Los residuos de carne y pescado irán a partir de ahora al contenedor marrón

La fecha del cambio es el 1 de marzo. A partir de ese día, los restos animales, cocinados o no, deben ir al contenedor marrón. La idea es «incrementar la recogida de este tipo de desechos». Carne, embutidos, pescado, marisco, restos de huevo y sus cáscaras o quesos se sumarán a los que ya debían depositarse en estos contáiners, como frutas, verduras, legumbres, hortalizas, pastas, arroces y semillas.

Bizkaia ha llevado a cabo una prueba piloto en Lea Artibai en los últimos meses para comprobar y testar los cambios a pequeña escala y «garantizar los parámetros necesarios para hacer un compost de calidad». Y es que, cuando en 2012 la Diputación apostó por el compost, lo hizo en su versión más sencilla, la que conjugaba sólo elementos de origen vegetal y facilitaba el proceso. Para abordar el cambio actual, ha sido necesario adecuar la planta de tratamiento de Artigas y se crearán en unos meses nuevas plantas de compostaje locales en Berriatua, Getxo e Igorre. Esos compartimentos donde maceran los residuos serán verticales, a diferencia de los actuales, para que ocupen menos espacio. Así, pueden ubicarse en el exterior y su instalación no requiere de grandes obras. El sistema es modulable, con lo que se podrán ampliar progresivamente cuando haga falta una mayor capacidad.

El objetivo es también «descentralizar la gestión de la fracción orgánica, lo que tendrá como consecuencia una reducción de los trayectos de transporte tanto de los residuos como del compost resultante. Ganará eficiencia el servicio y redundará en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero», valoró la diputada de Sostenibilidad.

En Artigas las obras se han desarrollado a lo largo del año pasado tras una inversión de 5,7 millones de euros. En los últimos meses se han realizado pruebas para testar el funcionamiento. La principal planta de compostaje tiene ya capacidad para tratar 10.400 toneladas al año de biorresiduos y una cantidad similar en restos de poda. El proceso dura ocho semanas y permite generar aproximadamente 12.200 toneladas de compost.

Artigas tiene una nave de recepción de residuos de 300 metros cuadrados. Allí se hace un triaje que separa los desechos no compostables depositados por error. Luego el residuo pasa a los ocho túneles de fermentación, de 32 metros de largo, donde está cuatro semanas. Posteriormente esa pasta se traslada a otras pilas todavía mayores, que ocupan 2.200 metros cuadrados. Allí se voltean y airean. El producto final «se vende posteriormente a los ayuntamientos, empresas de jardinería y particulares», según explicó Unzueta. Los responsables forales han hecho algunos «análisis en previsión de que crezca la producción» después de incorporar la carne y el pescado.

El 88% de los municipios vizcaínos tiene ya en sus calles el contenedor marrón. «Hemos acompañado con ayudas anuales a los municipios para que se sumen al compostaje, ya que esta es una competencia municipal», apuntó Unzueta.

Cuestionada Unzueta sobre si este salto en el compostaje irá acompañado de incentivos fiscales para los ciudadanos que se sumen al reciclaje, negó que esté entre las planes forales. En algunas localidades, como San Sebastián, unirse al compostaje implica una reducción de la factura municipal de agua y basura.

La Diputación y la sociedad pública foral Garbiker llevarán a cabo una campaña de sensibilización para dar a conocer los cambios en los medios de comunicación, así como en pescaderías, carnicerías y supermercados de diferentes cadenas.