Diez asociaciones presentan alegaciones contra los parques eólicos de Barakaldo

Mientras tanto, grupos ecologistas y distintas asociaciones del municipio ya han presentado un amplio documento de 62 páginas en las que presentan casi una decena de alegaciones. En ellas se hace mención a la existencia de especies de flora y fauna vulnerables –algunas de ellas protegidas por el Plan de Gestión para Hábitats de Interés Europeo–, como el alimoche o los murciélagos. También a la «ruptura abrupta del paisaje que forma parte de patrimonio inmaterial histórico, social y cultural de Barakaldo que son imposibles de remediar con las medidas correctoras contempladas», explicó a este diario Begoña Rodríguez, portavoz de Barakaldo Naturala.

Una decena de colectivos (Barakaldo Naturala, Ekologistak Martxan, Eguzki, Grupo Alpino Turista y Lutxana Mendi Taldea, así como asociaciones de vecinos de Cruces, Desertu Berria, Rontegi, Arteagabeitia-Zuazo y Casa Social de Lutxana) apoyan el informe, que pone en valor la biodiversidad del «pulmón verde de Barakaldo, que tiene un gran significado histórico cultural y social, además de un altísimo valor ecológico», afirmó Rodríguez.

Este entorno verde, según el documento, consta de 53 especies de fauna amenazada (39 aves, 8 mamíferos, 3 reptiles, 2 peces y 1 anfibio), además de 7 ejemplares de flora amenazada y 6 hábitats de interés comunitario, dos de ellos catalogados de interés prioritario. Brezales secos europeos o prados pobres de siega de baja altitud son algunas de las especies. Alegan, además, que para la puesta en marcha del parque eólico sería necesario ensanchar los caminos de acceso –de apenas seis metros de anchura– a ambos emplazamientos para facilitar la labor de la maquinaria, por lo que, debido al movimiento de tierras, «la destrucción de biodiversidad se vería fuertemente incrementada», apuntó Rodríguez.

La construcción de líneas de alta tensión para el transporte de la electricidad generada hasta una subestación eléctrica o instalaciones auxiliares conllevaría no solo la «destrucción» de masa forestal generando impactos ambientales significativos, sino que provocaría la proliferación de especies herbáceas, que, a causa de la sequía, resultan altamente pirófilas, incrementando así el riesgo de incendios, afirman las asociaciones.

Para finalizar, presentan una alternativa con el fin de generar energía limpia: instalar en las cubiertas de edificios de Barakaldo placas solares con una capacidad de generación estimada de 105 MW, que «podría superar las expectativas de producción posible en esos dos emplazamientos con aerogeneradores».