Atacan a los policías que escoltaban a los servicios de limpieza en Bilbao

En Bilbao fue la segunda noche consecutiva de botellones. La Ertzaintza y la Policía local reforzaron sus dispositivos para tratar de garantizar que se cumplen las medidas sanitarias decretadas para frenar la pandemia. Las calles estaban atestadas de gente. Durante las primeras horas de la noche reinó la tranquilidad. Pasadas las diez de la noche empezaron a reunirse decenas de jóvenes en el callejón de María Díaz de Haro. Cada vez llegaban más chavales. Algunos llevaban altavoces. Al final se juntaron en torno al medio millar de personas.

Los vecinos se quejaban. «Esto está a reventar», insistían. Algunos protestaban porque apenas podían entrar en los portales de sus casas. Desde los balcones empezaron a tirar agua a los jóvenes para tratar de que se marchasen de allí. Sin éxito. La aglomeración llegó al punto de que los chavales tomaron la carretera e incluso llegaron a dificultar el paso de los vehículos, que se vieron obligados a tocar el claxon para poder avanzar. Varias dotaciones de la Ertzaintza y la Policía local controlaron a cierta distancia el botellón.

A la una de la madrugada dos vehículos de la Policía Municipal cortaron el paso de María Díaz de Haro en el cruce con Rodríguez Arias. Pero la fiesta seguía y no paraba de llegar gente. «Me parece vergonzoso», insistía un vecino. Muchas personas llamaron a la Policía pidiendo que disolviesen la concentración. «He bajado para cerciorarme de si era verdad lo que veía por la ventana. No lo entiendo, si en vez de dos coches tienen que mandar cuarenta, que lo hagan. Tenemos los portales meados y todo hecho un asco. Las leyes están para cumplirlas», comentó este bilbaíno.

También se quejaban los hosteleros. «Tenemos un público más mayor, gente con niños pequeños que si ven estas escenas prefieren cambiar de bar y eso nos hace mucho daño», explicó Jonathan, al frente del Cork de Pozas.

Sobre las tres y media de la madrugada se mandó a la zona a un camión de los servicios de limpieza, que tuvo que ser escoltado por agentes de la Policía local. Fue entonces cuando, poco a poco, se comenzó a desalojar a los grupos que estaban de botellón. Y cuando varios jóvenes empezaron a lanzar objetos a los policías, que acabaron cargando para tratar de «zanjar» los incidentes.

En Eibar, hacia las dos de la madrugada, la Ertzaintza fue alertada de que se estaba produciendo una pelea entre varias personas en la calle Ego-Gain. Varias dotaciones policiales acudieron al lugar e identificaron a los implicados. Un varón de 27 años golpeó a uno de los ertzainas y trató de huir, pero fue reducido y detenido por atentado contra agentes de la autoridad.

En el transcurso de esta detención, alrededor de 100 personas se acercaron al lugar y empezaron a increpar a los agentes y a lanzarles objetos. A partir de ese momento, se produjeron una serie de desórdenes públicos en los que fueron detenidos tres varones de 27, 28 y 39 años por atentado contra agentes de la autoridad y desórdenes públicos.