El comercio bilbaíno cerrará en Semana Santa ante la perplejidad de los hosteleros

Héctor Sánchez considera la medida de sus colegas «una noticia muy mala», tanto para la «imagen» de la ciudad como por los efectos colaterales que puede provocar en la marcha de otros negocios, como bares y restaurantes. «Es algo que no entiendo con la que está cayendo. En la situación tan anómala que estamos viviendo, no hubiera estado nada mal que el comercio nos acompañara. Habrá que preguntar a los sindicatos y a la patronal del sector por qué actúan de esta manera», sentenció Sánchez, que lamenta que Bilbao trasladará a turistas y vecinos la impresión de una «ciudad muy poco atractiva».

La práctica totalidad del sector cerrará desde mañana hasta el lunes de Pascua, con la salvedad del sábado, que mantendrá los horarios habituales. Pero el resto -Jueves y Viernes Santo, además del domingo- cesará la actividad casi por completo. Al paro se sumarán grandes y pequeños comercios y establecimientos de todo tipo, desde supermercados a tiendas de ropa. También los grandes complejos de las afueras cerrarán sus puertas. Solo la hostelería y la restauración, especialmente la del Casco Viejo, mantendrán en pie su oferta, al tener depositadas grandes esperanzas en la llegada de vecinos de otros municipios de Bizkaia y del resto de territorios, especialmente el sábado.

Pese a que la mayoría de establecimientos de la Parte Vieja y el centro de San Sebastián atenderán estos días a sus clientes, entre los que figuran numerosos ciudadanos de Francia, el concejal de Promoción Económica, Comercio y Empleo del Ayuntamiento de Bilbao considera que la apertura se trata de una «decisión individual» de los propios comercios. «Ellos tienen que ver la oportunidad de abrir o no. Es una decisión, en todo caso, de cada empresa», esgrimió Xabier Ochandiano.

Sin embargo, todas las organizaciones comerciales de Bilbao, sin excepción, juzgan «intrascendente» la Semana Santa para sus negocios. «El consumo está muy, muy decaído», enfatizó el presidente de bilbaoDendak. «No hay suficiente demanda para abrir más horas. A esta semana le sobran días», subrayó Rafael Gardeazabal, contrario a la apertura en festivos, aunque confiaba en el «fuerte tirón» del sábado para atraer a gente de los alrededores. «Puede funcionar muy bien», admitió.

Tampoco Pedro Campo, presidente de la patronal del comercio vizcaíno, entiende «oportuno ni necesario» trabajar en Semana Santa. «No se trata de una buena opción. Si apenas vendemos, mucho menos lo vamos a hacer estos días. No hay ventas, no hay actividad, no hay consumo. No tiene, por tanto, sentido. ¿Abrir para qué?», se preguntaba el responsable de Cecobi.

Cuestión a la que Eider Txarroalde, presidenta de la asociación de comerciantes del Casco Viejo, encontraba respuesta. «A no ser que uno sea propietario y decida trabajar, no merece la pena. Es preferible dar libre a los empleados, porque ellos también desean disfrutar de estos días. Es mejor que se encuentren a gusto y trabajen cuando haya más gente en la ciudad. Ahora hay que dejar todo el protagonismo a la hostelería», defiendía Txarroalde, que tampoco pasaba por alto los altos costes económicos que suponen la actividad en festivos en materia de salarios.

Desde BilbaoCentro insistían en que son los propios ciudadanos los que conciben la Semana Santa como fecha «propicia» para el ocio, la hostelería y la restauración. «Nada nos invita a pensar que abriendo estos días el consumo, que anda flojísimo, vaya a ser la leche», opinaba Jorge Aio. No obstante, pese a las reticencias comerciales, Héctor Sánchez insistía en que Bilbao dejará «pasar una buena oportunidad» al prever la llegada de un buen número de viajeros de toda Euskadi a la capital vizcaína.