La magia de los Reyes vence a la lluvia

«Mi niño de 9 años tenía muchísima ilusión» explicó Miguel Gil, acompañado de su hijo Iker. «He pedido muchas cosas» añadía el pequeño. Los más jóvenes gritaban eufóricos, asombrados por el espectáculo de colores, las carrozas, la música y la fantasía que llegaba a la calle iurretarra de Askondo a partir de las 18.30 horas.

Ni la lluvia detuvo a las decenas de niños que se agolpaban. «Yo he pedido solo una funda de móvil y nosotras nada, ha sido sorpresa. Vamos a dormir juntas, hay demasiada gente» subrayaron Ainhoa, Nerea, Alexia y Ainara. Los durangueses solamente miraban al cielo para seguir atentamente la trayectoria de los caramelos que, este año sí, lanzaban Melchor, Gaspar y Baltasar desde sus carrozas. «Yo he pedido disfraz de vestido de Ana, la de Frozen, el cuento del Rey León 2 y una sorpresa. Mi preferido es Gaspar» añadía Noa con seis años, hija de Gabriela Pérez.

La de Durango es la cabalgata más antigua de Bizkaia, y no lo dicen solo sus organizadores, hay documentos de 1903 que lo demuestran. Los Reyes Magos recorrieron las calles de la villa al ritmo de la Banda de Música, mientras que cientos de personas se agolpaban en las aceras para no perderse el paso de la comitiva real. Los pequeños, acompañados de sus padres, esperaban con nervios su llegada en Ezkurdi, de hecho, algunos llevaban en sus manos la carta con los regalos que querían recibir.

Sus Majestades también se dejaron ver en el resto de pueblos de la comarca, donde llegaron desde Lejano Oriente para llenar de magia cada rincón. Con una gran sonrisa y el corazón repleto de ilusión, todos los pequeños se fueron a la cama soñando con que al levantarse, les esperarán un montón de sorpresas junto a sus zapatos.

Las calles se llenaron de magia, regalos y caramelos, que son tres cosas que se echan mucho de menos cuando faltan. La cabalgata siempre va de menos a más. O, mejor dicho, empieza con un aire más ordenado, de espectáculo formal y estiloso, y acaba desmelenándose en una explosión de caos febril.

«Han pedido muchas cosas, demasiadas, chocolate. Realizamos el recorrido completo y recogemos caramelos. Luego cenamos con la familia» confesó Nuno Oliveira, acompañado de los pequeños Leonel e Ibo. Junto a ellos, desfiló también la banda de música de Tabira que amenizó el recorrido que pasó por puntos como Askondo, Fray Juan de Zumárraga, Ezkurdi, San Agustín, el Ayuntamiento o el Pórtico de Santa María.

La emoción y la ilusión abarrotó el pórtico de Santa María, con miles de durangueses esperando a los Reyes. Cerca de 60 voluntarios se afanaban en cuidar con el más mínimo detalle a sus Majestades de Oriente, que volvieron a un lugar sagrado como el pórtico de Santa María. El recorrido continuó por la calle Kurutziaga antes de concluir en el frontón San Fausto de la localidad. La Cruz Rojaestaba expectante de algún imprevisto que surgiese. Uno de sus voluntarios, Ander Gutiérrez, se alegraba de la ilusión y sonrisa de los más pequeños, que muchos de ellos desplegaban sus paraguas para recoger los caramelos de Reyes y pajes. «Como siempre, vamos muy despacio, con las carrozas, para que a los niños les dé tiempo a saludar a Melchor, Gaspar y Baltasar» señaló. «Nosotros ya no tenemos pequeños, pero sigue siendo un día especial. La cabalgata ha mejorado muchísimo desde los inicios», explicó Carmen Méndez, que tiene dos hijos.

El voluntario Juanjo Gastañazatorre, con más de cinco décadas organizando el desfile, explicó que habían repartido 750 kilos de caramelos. «Ni la lluvia nos detiene, el recorrido ha sido precioso, como siempre y ha sido muy emotivo. Muchísimos niños entregaron sus cartas a Sus Majestades cuando han recibido los caramelos. Hoy todos se irán pronto a dormir», concluyó.