Derrumbe de una vivienda en Bilbao: el Ayuntamiento apunta a que la estructura de madera no soportó el peso de los escombros

Aunque en el momento del suceso había ocho hombres dentro del edificio, tres de ellos se encontraban en la primera planta, lo que les permitió salir sin mayores complicaciones. De los cinco que estaban en el tercero, cuatro consiguieron salir por su propio pie gracias a las escaleras del andamiaje. Dos de ellos fueron atendidos por los servicios médicos en el mismo lugar, mientras que otros dos tuvieron que ser trasladados al hospital de Basurto con diferentes contusiones.

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El quinto de los afectados, que se encontraba bajo la parte del cuarto piso que se desplomó, precisó de la asistencia del cuerpo de bomberos para salir del edificio, en el que quedó atrapado entre los escombros. Fue una hora más tarde, alrededor de las 11.30, cuando éstos consiguieron evacuarlo en una camilla con la ayuda de una grúa. Trasladado de inmediato al hospital de Cruces, los diagnósticos preliminares apuntan a que sufre una fractura de cadera y fémur. Todos los afectados, según contaron sus compañeros de tajo, tienen «sobre 40 años» y son de nacionalidad «española»

La hipótesis que maneja el Ayuntamiento, explicada por el propio alcalde Juan Mari Aburto en el mismo lugar del siniestro poco después, apunta a que la causa pudo ser «la acumulación de demasiados escombros en la cuarta planta, que provocó que un forjado con vigas de madera cayera». Fuentes implicadas en la inspección del edificio han declarado a EL CORREO que fue el descabezamiento de una viga que sujetaba la cuarta planta con su techo lo que provocó el derrumbe. Aseguran que la estructura de este elemento de sujeción estaba podrida, lo que hizo que cediera; un accidente que, siempre según estas fuentes, se produce por circunstancias naturales y es imposible de detectar en las inspecciones rutinarias. Los obreros que ayer trabajaban en el bloque señalaban en la misma dirección y negaban que en la planta afectada hubiera escombros.

La cuestión de esos restos de obra es fundamental para comprender en qué consistía la reforma del edificio. La promotora Tenderia 24 SL, vinculada a la empresa vitoriana Trivium Home, pretende levantar cuatro viviendas (una por piso) de unos 100 metros cuadrados. Para ello son necesarias dos operaciones: desmontar la estructura actual, anticuada pues se trata de un edificio centenario, y levantar una nueva. En ello trabajan dos empresas vitorianas: Servindustria 360, los encargados de la primera de las acciones, y Montajes Orive, responsables de la segunda.

En el desarrollo de los trabajos lo primero es desmontar la vieja estructura, una labor que se había acometido ya en la primera y la segunda planta. Esto explica que ayer tres de los operarios se encontraran levantando el esqueleto de la primera planta, mientras los otros cinco operaban en la retirada de escombros de los pisos superiores, paso previo necesario para eliminar los elementos secundarios de la estructura actual.

En el momento en el que se registró el derrumbe, todas las hipótesis estaban abiertas, incluso que hubiera algún fallecido, lo que llevó a movilizar un amplio dispositivo de emergencias. Decenas de efectivos de la Policía Municipal, la Ertzaintza y recursos de Osakidetza, coordinados por el personal técnico de Atención de Emergencias del Gobierno vasco, se trasladaron a la calle Tendería y sus alrededores. Además, la unidad de drones de la Ertzaintza realizó una inspección con el fin de comprobar la estabilidad de la casa.

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Los alrededores del edificio también se perimetraron. En los primeros minutos el cordón policial, que alcanzaba hasta el Mercado de la Ribera y la plaza de la Catedral de Santiago, impedía el paso incluso a los vecinos de las viviendas próximas. Conforme avanzó la mañana las restricciones se suavizaron y sobre las 15.00 horas se permitió la circulación libre por todo el barrio.

Durante este tiempo, las entradas y salidas de los técnicos que comprobaban la estabilidad del edificio fueron constantes. Un primer examen contempló la posibilidad de realizar un apuntalamiento urgente (colocar elementos hincados en firme para sostener el edificio), pero finalmente se descartó al no observar riesgo inminente.

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Fuentes del área de Planificación Urbana explican que, al no observar riesgos de nuevos colapsos, es la propiedad la que debe hacerse cargo del apuntamiento que refuerce el edificio. «Lo propio es que la dirección facultativa ordene en obra el apeo y desescombro de lo derruido», explican, para después enfatizar que debe realizarse con supervisión municipal. Del mismo modo, llaman a la calma y descartan por completo la posibilidad de que edificios cercanos se vean afectados por el derrumbe.