Meter dinero público para estimular la inversión privada

Pero la zona de actuación más extensa para la que hay planes es la de Santo Domingo, con 331.000 metros cuadrados, y también es la que se mira con ojos más ambiciosos en cuanto a usos futuros. Para ese emplazamiento (en el entorno de la perrera y Bilbogarbi) se plantea una granja-escuela y alojamientos tipo bungalow. También es el que parece tener más dificultades para encontrar empresas interesadas, ya que su desarrollo requiere una inversión más potente.

En cualquier caso, los avances en el parque de aventura, en el del Encuentro, la mejora de la oferta hostelera con la reforma del Antón, y el resto de iniciativas que están en marcha, se espera que ejerzan como elementos acelerantes para todo lo demás. Ahora, es un hecho que a la iniciativa privada le está costando animarse a invertir. Pero, como ocurre con la isla de Zorrozaurre, es de esperar que a medida que se vaya avanzando en el desarrollo de Artxanda, fundamentalmente con inversión pública, las empresas vayan creyéndose que ahí hay una oportunidad de negocio.