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La calle de nuevo como altavoz, como referente irradiador de una reivindicación necesaria todo el año pero que cada 8 de marzo adquiere especial resonancia. ... Más de 25.000 personas, según la Policía Municipal, han recorrido Bilbao bajo un intenso aguacero para elevar la voz y reclamar un mensaje mil veces repetido pero que lamentablemente aún es necesario exigir: igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida.
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La lucha feminista de nuevo transformada en una marea solidaria donde personas de todas las edades recorren las principales arterias de la ciudad por un motivo. En realidad, por miles. Por cada mujer que cobra menos que su compañero de trabajo por hacer lo mismo –la brecha salarial aún es del 18% y se traduce en más de 5.000 euros–; por las 302 que el pasado año denunciaron haber sido violadas en Euskadi; por las miles que denuncian todo tipo de agresiones y por aquellas que aún no pueden hacerlo; por las que tienen que cuidar de los hijos y también de sus mayores mientras maridos, hermanos y familiares hombres se desentienden «porque ésa es una labor de mujeres»; por las niñas que tienen sueños laborales, deportivos o vitales, pero a su alrededor sólo se encuentran con un 'no' como respuesta. Y, sobre todo, hoy es un día de tomar la calle y obligar a que los hombres se miren en el espejo y comprueben que son ellos quienes perpetúan comportamientos y actitudes que provocan esa desigualdad.
Ese es el principal reclamo que persigue la gran manifestación del Día Internacional de la Mujer que ha partido a las 18.00 horas del Sagrado Corazón, organizada por la coordinadora de asociaciones feministas, Bilbo Feminista Saretzen. Abriendo la marcha, que se ha convertido en una gran lámina de paraguas, tres pancartas: 'Contra el fascismo la osadía feminista', 'El antifascismo será feminista o no será' y 'Contra el fascismo, descolonialidad, antirracismo y comunidad'.
Una convocatoria la de hoy, al menos en Bilbao, más alejada que años anteriores de disputas políticas y polémica partidistas. Pero con el panorama internacional actual muy presente. Porque las amenazas contra las mujeres también llegan de decisiones que se adoptan a miles de kilómetros de Euskadi: en Argentina Milei va a eliminar la figura del feminicidio del Código Penal; en Estados Unidos Trump niega la existencia del colectivo trans y ha aprobado un decreto para que no participen en el deporte femenino; en Afganistán, prohíben hablar a las mujeres en público; y en Italia Meloni no permitirá inscribir a los hijos de las parejas homosexuales. «Queremos dejar claro a los fascistas y a la extrema derecha, que nos van a tener delante y no vamos a dar ni un paso atrás. No vamos a retroceder. Quieren oprimir a las mujeres y quitarnos nuestros derechos», ha asegurado al inicio del recorrido Bego Mera, portavoz de las organizadoras.
De ahí el lema de este año, 'Valentía feminista contra el fascismo', ante el auge de las «políticas que atentan contra los logros de las mujeres y de otros colectivos sociales». Desafíos que aquí se traducen en el peligro de ciertos mensajes que empiezan a calar entre los más jóvenes y que ya se traducen en cifras alarmantes: el 23,1% de los varones entre 15 y 29 años considera que la violencia de género «no existe y es un invento».
Para hacer frente a esas amenazas, una masa heterogénea se ha manifiestado en Bilbao. Una masa de color morado horizontal, todas iguales, todos iguales, nadie más que nadie. Una única voz, el feminismo, con diferentes acentos corea eslóganes entre música y ambiente de alegría y reivindicación. La marcha principal ha recorrido la Gran Vía, hasta llegar una hora después al Ayuntamiento, donde a las 19.15 ha tenido lugar la lectura del manifiesto, tras haber sumado por el camino a miles de participantes de las diferentes columnas que han salido del barrio de Rekalde, Santutxu y el Casco Viejo. «Los discursos de odio, a través de sus bulos y desinformación están generando una polarización brutal y están provocando un aumento de la violencia reaccionaria en las calles, especialmente contra las mujeres migradas, racializadas, trans y bolleras», se ha leído en el manifiesto, que ha finalizado con gritos en favor de la lucha feminista y la »libertad de Palestina«. El broche final ha corrido a cargo de la rapera 'La Basu'.
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