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La «inestabilidad y el riesgo de nuevo corrimientos» ha obligado esta mañana a paralizar de nuevo los trabajos desarrollados en la escombrera de Zaldibar para tratar de localizar a los dos trabajadores desaparecidos. Los geólogos encargados de supervisar las operaciones han aconsejado detener las ... labores tras constatar que el depósito «está en estado dinámico» – «se están moviendo», ha descrito la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia– y los equipos de emergencia y excavación podían correr algún tipo de peligro.
Los operarios estaban trabajando con maquinaria en una zona acotada y muy concreta del vertedero, donde los testimonios de los testigos y los datos aportados por la empresa apuntaban que podían encontrarse las dos personas desaparecidas desde el jueves. Ahora serán los geólogos los encargados de dictaminar si es posible trasladar los trabajos a otras parcelas de la escombrera o utilizar otros medios para continuar con la búsqueda.
Mientras los expertos presentan un informe con sus recomendaciones y dan orden de retomar los trabajos, el Gobierno vasco continúa investigando las causas del derrumbe. Según ha desvelado esta mañana la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, el vertedero estaba al 75% de su capacidad máxima, cuantificada en 2,4 millones de toneladas. Además, ha aclarado que en la última inspección que su departamento realizó a las instalaciones, en julio de 2019, sí se detectaron ciertas irregularidades menores –«había cosas pequeñas que no se estaban haciendo bien», ha asegurado–, pero en ningún caso apuntaban a que existiera un «riesgo de inestabilidad».
La viceconsejera ha descartado con rotundidad que en la escombrera se estuvieran acumulando lindano u otro tipo de contaminantes orgánicos, y que sólo el 0,6% de los materiales acumulados era «amianto aglomerado» presente en restos de construcción. Asimismo, ha aclarado que el material no autorizado que se detectó en esa última inspección eran «plásticos» para los que las instalaciones no tenían los permisos correspondientes.
Junto a Beltrán de Heredia, esta mañana también ha comparecido en el Ayuntamiento de Zaldibar el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, quien ha garantizado la calidad del aire y del agua de la zona. «Vivo en Eibar, y ese mismo aire es el que yo respiro, respiran mis hijos y respiran mis vecinos», ha asegurado con gesto serio. Arriola ha querido salir al paso de algunas informaciones y ha asegurado que todas las mediciones realizadas por las estaciones de Eibar, Ermua y la unidad móvil trasladada a la zona han sido «positivas». Asimismo, ha descartado «episodios de contaminación» en los ríos de la zona por las aguas que hayan podido partir de la escombrera.
Con respecto al incendio declarado en la escombrera, Moreno ha detallado que es a consecuencia del metano acumulado entre los restos del derrumbe, que antes se controlaba mediante 14 chimeneas diseminadas por todo el recinto, pero que ahora está escapando sin control a la atmósfera. Este gas estaría combustionando al contacto con el oxígeno y generando así el fuego. En las próximas horas se va a realizar un estudio topográfico de todo el terreno para determinar la mejor manera de sofocarlo. A este respecto, el Gobierno vasco ha contactado con un investigador alemán experto en el tratamiento de gases de este tipo de instalaciones, que mañana recorrerá la zona para elaborar un informe con recomendaciones.
Las autoridades mantienen las dudas sobre cómo, una vez finalicen las labores de rescate ahora paralizadas, tendrán que acometerse los trabajos para estabilizar la zona y, a medio plazo, «remediar» lo ocurrido y devolver la normalidad a la zona. Según ha desvelado Arriola, es responsabilidad de la empresa Verter Recycling la ejecución de los estudios y la ejecución de las obras necesarias. En previsión de que esta compañía no pueda hacerse cargo en el tiempo necesario, el Gobierno vasco intervendrá vía ejecución subsidiaria.
Por el momento, el material retirado en las últimas cuatro jornadas de trabajo –19 camiones en total– está siendo almacenado de manera temporal en dos acopios junto a la zona siniestrada. Pero cuando se retomen los trabajos, los escombros podrían ser trasladados a dos instalaciones ubicadas en las localidades de Mallabia y Zalla, las únicas operativas en territorio vasco capaces de recibir restos con amianto.
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