Los baserritarras contienen los precios en el Último Lunes de Gernika

«Este año hay mucha alubia», explica Arantxa Zubia desde detrás del mostrador donde expone los productos de su huerto de Mallabia. No obstante, reconoce que el año ha sido «malo» para el resto de alimentos. «Ha habido mucha sequía, ha hecho mucho calor». Aun así, ha hecho un esfuerzo por contener los precios. ¿Por qué? «La gente no tiene dinero, todo ha subido un montón menos los salarios», argumenta.

En un contexto inflacionista, mantener los precios sólo tiene una consecuencia: reducir los beneficios, ya de por sí exiguos en el mundo agrícola. «Ha sido un año muy malo por la sequía, que ha afectado a todo», señala Juani Larrazabal, del caserío Madariaga, en Mungia. También mantiene la alubia en 18 euros el kilo, pero el tomate, por ejemplo, lo vende a 4,50 el kilo, cuando el año pasado lo vendía por tres. «Ha subido todo», lamenta.

Lo que sí ha experimentado un aumento en el precio es el txakoli. «La cosecha de uva ha sido mala», exponen Unai y Koldo Bilbao que, junto con Marian Dudagoitia, trabaja en el caserío que tienen en Amorebieta. Más que la sequía, le han afectado los temporales. «Hubo dos granizadas en junio que nos destrozaron la cosecha, y luego, por mucho que plantes otra vez, no da tiempo a que salga bien», cuenta. En cualquier caso, se muestran optimistas de cara a la jornada de este lunes. «Va a ser muy buen día», vaticinan.

Así lo ratifica David Torre, de la bodega Butroi, en Gatika. «La gente viene de fiesta, con ganas de beber», asegura. En su puesto los txakolis Butroi, de barrica de madera, y el Etxebarria, a seis y siete euros, son los más cotizados. «Son los que se toman de poteo». Está siendo una gran jornada, aunque algo peor que el año pasado («era puente, había muchísima gente; este año hay gente, a secas»). Pero el resultado es el mismo. «Aquí siempre se vende bien».

Un paseo tempranero entre los puestos colocados en el centro del municipio permite observar cómo el precio de algunos productos como la manzana reineta ha descendido un poco (el año pasado rozaba los tres euros el kilo y ahora está en dos y medio). La buena cosecha también hace que la sidra se mantenga en entorno de los cuatro euros la botella. Mientras, otros alimentos suben; por ejemplo, el Idiazabal: un euro más hasta situarse en los 21-22.

Avanza la mañana y en el escenario principal se sustituyen las mesas de los jurados (han catado quesos, miel, txakoli y hortalizas para elegir el mejor producto de cada categoría) por dos micrófonos. Andoni Egaña y Onintza Enbeitia animan al personal con sus bertsos mientras aparecen algunos rostros conocidos entre los puestos hortofrutícolas. La diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, y la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, se acercan hasta el mostrador del caserío Nanike, de Kortezubi. Se interesan por el precio de la alubia.

Su dueña, Jacqueline Chertudi, explica que es el producto de su huerta que más ha subido este año. Está a 18 euros, dos más que el pasado. «Hemos cosechado un 25% menos», explica, algo que achaca al clima tan raro de los últimos meses: «Lo mismo está todo seco que de repente se pone a llover». Eso sí, todo se está vendiendo «muy bien». Efectivamente: el grupo de las autoridades se lleva un par de kilos de alubia blanca de botín.

Este año más de 300 puestos de venta, en su mayoría -267- dedicados al sector agrario, participan en la mayor cita del agro vasco. 50 artesanos se dan en la villa foral, el mayor número en la historia de esta feria, en Pasealeku. A estos les siguen en número los mostradores para degustar y adquirir pan y pastel vasco (40) de la calle Industria. Los productores de queso (39) se colocan en la calle Artekale, y los hortofrutícolas (25) se ordenarán a lo largo de la calle Juan Calzada. Su presencia ha caído, por tanto, en un 57% en una década por la falta de relevo generacional en los caseríos.

En Domingo Alegria hay una veintena de casetas dedicadas a la venta de miel, paté, conservas, chocolate y sidra artesanal, mientras que los asistentes a la feria pueden elegir entre los 18 mostradores para la venta de txakoli, también en Artekale. Las novedades en maquinaria agrícola (9) se exponen en Alondiga kalea y no faltan los vendedores de productos lácteos (5), fruta (6), flores y plantas (6) y rosquillas (5). Los vendedores ambulantes (40) ocupan el aparcamiento de Santa Ana, fuera del recinto ferial. Sobre las 13.00 horas, se ha procedido al reparto de premio a los mejores productos, así como a la subasta del medio queso ganador, que ha corrido a cargo de Luis Mari Bengoa.

La seguridad ha estado garantizada en todo momento gracias a un amplio dispositivo que ha desplegado a 70 agentes de Ertzaintza, Policía Municipal, Cruz Roja y bomberos.