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El transporte de emergencias vive este lunes una nueva huelga. La quinta desde octubre. Aunque la que arranca hoy tiene una diferencia: se convoca con carácter indefinido. Salvo a las UVI móviles y al helicóptero, que sí pertenecen a Osakidetza, los paros afectan al resto ... de las ambulancias de transporte sanitario urgente y del programado. Dos servicios que prestan los vehículos y empleados de las empresas La Pau y Ambulancias Gipuzkoa contratadas por Salud.
También ha tenido lugar en la mañana de hoy en Bilbao una manifestación de trabajadores de las ambulancias. Los sindicatos piden la homologación de estos 1.700 trabajadores de las contratas al personal de Osakidetza y la recuperación del poder adquisitivo perdido en dos años, que cifran en un 17%. La patronal, por su parte, dice ofrecer una subida del salario por hora del 21%. Por el momento no hay acuerdo.
Euskadi es la tercera comunidad con menos ambulancias por habitante para atender las situaciones de urgencias sanitarias. Solo Madrid e Islas Baleares tienen una tasa inferior, tal y como figura en la estadística publicada por el Ministerio de Sanidad. Según ese informe, el País Vasco dispone de 100 vehículos sanitarios para cubrir las emergencias de su población: 4,4 por cada 100.000 habitantes. La media nacional se sitúa en 6,5, casi un 50% más. Sin embargo, tanto el volumen de salidas como de asistencias atendidas en Euskadi se sitúa ligeramente por encima de la media del Sistema Nacional de Salud, según el ministerio. Cada día en el País Vasco se realizan cerca de servicios con 600 ambulancias de diferente rango.
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Entre las cuatro huelgas anteriores se registraron un total de 235 sabotajes. Algunas ambulancias fueron dañadas en varias ocasiones y hubo dos que acabaron calcinadas. El valor de los daños superó los 300.000 euros, según indicó el Departamento de Seguridad. Solo los vehículos quemados costaban 125.000 euros cada uno. Dos trabajadores fueron detenidos y otros tres investigados por su presunta implicación en los sabotajes.
En un informe solicitado al Parlamento vasco tras la muerte de una mujer de un infarto en Bermeo en el que la ambulancia más cercana había sido inutilizada, la consejería sostenía que «los daños reiteradamente generados complicaron la reposición de los vehículos a los trabajadores». Esto «redujo exponencialmente la capacidad para proporcionar a la población asistencia de urgencias y emergencias sanitarias».
de las UVI móviles llegan en menos de 15 minutos.
De los 338 empleados de Emergencias 173 son personal fijo estatutario mientras que el resto, casi la mitad, son interinos.
ambulancias de urgencias se movilizaron en 2022.
La activación de estos vehículos se ha incrementado un 12% con respecto a antes de la pandemia por el envejecimiento.
Con todos estos antecedentes este lunes comienza una nueva huelga en un sector ya de por sí con unos recursos escasos en comparación con los de otras comunidades autónomas, tanto a nivel de vehículos como también de facultativos. El Servicio Vasco de Salud cuenta en la actualidad con doce UVI móviles. Estas son las únicas ambulancias en Euskadi que están dotadas con un médico. Le acompañan un enfermero y un técnico en emergencias sanitarias. A las UVI móviles hay que añadir las contratadas a empresas externas: once ambulancias de soporte vital con enfermería y 67 de soporte vital básico, en las que viajan dos técnicos sanitarios con formación en primeros auxilios, según la información que publica Salud en su web. El Ministerio de Sanidad le añade diez vehículos más en sus estadísticas oficiales. A todo esto hay que sumar el helicóptero: una UVI móvil voladora.
Para las organizaciones profesionales la dotación de ambulancias de Euskadi, pese a que cumple con las recomendaciones mínimas establecidas por la OMS -cuatro vehículos por cada 100.000 habitantes-, es «insuficiente». Comparten esta opinión tanto el Sindicato Médico de Euskadi como ESK. El Departamento de Salud no ha contestado a las preguntas que le ha trasladado EL CORREO sobre esta cuestión.
Los sindicatos defienden que la orografía del País Vasco es compleja y que el helicóptero no puede volar con condiciones meteorológicas desfavorables ni tampoco por las noches. A esto hay que añadir el envejecimiento de la población y el consiguiente aumento de las necesidades de salud. Según los datos publicados por el ministerio, el número de ambulancias movilizadas por Osakidetza se ha incrementado un 12% con respecto a 2019.
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Al hecho de que Euskadi sea una de las comunidades con menos ambulancias por habitante hay que sumar otro gran problema: ni siquiera hay personal médico suficiente para cubrir todos los turnos de las UVI móviles. Hasta el punto de que en las últimas semanas se han sucedido los episodios en los que estos vehículos han tenido que dar servicio sin facultativo, como ocurrió hace unas fechas con la unidad que tiene su base en Gernika o la de Nanclares.
La propia consejera de Salud reconoció el pasado 2 de febrero en el pleno del Parlamento vasco que estas situaciones se habían debido a la falta de facultativos en Emergencias. Semanas antes fue la actual directora de esta organización, Ane Beitia, quien afirmó que están sufriendo «la carencia de médicos con más impacto que otros servicios», hasta el punto de que «nos cuesta mucho rellenar las carteleras». Algo que logran gracias a que los galenos de esta unidad realizan una cantidad elevada de horas extra, doblan turnos y acuden a trabajar en sus días libres para no dejar a la población desatendida.
Ruth Salaberria es médico interina de Emergencias en Gipuzkoa y delegada de ESK. Le gusta la acción y ofrecer esa primera atención al paciente. «Atendemos cuestiones vitales. Tenemos que llegar lo antes posible y dar una respuesta inmediata», explica. Por eso insiste en que haya más ambulancias para llegar a tiempo, incluso a lugares dispersos cuando el helicóptero no puede volar. En cuanto al servicio, opina que Euskadi «ha dejado de ser una referencia en Emergencias. Nos han adelantado otras comunidades».
Amaia Ramos es enfermera en el centro coordinador de Gipuzkoa. Allí atienden las llamadas por urgencias y se decide qué tipo de ambulancias enviar. Afirma que en los últimos años «ha aumentado mucho el trabajo». No solo porque ahora lleguen más avisos, sino porque buena parte son atendidos por enfermeras. «Al faltar médicos o estar ocupados se sobrecargan el resto de las categorías», indica. Ramos, delegada de ESK, reclama «protocolos para afrontar estas situaciones en las que no hay médico. Ahora tiramos de experiencia».
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