Durango rinde homenaje a las víctimas del bombardeo de 1937

La conmemoración se inició a las ocho de la mañana con tres campanadas seguidas de un minuto de silencio y otras tres campanadas que precedieron a la primera ofrenda floral realizada por la alcaldesa, Mireia Elkoroiribe, (PNV) y la teniente de alcalde, Jesica Ruiz, (PSE) junto al monolito que recuerda a las víctimas. A continuación, se hicieron las ofrendas florales por parte de la corporación municipal ante la placa en homenaje al batallón Otxandiano, la capilla y la escultura en homenaje a las personas enterradas en las fosas comunes.

Posteriormente, a las 8.30 horas, sonaron las campanas de la basílica de Santa María de Uribarri, rememorando el toque de alarma que hace 87 años alertó a la población de la localidad ante el primer ataque aéreo. Este sonido se ha replicado también en el cementerio, cerca del monolito y la capilla que guarda los nombres de cientos de durangueses que murieron como consecuencia de la Guerra Civil.

A las nueve de la mañana se ha encendido el pebetero en recuerdo a las víctimas en el Pórtico de Santa María. A las 10.00, el homenaje organizado por el Ayuntamiento se ha desarrollado en el parque Benita Uribarrena y ha contado con la presencia de la alcaldesa, el lehendakari Iñigo Urkullu, la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, la consejera de Igualdad, Justicia y políticas sociales, Nerea Melgosa, así como concejales del Consistorio durangués. Tras el discurso de la alcaldesa, intervinieron un testigo del bombardeo de Durango y Gernika y dos personas de Gaza y Ucrania, en un gesto de solidaridad y conexión con conflictos actuales.

«La importancia de recordar este trágico día no sólo para honrar a las víctimas, sino también para reafirmar nuestro compromiso con la memoria, la paz y la justicia», recalcó la regidora jeltzale, Mireia Elkoroiribe. Además, ha subrayado la necesidad de aprender de la historia para evitar repetir errores del pasado, enfatizando la capacidad de la humanidad para superar el sufrimiento, buscar justicia, entenderse mutuamente y construir puentes de solidaridad. «Tenemos que transmitir la verdad de lo sucedido a las futuras generaciones, honrando a las víctimas que durante años fueron olvidadas o ignoradas. Por un futuro basado en el diálogo, el respeto mutuo, y la cooperación, utilizando la memoria de Durango no como una carga, sino como un faro que guíe hacia la paz y la justicia», recalcó.

Uno de los familiares de testigos de Durango, Kepa Paul Arrinda Gorrotxategi, confesó que «toda Durango sufrió. Cuántas lágrimas y llantos«. »Mis padres me contaron que casi todas las familias perdieron algún ser querido. Mi padre perdió a su hermana y mi madre a su hermano. Una en Andra Mari y otro en los Jesuitas. Mi padre también fue gravemente herido. Mi tía y sus dos hermanos lo llevaron al cementerio para ser enterrado y cuando estaban a punto de adentrar el cadáver en la tumba apareció un avión. Comenzó a ametrallar, cuando el avión se acercaba, sacaron el cuerpo de la tumba y entraron en ella para protegerse de las balas. De cualquier otra violencia, los seres queridos vivían bajo tierra sin ser oídos«, añadió.

Una de las familiares del bombardeo de la villa foral, Mónica Aperribai, explicó que «hace 87 años, la villa de Durango fue cruelmente devastada. «Cientos de inocentes sufrieron la mayor vileza que un ser humano es capaz de llevar a cabo con otro semejante. La desmesura se impuso a la razón, la vida dejó de tener valor para dar paso a la barbarie y al horror. Los enemigos de la democracia y las libertades individuales lograron su objetivo: muerte y destrucción. Por ello, las generaciones posteriores tenemos la obligación moral de restaurar la dignidad, reparar y honrar la memoria de las víctimas frente a aquel fanatismo irracional. En Durango, fue el 31 de marzo de 1937 pero no debemos olvidar que fueron más de un centenar las localidades de Euskadi como Eibar, Elgeta, Elorrio, Irún, Otxandio… que también padecieron aquella depravada furia».

Katherina Kaminska, presidenta de la asociación Ucrania SOS Ucrania, fue más allá y explicó el conflicto bélico del país del Este. «Son dos años de guerra y diez años de resistencia porque el conflicto comenzó en 2014 cuando Rusia comenzó a invadir a Crimea y ahora, el equipo de personas voluntarias en la asociación, estamos recibiendo todos los días a familias ucranianas. La guerra sigue, bombardean todos los días, mi familia sigue allí porque los hombres no pueden salir del país. Hay mujeres que van a la guerra. Viendo imágenes de éstas: ¿cómo se puede volver luego a su vida normal? profesores, médicos, ingenieros, gente de paz que tienen que ir a protegerse a sí mismos y proteger tu casa de una sinrazón?

Por la tarde, a las 18.45 horas, un nuevo toque de alarma conmemoró el segundo ataque aéreo que sufrió Durango, seguido de un último homenaje a las víctimas a las 19.30, organizado en el pórtico exterior de la iglesia de Santa María por la agrupación cultural Gerediaga Elkartea y el grupo de baile Kriskitin Dantza Taldea.

El vecino de Palestina, Anis Hawari, manifestó que «es un honor y un privilegio estar en este acto de homenaje». «Mi más profundo agradecimiento al Ayuntamiento por su invitación y solidaridad por las víctimas del genocidio israelí contra Gaza. Hasta ahora, han asesinado a más de 33.000 palestinos, la mayoría niños y mujeres. El objetivo del estado de Israel, al masacrar a la población palestina, es la realización del viejo sueño sionista y de los fascistas judíos de erradicar a los palestinos de su patria. Y de acabar con el sueño y las esperanzas del pueblo palestino de vivir en paz y libertad en su tierra palestina», añadió.