El Departamento de Infraestructuras de la Diputación foral de Bizkaia tiene sobre la mesa desde hace algunas semanas el borrador del tercer Plan Territorial Sectorial de Carreteras (PTS) del territorio. Ha sido elaborado por la ingeniería Fulcrum y, aunque ahora mismo no va más allá ... de ser un documento interno que debe superar varias revisiones y una larga tramitación antes de ser remitido a las Juntas Generales para su aprobación -o no-, esboza algunos de los grandes proyectos viarios que podrían ejecutarse durante la próxima década. O incluso más allá.
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Ideas llamativas hay, desde luego, en el extenso informe: un 'by-pass' en Malmasin para desviar coches y sobre todo camiones hacia la AP-68 y la Supersur cuando se circula desde Basauri, un túnel en la base de Santo Domingo para evitar a los coches circular por la carretera del alto, la histórica variante este de Bilbao desde el puente de Miraflores, otra en Leioa para llegar a Rontegi evitando La Avanzada, la culminación del tercer carril en la A-8 hasta el límite con Cantabria... «Las elecciones que se hagan ahora serán determinantes para el transporte en 2050», se resume en el documento. Si fuera aprobado íntegramente, la batería de propuestas, desde meros retoques de calzada a obras de gran calado, requerirían una inversión que roza los 3.000 millones.
El Gobierno vizcaíno aprobó su primer PTS de carreteras en 1999. Ahí quedó proyectada la construcción, por ejemplo, del corredor del Txorierri, el del Kadagua y el de Uribe Kosta, los túneles de Artxanda y el nuevo acceso a Bilbao por San Mamés. La primera revisión llegó en 2010 y a los planes previos se añadieron, entre otros, las variantes de Autzagane y de Lemoa. En ese documento de hace catorce años se apuntaba por primera vez la necesidad de crear un túnel subfluvial en Lamiako, el megaproyecto que se va a acometer esta década -el diseño definitivo debería quedar aprobado tras el verano-. También se recoge en la nueva actualización del Plan de Carreteras. Es, de hecho, la obra más cara de cuantas se plantean para el futuro.
Como los dos anteriores, la idea es que el nuevo PTS tenga una vigencia de doce años. Al ritmo que van las cosas, no parece que el documento quedé afinado y listo para su tramitación al menos hasta 2025 pese a que la previsión inicial era que entrara en vigor en 2023. La crisis sanitaria y sus estragos han ralentizado algunas grandes decisiones en Bizkaia y en todo el mundo, y ésta es una de ellas. Entre los objetivos que afronta la revisión viaria se señala la necesidad de dar respuesta al «cambio de paradigma en la movilidad» que se ha registrado tras la pandemia y con el progresivo envejecimiento de la población. Otro detalle importante es la imperiosa necesidad de reducir las emisiones contaminantes facilitando que los viajes sean más cortos y fluidos. Estas son algunas de las ideas que se plantean para ello.
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Junto al subfluvial de Lamiako, la más novedosa carretera que plantea el PTS es la que uniría Getxo y el nudo de Kukularra, punto de acceso a Rontegi o de desvío hacia el Corredor del Txorierri, a través del área Bolue y el entorno del campus de la UPV/EHU circunvalando el centro comercial Artea y La Avanzada por la parte alta de Leioa. Un vía para escapar de los frecuentes atascos en la única vía que une Getxo con Rontegi. Este recorrido ya existe en parte, así que la idea sería completarlo de un extremo a otro. El presupuesto estimado para ejecutar esta obra, según el documento, se ha fijado en 60 millones. Aliviar el tráfico que soporta Rontegi, uno de los puntos de la red viaria de Bizkaia con mayor densidad de coches y siniestralidad, se ha convertido en un objetivo prioritario para la Diputación. Hasta ahora es la única conexión entre Uribe Kosta y el Gran Bilbao y una ratonera cuando hay accidentes. La nueva variante se sumaría al túnel bajo la ría que está a punto de empezar a ejecutarse, además de todas las obras que se han hecho en la zona para dar un cierto alivio. Las más importante es el soterramiento de La Avanzada en Leioa, que quedará culminado el año que viene, y las mejoras en Kukularra.
La culminación del tercer carril en la A-8 es un objetivo que tiene la Diputación marcado en rojo desde hace décadas. El aumento de la capacidad de la autovía entre Durango, Bilbao y la Margen Izquierda se ha ido ejecutando paulatinamente, pero queda la conexión con Cantabria. No es una obra cualquiera porque es precisamente en ese punto que queda por desdoblar, el que va desde Gallarta al viaducto de La Arena, en el que se registran mayores problemas esas jornadas de éxodo vizcaíno hacia Castro y Laredo, o los días que toca volver. 80,1 millones se estima que costaría rematar los 6,9 kilómetros que restan por 'triplicar'.Lo llamativo en este caso es que el primer PTS de carreteras de Bizkaia, el que fue aprobado hace 25 años, ya contemplaba este proyecto que sigue pendiente. Por aquel entonces los embotellamientos de la A-8 eran bastante más severos y fue el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos el que pidió a la Diputación que se planteara la inversión. Se anunció entonces que en 2003 empezaría a ejecutarse el tercer carril entre Santurtzi y Gallarta, y que luego vendría la extensión hasta el límite con Cantabria. Al otro lado de la muga se ha reactivado este curso el plan para ampliar la capacidad hasta Solares.
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En su plan de mandato hasta 2027 la Diputación ya contempla realizar los primeros estudios de viabilidad de este proyecto, así que cabe interpretar que se ubica entre las prioridades para los próximos años. Afecta a los túneles de Malmasin, los más antiguos de la red viaria del territorio, que tras 51 años funcionando y un profundo lavado de cara a comienzos de siglo podrían cambiar su fisonomía. ¿Cómo? El PTS plantea ejecutar un 'by pass' que permita desviarse desde la galería que se utiliza para circular en dirección Bilbao hacia la Supersur y la AP-68. Se trata de una conexión que ahora mismo no existe y cuya materialización requeriría una inversión de 120 millones. El plan elaborado por Fulcrum esboza la idea, precisa que sería una vía de peaje y desvío obligatorio para los vehículos pesados, que ya tienen prohibido utilizar el anillo viario que circunvala Bilbao en todo su tramo en el que existe la alternativa de la Supersur. La conexión tendría una longitud de 3,6 kilómetros, pero no se aclara en el plan si conectará Malmasin con el nudo de Arrigorriaga, en el que acaba ahora mismo la Variante Sur Metropolitana, o si se va a esperar a la ejecución de su extensión hasta Galdakao, un viejo proyecto al que no se hace mención alguna en el borrador del PTS.
Técnicamente el proyecto se denomina «duplicación de calzada» de la carretera BI-20, pero es mucho más gráfico explicar que lo que se expone es ejecutar un túnel que permita circular desde Bilbao hacia el Txorierri -y viceversa- restando tráfico al trazado habitual que surca el alto de Santo Domingo, una fuente histórica de problemas circulatorios y trágicos siniestros pese a las continuas mejoras. La última ha sido desdoblar el trazado de bajada en sentido Derio, abierto este mismo año. Las caravanas son habituales en esta zona en las horas punta y hay un dato revelador: se trata de la vía del anillo de la capital vizcaína que más accidentes registra. El año pasado se contabilizaron 49, uno cada siete días y medio. La nueva galería tendría 3,6 kilómetros, costaría 93 millones y es una idea que tiene sobre la mesa la Diputación desde hace un lustro, sin llegar nunca a darle forma. Realmente, el método está sobradamente probado en Bizkaia. Solo por hablar de lo más reciente, hace apenas unos años que funciona el túnel de Autzagane y está en proyecto un plan idéntico para circular por Sollube y por Kanpazar.
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En su contexto
1999 es el año en el que se aprobó el primer Plan Territorial Sectorial (PTS) de Carreteras de Bizkaia. Su primera revisión se ejecutó en 2010 y ahora se prepara la segunda.
Anteproyecto pendiente de revisar La ingeniería Fulcrum ha realizado un primer boceto de lo que será el nuevo PTS, de momento es un documento interno al que la Diputación aún no ha dado el visto bueno y que posteriormente debe ser tramitado y debatido en las Juntas Generales antes de someterse a votación. La previsión inicial era que fuera aprobado en 2023 pero no tendrá luz verde antes del año que viene. Su vigencia, en principio, será la misma que los planes anteriores: doce años.
2.900 millones tendría que invertir el Gobierno foral los próximos años si aprueba en su integridad la batería de obras en carreteras que contempla el anteproyecto del PTS.
Nuevo paradigma de movilidad El estudio pone de manifiesto la necesidad de reformar la red viaria para adaptarla al incremento de la circulación de la última década y combatir el cambio climático posibilitando viajes más cortos y fluidos.
El análisis de situación y necesidades de la red viaria vizcaína identifica hasta 194 zonas de concentración de accidentes. Se trata de puntos que cumplen una serie de requisitos, entre ellos una alta siniestralidad con heridos y víctimas mortales. La N-634 es la vía que más puntos negros suma (21), seguida de la N-240 y la A-8 (11 cada una). Aparecen también la AP-68 (6), la BI-30 (5), la N-636 y la N-639 (3 cada una)... El estudio llama a ejecutar actuaciones «de envergadura» para paliar la situación después de que las «acciones de bajo coste» -refuerzo de la señalización y mejora del firme- no hayan sido suficientes.
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