Luz verde ambiental al tercer parque eólico de Bizkaia, el primero en 20 años

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La resolución tiene una importancia notable para el futuro de la energía eólica en Bizkaia. Además de ser el tercer permiso favorable de la historia del territorio, el primero de las últimas dos décadas (el último facilitó la instalación en el Puerto de Bilbao de una minicentral en 2006), el visto bueno deshace el nudo gordiano que había colocado contra las cuerdas a este tipo de proyectos en la provincia. Hablamos del impacto de los molinos en la avifauna y, más concretamente, en las aves necrófagas protegidas, entre ellas, el alimoche. Hay que recordar que Bizkaia cuenta con un plan especial de gestión de estos animales. Hasta la fecha, esta normativa legal hacía imposible la instalación de aerogeneradores en un radio de 10 kilómetros de distancia a un nido de especies de buitre protegidas.

Varios proyectos habían caído ya por este motivo. Uno de ellos, en la frontera con Cantabria, recibió la negativa del Gobierno central por la cercanía del alimoche y, en Las Encartaciones, al menos otro promotor había desistido a la vista de cómo avanzaba la tramitación en este aspecto y la oposición de la institución foral. También el propio Gobierno vasco había tumbado hace solo diez días otro plan eólico en Álava (Laminoria) por su impacto sobre las rapaces.

Con esta resolución favorable, la consejería de Industria, de la que cuelga el área de Sostenibilidad, desoye tanto al Ayuntamiento de Llodio como a los grupos ecologistas y, particularmente, a las alegaciones que había presentado la Diputación vizcaína, que consideraba «inviable» esta iniciativa por, precisamente, su alto impacto en las carroñeras.

Decenas de promotores de proyectos eólicos que aspiran a instalarse en el territorio miran ahora con interés la autorización que se emitió ayer y que incluye una larga y compleja batería de medidas correctoras y compensatorias para tratar de reducir el daño a la fauna. Porque esa es otra de las claves de este asunto. El Gobierno vasco ha impuesto una serie de condiciones bastante técnicas y de obligado cumplimiento. Y, aunque cada caso concreto es único, la declaración favorable abre una espita para el sector, que aspira a instalar una decena de parques en Bizkaia. Y lo hace en un momento en el que Euskadi sigue en el furgón de cola de las energías renovables en España. Ya no es que no crezca la producción por métodos sostenibles, es que en 2024 se generó una cantidad de electricidad renovable menor que hace cinco años (939 GWh frente a 1.175 de 2018), muy lejos de las exigencias europeas. El Plan Territorial Sectorial (PTS) sigue atascado, con miles de alegaciones planteadas, un rechazo social perceptible y sin fecha para su aprobación definitiva.

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El documento que da el visto bueno a la central de Larragorri cuenta con 41 folios. Buena parte de ellos están dirigidos a solicitar a la empresa (Green Capital) que adopte un elevado número de medidas preventivas para proteger la avifauna. Es la receta que Industria ha pensado que permitirá cumplir con las exigencias legales del plan de gestión de necrófagas que desarrolla la Diputación vizcaína, que viene mostrándose muy crítica con este tipo de iniciativas en los montes del territorio.

De hecho, en los estudios iniciales se aseguraba que el parque Larragorri estaría ubicado cerca de «tres áreas críticas para el alimoche, dos localizadas a aproximadamente 9,2 kilómetros de uno de los aerogeneradores, y otra a 8,7 kilometros al norte» de la subestación eléctrica donde se volcará la electricidad producida. «También se detectó la existencia de colonias y refugios de murciélagos catalogados en el entorno».

Las medidas correctoras prevén paradas totales de los aerogeneradores por el paso migratorio de aves o durante las épocas de reproducción. Las autoridades podrían decretar, incluso, la clausura cautelar de la central si se detecta un exceso de mortandad en la avifauna. Otra de las obligaciones tiene que ver con el hecho de que la empresa dispondrá de un sistema efectivo para que los animales muertos sean retirados tan pronto como sean localizados. El objetivo es que no quede carroña cerca de los molinos para prevenir sobrevuelos y posibles colisiones.

Una de las medidas compensatorias que fija la resolución estipula que Green Capital tendrá que trabajar en la plantación de hayas y arbolado autóctono, ya que el Gobierno vasco reconoce que «el proyecto puede suponer la pérdida de hábitats de interés comunitario y regional, con la consiguiente afección a poblaciones faunísticas de elevado interés naturalístico». Además, se admite que la línea de evacuación de la energía eléctrica producida pasará a solo 300 metros de un área crítica del alimoche. Se está barajando, precisamente, el soterramiento de una parte del tendido, pero la resolución solo lo recomienda y no lo impone.

El Ejecutivo autonómico quiere seguir muy de cerca cómo evoluciona el impacto del parque Larragorri en el entorno. Por este motivo, se creará una comisión de control en la que estará presente la consejería de Industria, así como representantes de las diputaciones de Bizkaia y Álava. Los aerogeneradores se instalarán en los montes Jesuri, Goikolandeta, Arriurdin, Senagorta y Kukutza.