Jorge Murcia
Viernes, 21 de octubre 2016, 12:25
Repostar gasolina en las estaciones de servicio vascas es más barato que en muchas otras comunidades autónomas. Gipuzkoa, Bizkaia y Álava ocupan los puestos 29, 32 y 37 respectivamente en cuanto a las provincias con la gasolina 95 más cara de España. Respecto al gasóleo, ... Bizkaia se posiciona en el número 32, mientras que Gipuzkoa cae al puesto 33, y Álava al 38. Son datos correspondientes a agosto, último mes analizado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en su 'Informe de supervisión de la distribución de carburantes en estaciones de servicio'. Pero que son muy similares a los que arrojan los meses anteriores.
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Y esto es así porque Euskadi es una de las cuatro comunidades autónomas (las otras son Cantabria, La Rioja y Castilla y León) que no aplican el tramo autonómico del Impuesto Especial de Hidrocarburos que grava los carburantes. Si el resto de autonomías tampoco lo repercutieran en el consumidor, el resultado sería que Gipuzkoa y Bizkaia venderían los combustibles más caros de España, con la excepción de Baleares, que por su condición de isla debe soportar las tarifas más elevadas con diferencia.
Sin tener en cuenta los tributos que gravan los combustibles (IEH e IVA), Gipuzkia arrojaría (siempre después de Baleares) el precio más alto: casi 52 céntimos por litro, seguida de Bizkaia (unos 51 céntimos), mientras que Álava se sitúa más atrás, en séptimo lugar, con 49 céntimos. La media nacional está en poco más de 48 céntimos. En cuanto al gasóleo, utilizado por la mayor parte del parque automovilístico español, el primer puesto en el ranking de provincias más caras de la Península es para Bizkaia (51 céntimos por litro). Gipuzkoa es segunda (con algo más de 50 céntimos), y Álava, quinta (no llega a los 50). La media del conjunto de comunidades autónomas se sitúa por debajo de los 48 céntimos.
En esa cantidad antes de impuestos se incluye el precio de la materia prima, determinado en el caso español por un mercado internacional con sede en Londres. En el caso de la gasolina, y según datos de la Asociación de Productos Petrolíferos (AOP), supone el 28% del Precio de Venta al Público (PVP). A ello habría que añadir los costes de distribución (un 13% del PVP): lo que cuesta transportar el combustible a las gasolineras, el coste de las reservas estratégicas, el del biocarburante que deben incluir los combustibles , o la aportación obligatoria al Fondo Nacional de Eficiencia Energética. Y por último, está el margen bruto mayorista, que según la AOP sería de un 2%. A todo ello se le añaden los impuestos, que en el caso de la gasolina representaría el 57% del PVP, y que en el del gasóleo se ve reducido al 53%.
Un impuesto dividido en tres
El IEH, uno de los dos tributos que se aplican a los carburantes, consta a su vez de tres tramos: el estatal general (que es de 40 céntimos por litro para la gasolina 95, y de 30,7 céntimos en el caso del gasóleo), el estatal especial (2,4 céntimos para ambos combustibles), y por último el autonómico. Ocho comunidades autónomas (Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña, Valencia, Murcia y Baleares) aplican el tipo máximo, que es de 4,8 céntimos por litro tanto para gasolina 95 como para gasóleo. Sólo Asturias grava con distintas cantidades (4,8 céntimos la gasolina, y 4 céntimos el gasóleo). Extremadura, por su parte, aplica un tramo de 3,84 céntimos por litro; Navarra y Aragón 2,4 céntimos, y Madrid 1,7. El resto, incluida Euskadi, no lo aplican.
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Estos dispares comportamientos hacen que, por ejemplo, gallegos y asturianos (y por supuesto, los baleares) paguen las gasolinas más caras, por un doble motivo. En primer lugar, porque sus provincias se sitúan en los primeros puestos en lo que se refiere al precio antes de impuestos. Y, en segundo lugar, porque se les aplica los tramos autonómicos más elevados, de 4,8 céntimos por litro.
Por el contrario (y sobre todo en lo que respecta al gasóleo), las provincias de Castilla y León se sitúan en la zona media-alta del rango de precios antes de impuestos, pero figuran en la cola en lo que se refiere al PVP, ya que el gobierno regional decidió eliminar el tramo autonómico desde el pasado 1 de enero. Hasta esa fecha Castilla y León si aplicaba el anteriormente denominado 'céntimo sanitario', por lo que los precios de repostaje eran de los más altos de España.
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Pero, ¿por qué los combustibles son más caros en Euskadi (sobre todo en Gipuzkoa y Bizkaia) antes de aplicar los impuestos. «No sabría dar una explicación. Yo, como empresario de gasolinera, pago un precio en un mercado de materia prima que cotiza en un mercado de referencia, y luego abono el llamado 'delta' a la compañía mayorista (una retribución que suele incluir costes de abanderamiento, contrapartidas comerciales en el caso de que las hubiera, uniformes, etc.). Y sobre eso yo pongo un margen», dice Mikel Iribarren, de la patronal de gasolineras vizcaínas, Estaserbi.
Cuota de mercado
Iribarren apunta como posible explicación la posición de dominio que en Bizkaia y Gipuzkoa tienen los dos grandes operadores de referencia en el mercado español: Repsol y Cepsa. Prácticamente la mitad de las 114 estaciones de servicio que hay en Bizkaia pertenecen a un mismo grupo (Repsol, Petronor y Campsa). Y si se añade a las de Cepsa, copan el 60%. En el caso de Gipuzkoa (con similar número de gasolineras) los porcentajes son del 40% y 53% respectivamente. Por su parte, en Álava el porcentaje de estaciones de servicio con la marca Repsol, Campsa o Petronor sólo alcanza el 34% (el 50% si se incluye a Cepsa).
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Juan Mari López, presidente de la Asociación de Empresarios de Automoción de Gipuzkoa (AEGA), cree que es «el operador» el que tiene la respuesta a la pregunta. «Porque es el que tiene la sartén por el mango. Antes la mayoría de los gasolineros trabajaban a comisión. Ahora funciona otro sistema, por el cual compra un producto al operador, con unos impuestos ya aplicados, y a partir de ahí el responsable de la gasolinera añade un margen», explica. «Tal vez el operador juegue con ese margen que le da el hecho de que Euskadi no aplique el tramo autonómico del IEH para poner sus precios más altos», añade como explicación más plausible. Es un argumento muy similar al que ofrecen fuentes de la AOP, aunque en su caso echan la pelota en el tejado de los gasolineros, «que son los que en última instancia aplican sus márgenes de beneficio».
La teoría de la ausencia de impuesto autonómico no vale, por ejemplo, para Castilla y León, que pese a no aplicarlo tampoco, cuenta con combustibles más baratos antes de impuestos que los de las provincias vascas, especialmente Bizkaia y Gipuzkoa. Y al revés, comunidades en las que se repercute el tramo autonómico del IEH, y además en su rango más alto (esos 4,8 céntimos por litro) como Asturias y Galicia) soportan también los precios más altos sin impuestos.
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