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El colegio Jesús María cerrará sus puertas el próximo curso para fusionarse con Jesuitinas. Jordi Alemany

Enfado en Jesús María y alegría en Jesuitinas, la fusión entre los dos colegios de Bilbao genera sentimientos encontrados

Mientras que una parte de los padres ven la unión como «algo positivo», otros critican la falta de previsión. «Ha sido una encerrona», dicen

Viernes, 31 de enero 2025, 11:12

Satisfacción y enfado. Alegría y tristeza. La fusión entre los colegios concertados Jesuitinas y Jesús María, ubicados a las faldas del monte Artxanda, por la falta de alumnos en las aulas ha generado sentimientos encontrados entre las familias. Tras haber iniciado conversaciones el pasado ... año, la Fundación Bidaide y la Fundación Educativa Jesuitinas, gestores de los dos centros bilbaínos, ambos de titularidad privada, dieron a conocer el jueves el acuerdo de integración al que han llegado. El nuevo proyecto, que será visible en el curso 2025-26, nace bajo el nombre Zabalbide y los estudiantes de ambos colegios se integrarán en las actuales instalaciones de Jesuitinas Bilbao.

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Mientras que los padres y madres del Jesuitinas se sienten «muy contentos» por la llegada de nuevos estudiantes, los progenitores de los niños que acuden al Jesús María creen que han sido «engañados». «No nos han dado información concreta de la nueva escuela. No sabemos ni el horario, ni si habrá autobuses para todos, ni el sistema de comedor...».

Familias del colegio Jesús María

«Ha sido una encerrona. Nos han avisado de la fusión sin apenas tiempo para elegir otro colegio»

A las familias del colegio concertado Jesús María no les ha sentado «nada bien» el cierre del centro para su fusión con Jesuitinas el próximo curso. Son las más afectadas de esta unión producida por la falta de alumnado, ya que serán sus hijos los que tengan que trasladarse de colegio en septiembre. «Nos ha sentado fatal. Muy, muy mal. Nos han avisado a quince días de poder matricular a nuestros hijos en otras escuelas. Estamos atadas de pies y manos», aseguraba esta mañana Paola Fernández. Madre de una niña de 10 años, con enfado confesaba que el cambio les supondrá un perjuicio. «Vivimos a cinco minutos andando de este colegio. Ahora tendremos que coger el coche», dice.

La opinión de Paola es compartida por gran parte de padres y madres. Muchos afectados aseguraban que la reunión que el centro celebró ayer para explicar a las familias los cambios que sufrirán sus hijos «no sirvió para mucho». «Ha sido una auténtica encerrona. A dos días de que el Jesuitinas celebre su jornada de puertas abiertas nos informan del cierre del colegio. Pero, ¿qué tiempo tenemos? Igual no nos gusta la opción que ellos nos plantean. Estamos sin casi tiempo para matricular a nuestros hijos en otros centros. Tendremos que dejarlos básicamente porque nos quedaremos sin opciones», criticaban dos madres que no han querido que su nombre se publique.

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Y es que algo que ha molestado «mucho» es la «falta de información y comunicación» por parte del colegio. Los afectados aseguran que el centro convocó la pasada semana una reunión que fue cancelada y que «ante los rumores de cierre, la dirección en todo momento dijo que el colegio se iba a mantener abierto». Jésica Silva, residente de Castro, desconoce si el nuevo centro educativo les garantizará transporte escolar. Madre de un niño de 3 años, aseguraba que la dirección del Jesús María no les había confirmado «ni si habrá autobuses». «Tampoco han comentado absolutamente nada sobre si el comedor va a ser de catering o tendrá comida preparada como aquí. Ha sido un palo», añadía. Pero el cambio no sólo afecta a los padres. También a los más pequeños, quienes han recibido «con tristeza» la noticia. «Mi hija se pasó la tarde de ayer llorando porque teme quedarse sin amigas. Es un cambio gordo», aseguraba una de las afectadas.

A pesar del «disgusto», hay quien cree que el cambio «no será tan grave». María Hernández, madre de dos niños de 9 y 6 años, piensa que lo importante es que se «les garantice un aula en el que puedan estudiar». «No nos han explicado muy bien dónde está el nuevo centro. Nosotros venimos andando. Tardamos una hora y no he mirado si será mejor o peor, pero mientras puedan seguir en el colegio estaré contenta», reconocía.

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Familias del colegio Jesuitinas

«Creemos que es positivo que se junten y conozcan a otros niños»

«Vemos que cierran colegios por el tema de la natalidad. No es algo nuevo, pero nos ha pillado por sorpresa. Aún así, creemos que la medida es positiva y estamos encantados». Así lo expresan algunas familias del centro concertado Jesuitinas, ubicado en las faldas del monte Artxanda. A partir del próximo curso se fusionará con el Jesús María por la falta de alumnos.

«Va a ser algo bueno para que no se cierre. El concepto educativo va a ser el mismo y es positivo que se junten y conozcan a otros compañeros», explica Cristina Nieto, que a primera hora de la mañana ha ido a dejar a su hijo al colegio. «A nosotros no nos afecta tanto, porque nos mantenemos en el mismo sitio. Viendo la situación que hay con la natalidad, te lo puedes llegar a esperar. Eso sí, quizás para la otra parte es más trastorno», cuenta otro padre de Etxebarri a este periódico. Varias familias han destacado que es «lo mejor que podía haber pasado». «Hay que buscar alternativas para que el número de alumnos en un centro vaya a más y no a menos», asegura Edu.

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La falta de alumnos en el centro se percibe desde hace varios años, según han comentado algunas madres del colegio. «Había clases con tan solo 12 niños, y por el tema de la baja natalidad tuvieron que meter a todos en una en algunos casos. Tendremos que adaptarnos a los nuevos cambios», dice Elisabeth Ylaquita. «Sabíamos que iban a fusionarse colegios por este tema. Entiendo que de alguna forma se trata de una medida lógica y no me parece extraño. Van a convocar una reunión para informarnos de todo, entonces esperaremos a ese momento para conocer todos los detalles, pero sabemos que hay un plan», comenta David Ereño.

A falta de conocer todos los detalles, se han confirmado algunos cambios de cara al próximo curso. «Lo más importante es que no nos mueven, porque era nuestro miedo. Para mí es positivo. Nos han comentado que los uniformes se van a cambiar y el horario del año que viene es distinto. En todas las etapas entrarán de 8.30 a 16.00 horas», explica Marta González. La misma opinión comparte Jonatan Ginés. «Nos parece genial porque el horario se ajusta. Mi hija mayor entra a las 8.00 horas y el menor a las 9.00. De esta manera, podemos traerles y recogerles a la vez y a la misma hora», agradece.

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Algunas alumnas no han podido disimular su entusiasmo con la nueva noticia. «Mi hija está encantada porque va a conocer a más compañeros. Lleva con los mismos nueve desde Infantil y creo que el cambio va a ser muy positivo», cuenta Maialen Tocino, que iba acompañada de su hija, Sara Justo. Por su parte, la directora de Jesuitinas, Idoia Larrayoz, ha subrayado que afronta el cambio con «muchísima ilusión». «La bajada de natalidad es algo inevitable, pero hay que poner el foco en que se van a juntar dos buenos proyectos y se van a convertir en uno mucho mejor. Las instituciones nos han respaldado para seguir adelante».

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