![Un helicóptero invadió la pista de Loiu cuando un avión iba a despegar por un fallo en la radio](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201904/05/media/animacion-loiu-dentro.gif)
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Un avión de KLM, con 100 personas a bordo, y un helicóptero de emergencias de Osakidetza, con cuatro profesionales en su interior, estuvieron cerca de chocar el pasado 30 de junio en la pista principal del aeropuerto de Bilbao. Lo sucedido aquel día ... ha sido investigado por un grupo de expertos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) durante los últimos ocho meses. El minucioso trabajo acaba de cerrarse y otorga al episodio una calificación de «severidad mayor», lo que significa que «la seguridad pudo estar comprometida, habiendose ocasionado una cuasicolisión entre las dos aeronaves». En los últimos años, no se había analizado un incidente aéreo de tránsito tan grave en Loiu.
El informe oficial, al que ha tenido acceso EL CORREO, constata la existencia de una cadena de malentendidos entre el piloto del helicóptero y el controlador que gestionaba en ese momento el tráfico del aeropuerto, lo que derivó en una sorpresiva incursión en el campo de vuelos cuando el aparato de la aerolínea holandesa con destino a Amsterdam estaba a punto de iniciar su carrera de despegue, la maniobra más sensible en aviación. La serie de fallos se produce en un contexto muy determinado y excepcional: las comunicaciones por radio estaban resultando ese día una auténtica pesadilla, con un intenso ruido de fondo e interferencias persistentes, tal y como se refleja en la investigación. La frecuencia que utiliza el aeródromo (118.5 MHz) estuvo aquejada por problemas técnicos. Unos retoques realizados en la antena de Sollube para reajustar la emisión de Radio Nacional estuvieron detrás de estas deficiencias, según ha confirmado la empresa pública Enaire. La incidencia comenzó el 21 de junio y se prolongó durante varias semanas. Hasta tres comandantes consultados por este diario definen como «horrible» y «estresante» la situación que se vivió con las emisoras en aquel periodo. Tras proceder a varias revisiones y trabajos de mantenimiento, en la actualidad todo funciona «correctamente», garantiza Enaire.
8 meses ha durado la investigación del incidente. El trabajo ha corrido a cargo de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.
La película de los hechos arranca al filo de las seis de la tarde de una jornada con unas buenas condiciones climatológicas para la operación aérea en el aeropuerto de Bilbao. El helicóptero de Osakidetza, bajo el mando de un piloto veterano, regresaba con normalidad a su base (ubicada en los viejos hangares de Sondika) tras atender una emergencia en Ondarroa. En la torre de Loiu vigilaba también un controlador con larga experiencia.
Al acercarse hacia el Txorierri, el 'Eurocopter EC35' del servicio vasco de salud notificó que variaría su aproximación habitual por la presencia de nubes en el valle de Mungia. Todas estas comunicaciones se realizan, según recoge el informe, «bajo un gran ruido e interferencias». Tanto es así que en las grabaciones analizadas a posteriori hay partes «ininteligibles».
En los días previos, la empresa que gestiona los helicópteros de Osakidetza había advertido por escrito de los problemas existentes con las comunicaciones. Según este documento, varias aerolíneas habían protestado también por la mala calidad de la señal que recibían sus receptores, «con una niebla muy potente de fondo». Hasta tal punto que, en un momento de la aproximación, el piloto llegó a apagar la radio y ceder esta responsabilidad al copiloto para concentrarse en el manejo.
Para entonces, la confusión ya se había producido, ya que el comandante y su segundo creyeron que estaban autorizados a aterrizar a través de la cabecera 30. Según su relato, recogido en el informe oficial, el controlador le había conminado a que «acelerara» porque venía un avión por detrás, a unas 25 millas de distancia. El helicóptero, al volar a baja altura, desaparece de la pantalla del controlador. Lo que no se espera de ninguna manera este profesional es que el 'Eurocopter' vaya a irrumpir en el campo de vuelos poco después de manera imprevista, ya que sostiene que en ningún momento le había autorizado. Todo se desarrolla muy rápido. El helicóptero avanza a gran velocidad. En menos de dos minutos, la torre dialoga con otro avión para recibir remolque y salir de la plataforma, al tiempo que da permiso al KLM para despegar. Este aparato echa a rodar hacia la pista desde el punto de espera, situado a unos 400 metros de la cabecera. Para entonces, el helicóptero ha pedido entrar por la emisora pero las conversaciones no cesan y ya es demasiado tarde «para abortar».
La aeronave de Osakidetza irrumpe entonces en escena. El piloto de KLM divisa al helicóptero y no se puede creer que le hayan dado luz verde para el despegue cuando está viendo llegar a la aeronave «a 60 metros de altura» y «a gran velocidad». «Frenamos fuerte para evitar la colisión», escribirá en su informe el comandante holandés, que dijo que rodaba a unos 45 por hora y que la pequeña aeronave pasó con una separación de «10 metros» (se entiende que vertical).
El informe no ha podido determinar la distancia exacta, ya que «no se dispone de trazas del radar». Lo cierto es que tanto el piloto del 'Eurocopter' como el controlador aseguraron que el aparato no llegó a tocar pista ni a sobrevolar el avión, sino que se desvió a la izquierda, por la hierba, en una maniobra evasiva para dirigirse después a los hangares de Sondika, donde se encuentra su base habitual.
La investigación realiza una serie de recomendaciones. Recuerda al piloto de Osakidetza que siempre «ha de cumplir las instrucciones del controlador para evitar poner en peligro la integridad de otras aeronaves y sus ocupantes». Asimismo le pide que, antes de entrar en pista, «tiene que tener absoluta certeza» de que hace lo correcto y, «ante cualquier duda, consultar». El informe de la AESA insta al controlador «a mantener la vigilancia visual constante de todas las operaciones, especialmente en el tramo de la aproximación final». Además, le recuerda que «es una buena práctica informar de forma apropiada al tráfico visual de su orden de secuencia con el fin de mejorar la consciencia situacional». Por último, los expertos exigen a Enaire revisar «el estado y cobertura» de todas las comunicaciones. Labor que ya se ha ejecutado «satisfactoriamente».
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