presentado y una vez vencido el plazo de concurrencia, se terminará llevando la concesión.
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Tiene mucha lógica la composición de esta UTE en atención a la actividad que se pretende realizar. La conforman cuatro firmas diferentes, con una participación del 25% cada una. Está Bilbobentura, con notable presencia en la ría del Nervión desde hace años, sobre todo con piraguas, y familiarizada por tanto con el ocio activo; también Ur Nomade, compañía especializada en actividades en aguas bravas y turismo de aventura. Les acompañan Ibai Ezkerra Ikastola S. Coop. (buena parte de los usuarios de la futura instalación serán niños) e Iria Food S. L. por el lado hostelero.
El futuro parque de aventura se ubicará en un espacio que lleva por nombre Pike, una parcela de 54.814 metros cuadrados que está frente al merendero de Pikotamendi, al otro lado de la carretera de Artxanda. Según el pliego de prescripciones técnicas particulares, la inversión estimada que deberá hacer a la empresa ascenderá a 463.659 euros (más IVA). Es lo que necesitará para abordar los mínimos que se piden en el contrato: armar doce recorridos diferentes con tirolinas, plataformas, etcétera. Uno de los recorridos será de aprendizaje, otro adaptado, otro infantil, dos temáticos y siete lúdico-recreativos con distintos niveles de dificultad. El canon a pagar ascenderá a 10.000 euros al año porque se ubica todo ello en suelo de propiedad municipal; la concesión será a catorce años.
54.814 metros cuadrados
tiene la parcela del espacio Pike, donde irá el parque de aventura.
Para llegar a este punto, es decir, a la licitación, ha habido que llevar previamente a cabo estudios de viabilidad de cara a justificar la rentabilidad de la actividad antes de la salida a concesión. Por eso hay estimaciones bastante aproximadas sobre la dimensión que va a tener el negocio. Esas prospecciones arrojaron que la instalación recibiría, de media, unos 3.000 visitantes al mes (más en verano y menos en invierno), unas previsiones que en el Ayuntamiento siempre han considerado muy conservadoras. El precio de las entradas estaría entre 13 y 16 euros para niños y entre 19 y 23 para adultos. En ningún caso sería más.
Pese a que en un principio esos informes daban números positivos, no ha sido fácil encontrar inversores. Hace más de un año el Ayuntamiento ya había lanzado la licitación para encontrar una firma interesada en habilitar y gestionar este parque de aventura, pero el proceso quedó desierto porque no parecían salirles las cuentas a ninguno de los agentes que inicialmente habían manifestado interés por el asunto en un proceso previo de consulta al mercado.
¿Por qué ahora eso ha cambiado y ha aparecido una UTE interesada? Porque el Ayuntamiento decidió poner algo más de su parte y se ha comprometido a realizar una adecuación previa de la parcela. Esto quiere decir que será la Administración quien se encargue de los desbroces y acondicionamientos básicos, de dejar listo el acceso peatonal y rodado, ciertos servicios en la entrada, la instalación de aseos, el cierre perimetral... Con estas inversiones iniciales ya ejecutadas de antemano el asunto sí ha pasado a ser atractivo para la iniciativa privada. Según el equipo de gobierno, el pinchazo en el primer concurso tuvo mucho que ver con el encarecimiento de los materiales de construcción y en particular de la madera, que habrían disparado la inversión inicial con respecto al escenario anterior a la guerra de Ucrania. Y eso era muy limitante para unas empresas, las que se mueven en este sector, con una capacidad reducida para afrontar grandes desembolsos.
Ya se puede intuir, por la cuantía de las cifras que se manejan en cuanto a visitas y en cuanto a inversión, que no se va a tratar de un equipamiento disruptivo, algo con una grandísima capacidad de movilización de personas. Pero forma parte de un todo, como la tesela en un mosaico. La pasada semana también salió a licitación la primera fase para rehabilitar el restaurante Antón, de propiedad municipal, que es otra pieza para insuflar vida a la zona. Y está en obras el Parque del Encuentro, elemento central en la revitalización de Artxanda.
Por su parte, ya está terminado el paseo mirador que discurre junto a la carretera que sube desde Enekuri, y también las pasarelas de madera que escalan desde Elorrieta. Eso sí, queda pendiente todo el desarrollo de las áreas más extensas donde se quiere que lleguen desde alojamientos hasta otros tipos de ocio.
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