Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Iratxe Astui/Mirari Artime
Gernika-Lumo
Viernes, 5 de enero 2024, 19:14
Contra viento y marea las cabalgatas de los Reyes Magos no han defraudado esta tarde de viernes en los municipios de la costa. Aunque las inclemencias del tiempo dificultaron en algunos casos el desfile de sus carrozas, Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron con su compromiso ... de saludar al respetable, lanzar caramelos y recoger las cartas de los vecinos más rezagados.
«Todos los años nos pasa lo mismo; que algunos se duermen en los laureles a la hora de transmitirnos sus deseos, pero como somos magos llegáremos a tiempo para dejarles el regalo», prometieron los tres sabios de Oriente nada más arribar al puerto de Bermeo, custodiados por la lancha de la Cruz Roja.
El inconfundible sonido de la sirena de la Cofradía vieja anunciaba su llegada en torno a las seis de la tarde. A pie del muelle Artza, les esperaban un elegante séquito dispuesto a dirigir su desfile, además de decenas de niños y mayores, paraguas en mano, con la esperanza de acercarse lo más posible a Sus Majestades para enviarles un saludo. «Lleva toda la semana con la ilusión de verles, así que le teníamos que traer aunque haga este tiempo tan incómodo para andar por la calle», contaba Amaia García, por su hijo de apenas cuatro años. «Acaba de ver a Baltasar y está flipando. Solo por eso ya merece la pena haber salido para recibirles», se alegró esta vecina de la villa marinera.
Noticia relacionada
Javier García Legorburu
Las inclemencias del tiempo, sin embargo, obligaron a acortar el recorrido de la cabalgara real en la localidad costera. No obstante, los chavales tuvieron la oportunidad de fotografiarse con los Magos de Oriente, a resguardo, en la biblioteca municipal.
En Gernika, los Reyes Magos también hicieron frente a las inclemencias del tiempo para acudir a su cita con los vecinos de todas las edades de la villa foral. Los tres llegaron en tren, acicalados para la ocasión, con sus vistosas joyas y capas. «Es un día mágico», resumió con pocas palabras Pedro Sáez. «¡Y eso que ya estoy jubilado!, pero siempre hace ilusión ver la cabalgata de los reyes», reconoció.
Las carrozas de los venerables consiguieron consumar su recorrido, como tenían previsto, antes de partir de nuevo a Oriente.
En Lekeitio y Ondarroa, las fuertes lluvias torrenciales trastocaron los planes de los Reyes Magos. Melchor, Gaspar y Baltasar se vieron obligados a cambiar recorridos y horarios, pero cumplieron con su cita. «Hay que pensar en los pequeños, es una noche única para ellos, con mucha magia, y aunque nos ha costado había que llegar bajo cualquier circunstancia», aseguraron Sus Majestades.
Durante el tiempo que compartieron con los 'txikis' les dedicaron unas cariñosas palabras. En primer lugar, les aconsejaron abrigarse para evitar más resfriados y estar sanos para regresar el lunes a clase. A continuación, Melchor les prometió que nunca faltarán el 5 de enero mientras haya niños como ellos que les estén esperando y, por último, les pidió que fueran formales, respetasen a sus compañeros de la escuela, además de rogarles que dejen de lado las 'máquinas con pilas' para jugar un poco más con sus amigos. «¿Os habéis portado bien?», preguntaban para escuchar como respuesta un sí rotundo de un coro de voces infantiles.
En el transcurso de los entrañables actos, organizado en Lekeitio por la asociación Trakatan-trakatan, y en Ondarroa, por voluntarios de la parroquia Andra Mari, se hicieron cientos de fotos para el recuerdo. «Son muchas emociones contenidas», aseguró Ainara Anakabe, que acudió con dos de sus sobrinos más pequeños que no quitaban la vista al cortejo real con sus cartas aún en la mano. «Cuando miran a los Reyes, tienen un brillo especial en los ojos, es algo difícil de explicar», añadió.
Tras compartir momentos inolvidables de golosinas, música, color e ilusión, y a medida que la lluvia arreciaba con más fuerza, los padres decidieron ir despidiéndose poco a poco, hasta el año que viene, para dejar que los Reyes Magos tuviesen tiempo de convertir en realidad, al menos, parte de los sueños de los más pequeños de la familia. «Tenemos que prepararlo todo; los zapatos, el vaso de leche y un polvorón o algo de fruta para que repongan fuerzas», le convenció Aitor Badiola a su hija Ainize, para tomarle la mano y poner rumbo a casa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.