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Iñigo Fernández De Lucio
Domingo, 1 de enero 2023, 07:32
Después de tres años con restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus, los bilbaínos han recibido el 2023 con la normalidad más absoluta y un gran ambiente en las calles de la capital vizcaína. Los principales puntos de reunión volvieron a estar atestados de gente ... celebrando la entrada del nuevo año.
Con el suelo repleto de serpentinas, la calle Licenciado Poza, entre Doctor Areilza y Gregorio de la Revilla, lugar habitual para juntarse a beber, fue un hervidero de gente durante prácticamente toda la noche. Ya antes de las Campanadas, en el poteo previo a la cena, este tramo de 'Pozas' estaba a rebosar. La carretera se encontraba completamente bloqueada. La misma escena se produjo tras las uvas. Cientos de jóvenes se reunieron para dar la bienvenida a 2023 con una concentración masiva de gente, alimentada por quienes hacían botellón y por los que consumían de los bares, donde no cabía un alfiler.
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No obstante, la ubicación más masificada volvió a ser, una vez más, Jardines de Albia. Al igual que sucediera hace un año, cientos de jóvenes -de edad sensiblemente inferior a los reunidos en Pozas- se juntaron en un macrobotellón al aire libre. Las calles aledañas también estaban repletas. La presencia policial fue constante, con continuas pasadas de los coches patrulla, pero sin necesidad de realizar intervenciones de calado, según ha podido saber este periódico.
La escena sorprendía incluso a los propios implicados. «Me parece raro que haya tanta gente en la calle ahora que hay discotecas abiertas», comentaba una chica. Hay que recordar que el año pasado el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco prohibió el mismo día 31 celebrar cotillones en bares y discotecas, lo que se tradujo en un macrobotellón en plena puerta del tribunal, en los jardines. De nada sirvió el precinto policial.
Muchos establecimientos de moda entre estudiantes se prepararon a conciencia para atraerles en la primera Nochevieja en condiciones normales desde 2019. Así, por ejemplo, Budha o BackStage ofrecían entradas a 60 euros con varias consumiciones incluidas. La afluencia, sin embargo, no fue comparable a los botellones al aire libre.
La agradable temperatura sin duda acompañó, al igual que lo hizo durante la 'tardevieja'. El termómetro apenas bajó de los 20 grados en toda la noche, lo que hizo que muchos chavales optasen por reunirse en plena calle. Algunas cuadrillas montaron la fiesta en las propias aceras con potentes altavoces.
El buen ambiente también se dejó notar en otras zonas habituales del centro de la ciudad. En el Casco Viejo la juerga se concentró sobre todo en Barrenkale y Barrenkale Barrena, así como en Iturribide. Lo mismo sucedió en Telesforo Aranzadi, en pleno centro.
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