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Mireya López.
Indautxu se llena de atletas, cervezas y pajaritas

Indautxu se llena de atletas, cervezas y pajaritas

El partido del Athletic, el maratón nocturno, la ópera y los chollos juveniles convierten el centro de Bilbao en un amasijo humano colorido y diverso

Sábado, 19 de octubre 2024, 21:22

La fuerza soberana que dirige el destino de la gente, el elemento determinante que hace que las cosas pasen o no, lo que viene a ser la pura casualidad, ha querido que este sábado coincidiesen en la misma zona de Bilbao dos eventos deportivos multitudinarios como son el partido del Athletic y la Night Marathon, con la ópera en el Euskalduna y los chollos de una tienda en la calle Doctor Achúcarro que generaron grandes colas adolescentes. Así que fue un día muy animado y colorido en Indautxu.

Estas cosas pasan a veces. También, por ejemplo, cuando una gran manifestación de sábado coincide con las rebajas y además hace buen tiempo. En estos casos Bilbao se convierte en un lugar vibrante y atestado, muy interesante. Este fin de semana, con un agravante algo incómodo: la supresión de cientos de plazas de aparcamiento en superficie para engrasar el paso de la carrera provocó grandes colas en los accesos a los parkings, mermada su capacidad además por el cierre por obras del que está en el Ensanche. Buena parte de la ciudad se convirtió en una ratonera para los conductores una vez que se cerraron las calles por donde pasaba la carrera, como la Gran Vía.

Pero lo más importante es que el paisaje era muy llamativo y heterogéneo en el barrio de Indautxu. No había más que darse un paseo a las seis de la tarde partiendo, sin ir más lejos, de la Alhóndiga, donde siempre hay media docena de turistas sacándole fotos a los pies de la gente que se baña en la piscina.

Al lado, en Iparragirre, el tráfico estaba colapsado, lo que ya anunciaba que pasaba algo infrecuente. Y en Doctor Achúcarro, como ya se ha avanzado, durante casi todo el día hubo decenas o cientos de jóvenes que hacían cola para comprar cosas de marcas caras a diez euros en la 'pop up' Jaleo Village. Salían con bolsas llenas de ropa y fuera esperaban otros con bolsas llenas de botellas, como cada sábado.

Pozas estaba muy animada también. Cientos de rojiblancos llevaban un par de horas celebrando el triunfo del Athletic y se notaba. Había mucho jaleo, que espesaba la atmósfera ya densa por la cerveza y el tabaco. Y esa atmósfera era atravesada ágilmente por individuos vestidos de corto, con dorsal y todo, en dirección a San Mamés. Es que desde el estadio salía a las siete de la tarde la Bilbao Night Marathon.

A medida que se avanzaba en dirección a San Mamés había más atletas y menos fiesteros. Y ya en Sabino Arana, en el Sagrado Corazón y en el tramo próximo de Gran Vía, todo eran deportistas calentando, la mayoría desplazándose con amplias zancadas, circulares y ligeras, con la fácil elegancia de quien tiene bien dominada su naturaleza.

Aquí entraba en juego una variable humana que hacía aún más pintoresco el entorno: quienes iban al Euskalduna, a la ópera, que también empezaba a las siete. Ya no es el evento social recargado que era antes, pero el personal mayoritariamente sí guarda cierta etiqueta. Ellos, muy frecuentemente, van con corbata o pajarita. Ellas con satenes y transparencias, incluso con guantes y alguna estola de piel, pero colgada del brazo porque hacía bastante calor.

«¡Hala, los de la ópera!», señalaba una corredora que estiraba y se comía un plátano, como quien señala a las cebras en el Serengueti, cuando avistó a un grupo especialmente emperifollado frente al Euskalduna. Ellos, que se dieron cuenta de la indelicadeza, siguieron avanzando con tranquila indiferencia hasta confundirse entre la multitud dispar donde también brillaba alguna camiseta del Athletic.

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