Las manadas de lobos vuelven a Euskadi

El territorio cuenta con dos manadas estables asentadas en Álava y Bizkaia, además de algunos individuos solitarios

Domingo, 15 de octubre 2023

El regreso del lobo a Euskadi es una realidad. Ya no son incursiones de grupos de comunidades limítrofes o ejemplares solitarios. Son dos manadas establecidas, una en Bizkaia y otra en Álava, la sospecha de una tercera y algún animal que vaga por su cuenta. ... Lo confirma el diagnóstico invernal de la especie, al que ha tenido acceso EL CORREO, realizado entre enero y marzo de este año y que lleva el sello del Gobierno vasco. Para científicos, ecologistas y proteccionistas se trata de una noticia a celebrar. Entre los ganaderos acrecienta el miedo a que los daños que el cánido deje en sus rebaños vayan a más y supongan la puntilla para un sector ahogado.

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La semana pasada el Grupo Popular en las Juntas Generales de Álava denunciaba que en lo que va de año se habían producido 159 ataques en el territorio, seis veces más que en 2021, y preguntaba a la diputada foral de Medio Ambiente, Amaia Barredo, por la situación. En su respuesta, Barredo desvelaba cuántos lobos hay ahora mismo en el País Vasco: entre 11 y 14. El diagnóstico que maneja Lakua detalla que uno de los grupos, compuesto por 4 o 5 ejemplares, se localiza en la zona de Ordunte, en Carranza. El otro ha sido detectado en Armako-Gibijo, en los municipios alaveses de Cuartango y Urkabustaiz, y estaría compuesto por 3 cánidos. Además, en esa zona «se ha detectado el rastro diferenciado de otros individuos solitarios que bien podrían ser componentes de ese grupo» que habrían dejado los vestigios en uno de sus campeos en solitario.

Los autores del estudio han recopilado pruebas de la presencia de 2 o 3 en la zona de la Sierra Salvada y en Orduña, y aunque barajan la hipótesis de que «sean de la manada de Gibijo», tampoco descartan que se trate de un tercer clan. En la zona del Gorbea, las señales apuntan a la presencia de un ejemplar solitario. Los expertos matizan que el diagnóstico no es un censo y recomiendan realizar un recuento completo «mediante trabajo de campo a lo largo de todo el año reproductor», así como «la coordinación y puesta en común de información con los ejecutivos de Castilla y León y Cantabria», lo que ofrecería una radiografía más concreta de la situación.

Ayudas veterinarias

El mapa de presencia del depredador, cuyo campo de actuación puede alcanzar los 100 kilómetros, coincide con el de los ataques denunciados por los ganaderos. En Álava en lo que va de año se han realizado 26 peritaciones por daños y se han certificado 93 cabezas de ovino, caprino, bovino o equino muertas, 3 desaparecidas y 12 heridas. Para estos últimos casos no se contemplan indemnizaciones pero la Diputación alavesa prepara un decreto que sí las prevé. «Necesitamos protocolos más ágiles y eficientes para catalogar y descatalogar especies. No podemos seguir permitiéndonos que determinadas especies en el territorio estén sobrerrepresentadas», mantiene Amaia Barredo.

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La Diputación de Bizkaia, por su parte, aprobó el pasado mes de junio un decreto para incrementar el importe de las ayudas por los ataques. Los pastores de Las Encartaciones llevaban un mes denunciado que los cánidos estaban haciendo estragos en sus rebaños. Los testimonios hablan de ataques «día sí y día también» incluso en zonas muy cercanas a los núcleos habitados. Los datos que maneja el departamento de Medio Ambiente confirman 43 incidentes, 38 de ellos en Carranza. A ellos se suman tres en Zeanuri y uno en Orduña. Entre las víctimas, la mayoría fueron cabezas de ganado ovino pero también depredaron caballos, vacas, cabras y un avestruz. La cifra supera ya a la de todo 2022, que ya cerró con seis veces más episodios que en el ejercicio anterior.

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La recuperación de la especie en Euskadi es, por tanto, innegable. «Comenzó a notarse con la pandemia, y con los cambios en los usos agrícolas y ganaderos el lobo ha recuperado espacios que antes no tenía», explican desde el Departamento de Zoología y Biología Celular Animal de la Universidad del País Vasco. Con todo, la clave del aumento de individuos la marca la introducción de la especie, en 2021, en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial, más conocido como Lespre. «Hasta que se aprobó, en la zona norte de España se permitía cazarlos. En Euskadi las leyes permitían organizar batidas si había ataques, pero desde hace dos años está prohibido. También está la directiva europea que va en ese sentido», confirman desde la UPV/EHU.

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La inclusión de la especie ha generado una enorme división social y política a nivel nacional. Mientras las formaciones políticas tiran de datos, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Asturias, donde los ataques se cuentan por centenares, han pedido reiteradamente que se saque al lobo del Lespre. El pasado mes de septiembre, por sorpresa, la Unión Europea abría la puerta a rebajar la protección.

La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se descolgaba con unas declaraciones polémicas. «La concentración de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real para el ganado y, potencialmente, también para los seres humanos». Y acto seguido instaba «a las autoridades locales y nacionales a que tomen medidas cuando sea necesario». La mandataria hacía estas declaraciones justo cuando se cumplía un año de que los lobos mataran, en la finca de su familia en Alemania, a Dolly, su poni.

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Un tema tabú que despierta miedos y enfados

Decir que el lobo es uno de los animales más controvertidos suena casi tan tópico como señalar que es una de las especies que más miedos despierta en el ser humano. Ninguna de las dos afirmaciones es exagerada, como lo demuestra el hecho de que algunas de las personas consultadas para elaborar este reportaje hayan pedido no aparecer con nombres y apellidos. «Yo te paso los datos pero a mí no me cites». Otras, directamente han disculpado su participación. Desde peritos, veterinarios o guardas forestales que no quieren «tener problemas», hasta pastores que se han mostrado «hasta las narices de contar a los medios que nos matan los bichos para que a nadie le importe una mierda».

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