xabier garmendia
Domingo, 4 de noviembre 2018
Más que música, lo que se escuchaba durante las horas previas a la gala de los EMA eran gritos. Sin parar. Cientos de fans con camisetas, pancartas y sus imprescindibles teléfonos móviles se congregaron a la entrada del BEC para ver de cerca ... a sus artistas favoritos durante la alfombra rosa. El elenco de estrellas era tan amplio que comenzaron a desfilar cuando aún quedaban tres horas para la gran cita. La encargada de romper el hielo fue la mexicana Sofía Reyes, quien subió la temperatura interpretando en directo su exitazo '1, 2, 3' junto a su grupo de baile. En cambio, su compañero de canción, Jason Derulo, se hizo esperar bastante más y fue uno de los últimos en llegar ataviado con numerosas joyas de oro.
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Los primeros compases de la alfombra rosa los protagonizaron varios actores e 'influencers' como la catalana Dulceida y la alemana Caroline Daur. Entre ellos estuvieron, por ejemplo, Danna Paola y Hugo Gloss, dos de los protagonistas de 'Élite', la serie juvenil del momento, que llegaron a hacerse más fotografías que cantantes internacionales de primer nivel. También aparecieron los actores de 'Narcos' Diego Luna y Michael Peña, y de forma repentina la siempre polémica Lindsay Lohan, quien corrió como una bala por la pasarela con un minivestido de Saint Laurent y apenas se detuvo a sacarse un par de selfis con sus seguidores. Tal fue su velocidad que adelantó por la derecha a David Guetta, llegado unos veinte minutos antes que ella.
El afamado DJ francés, que volvía a pisar el BEC tras su concierto hace poco más de cuatro años, provocó un grito unánime entre sus fans cuando grabó un vídeo que acabó subiendo a su cuenta de Instagram. Con un look digno de una estrella del rock más que de la electrónica, afirmó «estar volviendo a los orígenes» con sus nuevas producciones, algo más alejadas del pop, y prometió dar la talla unos minutos después en el escenario.
Otro de los exponentes de la música electrónica que acudieron a la gala de este domingo, sin embargo, prefirió permanecer en silencio, como es habitual en él. Marshmello, oculto tras su icónica máscara en forma de malvavisco, acompañó al cantante de Bastille, Dan Smith, y solo se atrevió a dibujar un adelanto de su actuación en una pequeña pizarra, donde esbozó rápidamente cinco monigotes sin mucho esmero.
Tal vez las más simpáticas fueron las integrantes de Little Mix, que acudían por primera vez a los premios de MTV; entre ellas, la que más destacaba era Jesy Nelson, enfundada en un vistoso traje rosa. Las cuatro jóvenes británicas se pasaron un buen rato con los seguidores y se mostraban muy optimistas sobre sus probabilidades para alzarse con un premio. De hecho, aprovecharon el altavoz para pedir que, en caso de resultar ganadoras, se les diera un galardón a cada una de ellas. Finalmente no tuvieron mucha suerte y se quedaron con las manos vacías.
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Entre tanta estrella internacional, el cupo local lo cubrió el modelo Jon Kortajarena, que despertó rápidamente el interés de los asistentes; en su gran mayoría, chicas adolescentes. El bilbaíno ejerció de anfitrión y se mostró «muy emocionado» por poder tener la oportunidad de «demostrar lo grandiosa que es esta ciudad que ha cambiado mucho». Además, minutos después fue el encargado de presentar el premio al mejor estilismo, que fue a parar a la rapera trinitense Nicki Minaj, quien se saltó la alfombra rosa y no posó, al igual que Janet Jackson.
Una de las más aclamadas fue Camila Cabello, la gran triunfadora de la noche al ganar cuatro de los seis galardones a los que estaba nominada. La estadounidense de origen cubano, que lucía un vestido rojo de Alex Perry, reivindicó el punto latino y se declaró «obsesionada» por España: «Me vendría a vivir aquí sin dudarlo. El público es espectacular». La intérprete de 'Havana' reconocía estar nerviosa ante la gala por no haber preparado ningún discurso de agradecimiento. «No me gusta hablar en público, pero algo saldrá», indicó.
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Sin duda, las mujeres fueron las grandes protagonistas en una alfombra con poca presencia masculina. Uno de los momentos más emocionantes lo vivió la británica Anne-Marie, que escuchó cómo los fans cantaban a grito pelado 'Friends', su gran éxito. «El público aquí es espectacular», comentó. Después de ella, la joven Dua Lipa no dudó en coger prestados varios teléfonos para hacerse ella misma las fotos ante el delirio de sus fans.
La alfombra también sirvió para ir adelantando algunos de los detalles de la gala posterior, como la actuación de Bebe Rexha con el apoyo de cien bailarines: «¡Que nadie se caiga, por favor!». En cambio, los componentes de Muse se mostraban bastante más tranquilos aún con la resaca de su macroconcierto del sábado en San Mamés: «El escenario era impresionante y la noche fue increíble. El público aquí siempre se vuelve loco», se congratularon.
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