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Una abarrotada basílica de Begoña ha despedido por última vez a Juan María Uriarte,, obispo emérito de San Sebastián y prelado auxiliar de Bilbao entre 1976 y 1991. A las cinco de la tarde, una hora y media después de que dieran cierre a ... la capilla ardiente, las campanas del templo anunciaron el arranque de un emotivo funeral al que acudieron cientos de ciudadanos. Muchos de ellos tuvieron incluso que presenciar la ceremonía de pie y desde la entrada del santuario o por los huecos de los pasillos ante la falta de espacios libres en las bancadas.
Se pudieron ver conocidos rostros como el de la diputada general, Elixabete Etxanobe; la presidenta de las Juntas, Ana Otadui; y el vicelehendakari y consejero de Seguridad Josu Erkoreka, que definió a Uriarte como una persona «humana, que trabajó mucho por construir la paz en Euskadi».
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Tampoco a la cita faltó el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, quien recordó al prelado como «un referente y euskaldun de kilómetro cero». «Es alguien que pasará a la historia como un hombre de bien y de respeto que supo sobrellevar a los momentos más críticos», añadió. También estuvieron presentes personalidades como el exsecretario de Estado de Seguridad desde 1996 hasta 2000 Ricardo Martí Fluxa -quien fuera su interlocutor durante los contactos del Gobierno de Aznar con ETA-; la alcaldesa en funciones Amaia Arregi; la consejera de Sanidad, Gotzone Sagardui; y el director del museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte. Este último aseguró que Uriarte «era una de esas personas que marcan un antes y un después».
El féretro se llevó en procesión desde la Casa de la Espiritualidad hasta la basílica en compañía de sus familiares y amigos, que no pudieron ocultar su tristeza ante el fallecimiento de Juan María a los 90 años a causa de un ictus. Una vez allí, el actual titular de la diócesis, Joseba Segura, presidió la ceremonia y lo recordó como «un obispo fiel y prudente, constructor de puentes». «Era una persona rica en experiencias y en encuentros, alguien implicado con las personas y con las situaciones», reconoció Segura en la homilía, donde también desveló cómo fueron los últimos momentos de vida de Uriarte. «Juanmari se había preparado para este renacer. En la UCI, entre tubos y aparatos, pudimos ver la intensidad con la que el enfermo vivió la ceremonia de su unción. Los que hemos podido acompañarle estos últimos días le hemos visto con un mirar intenso y paciente. Aunque la parálisis no le dejaba expresar ya casi nada, los ojos hablaban», expresaba visiblemente emocionado.
«Una persona querida»
A la ceremonia también asistieron el cardenal Ricardo Blázquez, el arzobispo Florencio Roselló, el obispo de San Sebastián, Fernando Prado y el prelado de Vitoria, Juan Carlos Elizalde. «Uriarte ha sido una persona muy querida y eso ha quedado constatado en la cantidad de visitas recibidas en la capilla ardiente durante el tiempo que ha permanecido abierta», reconocieron desde la Diócesis de Bilbao.
El sepelio concluyó con un intenso aplauso dentro del templo y con unos bertsos dedicados por Unai Manterola. Este martes tendrá lugar una eucaristía en la catedral del Buen Pastor de San Sebastián a las 19.00 horas. Posteriormente, sus restos mortales serán trasladados a Fruiz, su municipio natal, donde el domingo 25 de febrero se desarrollará una misa.
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