Los peatones ganan espacios en Las Arenas, Algorta y Romo

Del centro de Las Arenas queda pendiente de peatonalizar o combinar los usos de viandantes y coches en el tramo de la calle Mayor, la principal de Las Arenas, en su parte más cercana al Puente Colgante. El centro urbano de Romo ha reducido drásticamente la circulación con la peatonalización de varias arterias, mientras que en Algorta se ha terminado el año pasado la ralentización del tráfico y ampliación de aceras desde la plaza de La Estación del Metro hasta la zona alta, cerca de la antigua gasolinera, que también se ha cerrado para sacarla del centro urbano. Ya solo queda la de Neguri, tras quitarse también la de Las Arenas. Otro paso que está en estudio es peatonalizar Amezti, en Algorta.

Para sacar los coches del centro se ha vertebrado un sistema de entradas y salidas de vehículos más eficientes hacia carreteras rápidas: el corredor de Uribe Kosta y La Avanzada. Y se ha potenciado la construcción de parkings. Actualmente se edifica uno subterráneo en Algorta, el disuasorio de Ibarbengoa –solo para usuarios del Metro– está recientemente terminado por el Consorcio de Transportes, y el siguiente proyecto será un aparcamiento en Santa Eugenia.

La propia forma alargada del municipio beneficia que las conexiones del transporte público sean buenas, por suburbano y autobús. Los puntos negros están en la costa: La Galea, Ereaga y Arrigunaga. La idea de crear una red para moverse por la ciudad sin contaminar ha pasado por enlazar los bidegorris con las estaciones del Metro, edificios públicos, centros escolares y polideportivos. Pero alguna de esas apuestas fueron mal acogidas, como la de compatibilizar el tráfico de bicis y coches por carreteras urbanas. En cualquier caso, la apuesta por las bicis va más allá de la red de alquiler público. El interés está en fomentar el uso privado, de ahí que hayan instalado unos módulos de parkings especiales antivandalismo –llamados Aparka–. Otra medida de movilidad urbana sostenible fue la de los patinetes eléctricos, cuya prueba piloto ha concluido con éxito. No obstante, el plan de movilidad urbana Sostenible es reciente –data de 2018– y aún queda mucho por desarrollar, analizar y debatir.