La funeraria se lleva los cuerpos. Luis Calabor

Detenido por degollar a su mujer y a su hija en el chalé familiar de Abanto

La esposa, de 56 años, fue asesinada en el salón, donde fue encontrada maniatada y con un trapo en la boca, y la hija, de 24, en la planta superior

Miércoles, 11 de marzo 2020

¿Qué pasaba ayer o en los últimos días por la cabeza de Faustino M.S., de 60 años, para terminar degollando a su mujer, Miren Uranga, de 56, y a su única hija, Paola (24), en el acomodado chalé familiar del barrio Sanfuentes de Abanto? El móvil del doble crimen será una de las principales incógnitas que tendrá que resolver a partir de ahora la investigación de la Ertzaintza. Según se comentaba ayer en la zona, la noche anterior el presunto asesino había estado bebiendo en un bar y le habían tenido que llevar a casa. ¿Qué rondaba por su mente? ¿Estaba ya planeando el doble homicidio o fue producto de un arrebato? Sus vecinos le definen como un hombre «raro». De gran corpulencia y bastante alto, a sus 60 años Faustino se presentaba en su Facebook como «un friki del gimnasio». Había practicado también boxeo y «salía a correr todas las mañanas», según sus vecinos.

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El matrimonio se trasladó a la casa unifamiliar de Abanto hace unos 14 años desde la cercana localidad de Santurtzi, donde habían vivido hasta entonces. Sus padres, afincados en Portugalete, habían sido constructores, oficio que también heredó él durante un tiempo. Hace algo más de un año, Faustino había abierto una inmobiliaria con el que era su cuñado como socio en la calle Juan XXIII de la localidad marinera. Al parecer, el negocio atravesaba en los últimos tiempos por problemas económicos.

Vídeo. Luis Calabor

Tampoco se sabe con exactitud a qué hora cometió el doble asesinato machista. Alrededor de la una menos cuarto de la tarde de ayer, el camarero de un bar de Santurtzi se presentó muy nervioso en la subcomisaría de la Ertzaintza en la localidad para advertir de que un cliente le había confesado que había matado a su esposa y a la hija de ambos. También le entregó las llaves de la vivienda en la que supuestamente se encontraban los cadáveres.

«Parecía un poco pirado, pero no comopara hacer esta locura»

Los residentes de las viviendas contiguas a la de Faustino y Miren no daban ayer crédito. «Se les veía bien», coincidían. Algunos de los que compartieron vecindad con ellos durante casi quince años se atrevían a confesar que él «parecía un poco pirado, aunque no como para hacer esta locura». «Tenía una mirada que daba miedo, la verdad». Nunca, sin embargo, había tenido problemas con ningún vecino.

La búsqueda

A una hermana también le había anunciado los asesinatos, como ella misma comunicó a la Ertzaintza. Agentes de la comisaría de Muskiz se personaron entonces en la casa, ubicada en la avenida de los Chopos de Abanto. Nadie contestaba. Tampoco los teléfonos móviles ni el fijo, pero el coche de la mujer se encontraba aparcado allí. Se llegó a movilizar a un equipo negociador de la Ertzaintza por si en el interior se encontraba el sospechoso armado. Al acceder a la vivienda, los agentes localizaron en el salón, en la planta de abajo, a la mujer sin vida, con las manos atadas y un trapo en la boca y cubierta de mantas. En el piso superior, en una habitación, yacía también muerta la hija. Según los primeros indicios recogidos durante el levantamiento de los cadáveres, el presunto asesino utilizó un arma blanca, que clavó a cada una de ellas en el cuello. Degolló a ambas, a falta de conocer la autopsia que se practicará a los cadáveres. El arma homicida fue decomisada en la vivienda. «¡Las ha matado a las dos! Id con la abuela, por favor», gritaba desconsolada la hermana de Miren a otros parientes al llegar a la entrada del domicilio, tomada por agentes de la Ertzaintza, algunos de ellos con los rostros cubiertos por verduguillos.

Vídeo.

La búsqueda se trasladó entonces hasta la inmobiliaria de Santurtzi, que permanecía con las persiana bajada. Esa mañana no había llegado a abrir. Tampoco había nadie. Alrededor de las cuatro de la tarde, fue localizado el 'Ford Mondeo' negro de Faustino, en el que se había dado a la fuga, en Portugalete. La familia tenía en esta localidad, concretamente en la calle Bizkaia, unos trasteros.

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Agentes de los 'Bizkor', unidad especializada en intervenciones con personas armadas, irrumpieron en el camarote y localizaron al presunto asesino en estado de semiinconsciencia. Había ingerido gran cantidad de pastillas con la intención de suicidarse. Fue extraído en una camilla y, en calidad de detenido, le trasladaron en ambulancia hasta el hospital de Cruces, donde fue sometido a un lavado de estómago y donde permanecía al cierre de esta edición. Una vez que se recupere, el arrestado será trasladado a los calabozos de la comisaría de Muskiz.

Vídeo.

300 personas condenan el crimen en Abanto

Cerca de 300 personas se han manifestado este miércoles en la plaza Abin de Sanfuentes, en Abanto, para condenar el asesinato de una mujer y su hija registrado en el municipio. La concentración silenciosa, convocada por el movimiento feminista, ha concluido con un aplauso y la lectura de un manifiesto.

En el texto se han recordado otros dos sucesos registrados en la Zona Minera esta misma semana: la violación de una menor este lunes denunciada en Muskiz y el acoso sufrido por una mujer cuando regresaba a su casa en Las Carreras el martes por la tarde. «El terrorismo machista sigue matando y el objetivo siempre somos nosotras», han denunciado en la protesta.

Primeros casos de violencia de género desde 2018 en Euskadi

De confirmarse que se trata de dos asesinatos, serían los primeros casos de violencia de género registrados en Euskadi desde 2018, ya que en 2019 no hubo ninguno. Se da la circunstancia de que el año pasado fue el primero desde 2002 en el que ninguna mujer fue asesinada a manos de su pareja o expareja en Euskadi. Desde 2003, cuando se comenzaron a contabilizar estos crímenes, 44 mujeres han muerto por violencia de género en Euskadi. Según los datos del Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, los años más sangrientos fueron 2004 y 2010, con cinco asesinadas en cada uno, seguidos de 2005 y 2006 con 4 mujeres muertas por esta causa también en cada ejercicio. Hace dos años fueron tres las víctimas mortales. El 20 de abril, María José Bejarano, de 43 años, –que tenía dos hijos menores– fue asesinada en Vitoria por su excompañero sentimental. El agresor también mató a su exsuegra, Florentina. Y el 25 de septiembre, Maguette Mbeugou, de 25 años, moría en Bilbao a manos de su marido. Era madre de dos niñas de 5 años.

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A nivel nacional, los dos casos de Abanto se suman a los 15 registrados en los primeros tres meses del año. El último, el ocurrido este pasado sábado en Valencia, cuando un hombre con antecedentes delictivos disparó a su pareja en la cabeza.

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