![«¿Cómo hay que matar para que te impongan la condena más alta?»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/05/08/biz-como-hay-que-matar-krk-U22050802457p3E-1200x1400@El%20Correo.jpg)
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La Sección Primera de la Audiencia vizcaína condenó a 24 años de prisión, 22 por asesinato y 2 más por maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género, a Leonel B., 'Leo', por matar a su compañera sentimental, Rebeca Huayta, boliviana de 45 ... años, en el bar que regentaba en la calle San Francisco de Bilbao, en diciembre de 2022. Aracely, la hija de la víctima, reconoce que la sentencia «no es lo que esperábamos», pero se conforma «si es lo que la justicia española ha decidido». Sólo se plantearía recurrir en el caso de que la defensa apele la resolución y entonces reclamarían una pena superior. «El dolor siempre va a estar ahí. Espero que él ya no pueda vivir tranquilo, que cuando salga nadie le dé la mano», confiesa por teléfono desde Santa Cruz, en Bolivia.
Por su parte, la asociación feminista Clara Campoamor recibió el fallo del último asesinato machista perpetrado en Bizkaia con «satisfacción relativa». La abogada Ana Hernando, encargada de la acción popular, considera que 24 años de prisión resultan «insuficientes» para «dos circunstancias específicas como son la alevosía y el ensañamiento, y dos agravantes, parentesco y género, frente a una única atenuante de una confesión tardía. A mí se me queda corta», valora.
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Tanto la Fiscalía, como la acusación particular, el Ayuntamiento bilbaíno y la asociación Clara Campoamor solicitaban, tras conocer el veredicto, 28 años de cárcel, 25 más 3, la máxima que permitía el Código Penal. Sin embargo, el magistrado-presidente la ha rebajado en cuatro años. La defensa, por su parte, reclamaba una condena mínima de 13 años.
La letrada se pregunta «qué asesinato hay que cometer, cómo hay que matar para que te impongan las horquillas más altas que prevé la Ley?». Se trata, no obstante de «una condena importante», que supone que haya «un malo menos». Y con eso se queda.
Si se compara con otros casos, al asesino de Maguette, por ejemplo, la Audiencia vizcaína le condenó a 37 años, de los que 25 eran por asesinato, que el Supremo redujo a 29 al entender que las lesiones psicológicas a las hijas, de 2 y 4 años, estaban subsumidas en el abandono de menores. Héctor Melecio fue condenado a 30 años por asesinar a su pareja Deisy, en 2011, abusar sexualmente de sus dos hijas menores, maltrato habitual y quebrantamiento de orden de alejamiento.
Tras la lectura del veredicto por parte del tribunal popular el pasado viernes, 12 de abril, al magistrado-presidente, Juan Manuel Iruretagoyena, le quedaba fijar una pena en base a la decisión de los nueve ciudadanos que integraron el jurado. También le correspondía a él determinar la responsabilidad civil, que ha cuantificado en 90.000 euros como indemnización para la familia de la víctima. Además de las penas de cárcel, donde se encontraba en prisión preventiva desde que fue detenido por los hechos, le imponen cinco años más de libertad vigilada.
El crimen se produjo en la taberna Hilargi, situada en el corazón del barrio de San Francisco, en la madrugada del pasado 28 de diciembre de 2022, en plena Navidad. Aquella noche, la pareja mantuvo una discusión en el local porque Rebeca había invitado a unos clientes a un ritual boliviano para atraer la suerte al negocio, lo que enfadó a Leonel, celoso compulsivo.
Cuando se marchó una amiga de Rebeca y se quedaron solos en el bar, a partir de las cinco de la mañana, él la abordó «de manera sorpresiva», la tiró al suelo y la arrastró hasta la cocina, donde la atacó con un cuchillo de 20 centímetros, y con un cristal roto, provocándole la muerte por desangramiento. Según el relato de hechos recogido en la sentencia, el asesino aumentó deliberadamente el dolor de la víctima al causarle 18 heridas de arma blanca y la mujer tardó una hora aproximadamente en morir.
Parte de la escena fue grabada por las cámaras de seguridad instaladas en el local y que sirvieron como una de las principales pruebas de cargo durante el proceso. Después de agredirla, se marchó a su casa dejándola herida de muerte y se cambió de ropa. El hombre se comunicó con un amigo, que le aconsejó que avisara a la Policía Municipal, como así hizo mediante una llamada de teléfono, entre tres y cuatro horas después del asesinato, aunque antes de que se hubiera abierto un procedimiento contra él, requisito que exige la ley para aplicar la rebaja de pena.
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