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Los hoteles bilbaínos están de enhorabuena. Celebran el mejor verano de su historia y prevén ocupaciones superiores al 90% para la Aste Nagusia que arranca mañana. La llegada de visitantes extranjeros es predominante entre los turistas que inundan las calles de la capital vizcaína desde ... mediados de julio. La alta ocupación en absoluto ha sorprendido a los directores de los distintos establecimientos, sobre todo a los más lujosos. El Carlton de la Plaza Moyua espera llenar en fiestas entre el 95% y 97% de sus habitaciones, mientras que el The Artist, antiguo Domine, baraja cifras parejas.
Los alojamientos de tres y cuatro estrellas también rozarán el lleno a lo largo de la Semana Grande, periodo durante el que las tarifas experimentarán un sensible aumento, aunque el sector se reserva el alcance de estas subidas. La tarifa media rompió el pasado mayo cualquier techo al situarse en casi 132 euros por noche, según el Instituto Vasco de Estadística (Eustat).
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Sin embargo, esta cantidad se quedará corta a partir de mañana. Hay diferentes razones que explican este incremento. Exceltur, asociación formada por 30 de las más relevantes empresas de toda la cadena de valor turística, además de agencias de viaje y touroperadores, calcula que España recibirá este verano un 10% más de viajeros estadounidenses y de Latinoamérica, con Bilbao como la capital donde más crecen los ingresos: un 27,3% respecto al año pasado, por delante de Alicante (25%) y Madrid (20%).
Un hecho inédito que refleja el extraordinaria tirón de la villa, que oferta 2.360 plazas más que en 2014 y que prepara a medio plazo la apertura de al menos una decena de locales. «Estamos completos, a tope, con un montón de reservas. Andamos muy, muy bien», explican desde The Artist. «Podríamos llegar al 100% de ocupación, pero buscamos la calidad, no la cantidad. Podríamos bajar las tarifas y tener mayor cuota de mercado, pero nos hemos centrado en los clientes americanos, alemanes, británicos, suizos y austriacos porque llegan y te piden una botella de Vega Sicilia», destacan. En el Carlton más del 70% de sus huéspedes son internacionales y la mayoría ignora que la ciudad se encuentra en fiestas. «Los precios aumentan en estas fechas porque la demanda es mayor, pero menos de lo que se dice. No son aumentos estratosféricos, sino proporcionales al IPC», detalla su director, Alberto Gutiérrez.
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Este escenario se enmarca en un contexto de exceso de oferta. En febrero de 2001, el entonces presidente de los hoteleros españoles, José María Carbó, analizó con sus colegas bilbaínos el estado del sector en el establecimiento más lujoso de la época, el López de Haro, que se transformará el próximo año en apartamentos turísticos. Su diagnóstico fue demoledor. Bilbao contaba, a su juicio, hace ya 23 años con «demasiados establecimientos». Aún no habían echado a andar el Silken o el Meliá, entre otros muchos. Además, tildó de «anormal» el fuerte desarrollo que experimentaba la ciudad en aquellos momentos. Carbó se preguntó para qué necesitaba la ciudad tantos alojamientos -«esto es muy malo», advirtió- cuando solo recibía ejecutivos de negocios y la presencia de turistas era prácticamente inexistente.
Casi un cuarto de siglo después, la capital vizcaína vive un estado de euforia animado por inversores, operadores y promotores. Las plazas hoteleras crecen de forma extraordinaria. Han aumentado un 31% en la última década. Ha sacado al mercado otras 2.360 y pasado de 7.615 a las 9.979 actuales, según los últimos datos del Eustat. En este periodo los hoteleros han ofertado 1.048 habitaciones más (5.036 frente a 3.988), lo que supone un alza del 20%.
Solo el paréntesis de la pandemia trasladó una lógica inquietud a un sector que quedó noqueado por el virus, pero que rápidamente levantó la cabeza. La industria hotelera y hostelera local aporta casi el 7% del PIB bilbaíno. Y todo apunta a que este porcentaje seguirá yendo para arriba en un contexto que, no obstante, comienza a incomodar en cierta manera a las diferentes administraciones.
¿Por qué? Por el temor de que la situación se les vaya de las manos como ha sucedido en Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia, estresadas por la saturación turística y las presiones vecinales debido a la proliferación de apartamentos alternativos. Lo advirtió el pasado marzo el exconcejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo y nuevo viceconsejero de Relaciones Institucionales: «Ahora nos interesa más cuidar la ciudad que ganar en volumen de turistas», zanjó Xabier Ochandiano.
Los empresarios opinan diferente. Creen que la planta hotelera local tiene margen de mejora mientras se expande a una velocidad de vértigo. Solo en los últimos ocho años ha avanzado un 25%. Se han levantado 17 nuevos hoteles, la mayoría de entre tres y cinco estrellas, y pasado de 68 a los 85 actuales, aunque las estadísticas no recogen, por ejemplo, el negocio abierto hace solo dos semanas en el Casco Viejo.
El listado tampoco incluye la actividad de pensiones y albergues y, por supuesto, la de los controvertidos pisos turísticos. Este impulso ha supuesto un gran impacto económico al emplear a 1.374 personas, un 12% más que hace diez años, cifras que superan la media nacional. La presencia internacional, con cadenas como la estadounidense Radisson y la israelí NYX, es cada mayor.
No obstante, Bilbao quiere más. A corto y medio plazo está prevista la inauguración de casi una decena de nuevos establecimientos en el centro de la villa. Está pendiente de apertura un hotel de 24 habitaciones en la Plaza del Gas y otro de 5 estrellas y 45 habitaciones en el histórico Palacio Olabarri de Campo Volantín. Mientras, la cadena hotelera gay Axel sigue adelante con sus planes en el Muelle de la Merced, pese a que problemas financieros, ya resueltos, colocaron el proyecto al borde del precipicio, en tanto que el histórico restaurante Rogelio de Basurto, propiedad de Segundo Pelayo, albergará, a partir de septiembre, un hotel boutique con entre 10 y 12 habitaciones. En medio de este frenesí, los operarios siguen trabajando a destajo en el antiguo palacio Allende Salazar de la calle Correo, donde durante 64 años funcionó la tienda de tejidos Rafael Matías.
En cifras
85 hoteles funcionan en Bilbao. La mayoría son de entre 3 y 5 estrellas y cada vez operan más cadenas internacionales.
5.036 habitaciones ofertan cada día los establecimientos bilbaínos frente a los 3.988 de hace una década, un 20% más.
7% del PIB de la villa. La actividad hostelera y hotelera acapara cada vez un mayor protagonismo. El gasto de los turistas supone el 17% de los ingresos de los comercios locales.
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