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Lekeitio vivió la madrugada del sábado al domingo una batalla campal protagonizada por grupos de jóvenes que recibieron con lanzamiento de botellas y objetos a las unidades de antidisturbios de la Ertzaintza que habían acudido a la localidad a disolver un macrobotellón en la zona ... de la playa. Como ya ha ocurrido en numerosas ocasiones este verano, decenas de personas –algunas fuentes hablan de más de 200– se saltaron las restricciones en vigor y se juntaron de noche, algo expresamente prohibido, para beber sin usar las mascarillas ni mantener la distancia de seguridad. La noche se saldó sin detenciones ni heridos, pero sí con relevantes daños al mobiliario urbano y con la confirmación de que una parte de la sociedad no asume la gravedad de la situación sanitaria.
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Al igual que ocurriera semanas atrás en Arrigorriaga y en el municipio guipuzcoano de Villabona, lejos de marcharse a casa tras la intervención policial, una parte de los infractores se enfrentó a los agentes y protagonizó altercados durante más de una hora en el casco antiguo, donde volcaron contenedores y arrojaron todo tipo de objetos contra los efectivos policiales.
La noche del sábado en Lekeitio había transcurrido con normalidad hasta las 3.30 horas. En ese momento terminó el turno de la Policía Municipal, que sólo había tenido que hacer pequeñas intervenciones sin relevancia. Pero a partir de esa hora la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa comenzó a recibir llamadas de vecinos alertando sobre un macrobotellón que se estaba produciendo en la zona de la playa. Hablaban de más de 200 personas bebiendo sin ningún tipo de control y sin respetar las medidas sanitarias para evitar contagios.
Vistos los antecedentes de este verano, los ertzainas decidieron pedir refuerzos y hasta la localidad costera se desplazaron tres furgonetas de la Brigada Móvil –algunas fuentes apuntan a que se movilizaron las unidades que estaban de guardia en Vitoria por si había altercados en las 'no fiestas' de La Blanca–. Las patrullas llegaron sobre las 4.30 horas a Lekeitio y cuando acudieron a la zona de la concentración fueron recibidas con el lanzamiento de botellas, vasos y «todo lo que tenían al alcance de la mano» los jóvenes. Parte de los presentes se marcharon sin causar más incidentes, pero un nutrido grupo se trasladó al centro de la localidad, donde los vecinos relatan «momentos de mucha tensión, carreras, botellas volando, pedradas, cargas...».
Los alborotadores cruzaron contenedores para emplearlos como barricadas, con el fin de parapetarse y dificultar el avance de los agentes. Las refriegas continuaron durante varias horas hasta que finalmente la situación se calmó. El Consistorio ha condenado este lunes los hechos y han informado que durante «el verano se mantendrá y reforzará el servicio tanto de Policía Municipal como de la Ertzaintza, con el objetivo de asegurar una buena salud y descanso de la ciudadanía».
En este sentido, afirman que «los individuos que han cometido estos ataques no representan a la mayoría de los jóvenes y en ningún caso reciben el apoyo de la ciudadanía». Por su parte, el alcalde de Lekeitio, Koldo Goitia, censuró este domingo en declaraciones a EL CORREO los altercados. «Hechos de este tipo son intolerables, máxime sufriendo una pandemia», aseguró el primer edil.
No es la primera vez que la Ertzaintza se enfrenta a una situación así durante este verano. De hecho, hace unos días, el sindicato Erne pidió al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, más apoyo ante la «inacción» del Gobierno vasco.
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