¿Qué canción dedicarías a Bilbao?

«El Bilbao de los bulliciosos y conflictivos ochenta está perfectamente expresado en el tema 'Barrenkalle' de MCD, que me trae muchos recuerdos. En la misma línea también destacaría un temazo de Eskorbuto, 'Ratas en Bizkaia'. Pero tengo debilidad por la bilbainada 'Desde Santurce a Bilbao' que cantábamos en las excursiones infantiles. La versión de la gran fadista Amalia Rodrigues, que está disponible en la red, es preciosa. El tema también inspiró nuestro 'Iñaki, zer urrun dagoen Kamerun', que sería la adaptación a estos tiempos».

«Para mí, el más tierno homenaje a la cara B de Bilbao, a los invisibles, a los perdedores, a los olvidados. Lo pone todo patas arriba para convertirles en héroes aunque sea por los minutos que dura la canción. La escuché por primera vez allá por mis 20, cuando empiezas a darte cuenta de que la vida no es siempre como en los cuentos. Y a día de hoy se me sigue haciendo un nudo en el estómago cada vez que la escucho, con ese pajar de las agujas donde se ha perdido una caricia, pero donde, aunque sangremos, seguimos buscando».

«Lo tengo muy claro, tiene que ser una canción de Platero y tú. Son de Bilbao, música rock, vamos a decir 'Tras la barra'. Y también 'Cantalojas'. Medio industrial, como era Bilbao. Me trae muy buenos recuerdos del bar Laukiniz, en Barrenkale»

«Mi familia lleva unida a Bilbao muchísimos años, y siempre la hemos sentido como nuestra ciudad. La canción que evoca Bilbao en mí es 'Txinaurria', de Mikel Laboa, la primera canción de su disco 'Bat hiru', que mi aita escuchaba muy a menudo en casa y que me trae recuerdos de él y de la familia, del negocio familiar que regentaban en esta ciudad. Además, la voz de Mikel me ha acompañado durante toda mi vida en lo personal y a lo largo de mi trayectoria profesional; para mí es uno de los grandes referentes artísticos de nuestra cultura».

«No conozco todas las canciones que hay sobre Bilbao, pero supongo que la canción definitiva sobre esta ciudad está aún por hacer. Hay buenas canciones en todos los estilos como las tituladas 'Bilbao' de Tulsa, Siniestro Total o El Reno Renardo. Pero quizás una canción sobre Bilbao tiene que tener un punto punk, como 'Barrenkalle' de MCD, quizás un toque ska como Akatz o un punto de rock urbano tipo Doctor Deseo o Fito. Todo esto es difícil mezclarlo, aunque Kepa Junkera casi lo logra con 'Badator Marijaia', el himno de la Aste Nagusia. Si a todo esto le sumas el himno del Athletic, un poco de salseo de La Otxoa o de cualquier bilbainada chula como 'Ay Bilbao, Botxo, Botxito', te sale una radiografía de una canción para Bilbao».

«La verdad es que no he frecuentado mucho Bilbao, soy navarro, y lo más que he estado ha sido en fiestas, en la Aste Nagusia, así que si hay una canción que me recuerde a esta ciudad es precisamente 'Mari Jaia' de Kepa Junkera».

«Inevitable pensar en la banda sonora que corresponde a mi periodo de formación, cuando el recuerdo de Bilbao es de una dureza extraordinaria y gris, con un mensaje de 'no futuro' que impregnaba la ciudad para mujeres que, como yo, nacimos y crecimos en un entorno de clase obrera. Fantasía y transformación era lo que necesitábamos para diluir tantos y tantos conflictos, comenzando en primer lugar con el de género. Una educación musical paralela a ese contexto la adquirí gracias al programa de TVE 'La Edad de Oro', de Paloma Chamorro. Cualquier canción y grupo de ese programa podrían destacarse. Hoy escojo la humilde 'Cena recalentada', de Golpes Bajos, con esa voz quebrada de Germán Coppini que consigue decir muchas más cosas que su lírica. Esos versos rotos de 'Dónde has estado, mira qué facha, qué horas son estas, vete a la cama'... Aún siguen palpitando con fuerza».

«'Mirarás las fachadas llenas de mierda', éramos ratas en Bizkaia... Y se echa de menos».

«Esta es una canción que me conecta mucho con la familia. Se la he oído cantar a mis padres (se refiere a los cantantes Sergio y Estíbaliz) y tíos (Mocedades y El Consorcio) desde siempre, y cada vez que la escucho me transporta a la casa de mis aitites, a las reuniones en familia, a la niñez, a un paseo por el Campo de Volantín, a un abrazo de mi madre...».

«He elegido este tema entre otros muchos por lo que representa para mí. Por mi admiración y cariño por Adolfo Cabrales, gran músico y persona, de humanidad manifiesta, de origen humilde, trabajador incansable al que no han regalado nada. Por su referencia al barrio en que se crió, Zabala, cuando dice 'he crecido cerca de las vías'. Y también por la filosofía que encierra la letra de la canción».

«Cuando oí esta canción me marcó mucho. Como anécdota, el cantante debía de tener casa en el Valle de Tobalina, y cuando fui a pinchar al festival de Tobalina, nada más empezar hubo 'puretas' (señores) sin pintas de punk pidiéndome temas de Primitivos, y creo que empezé aquella sesión con este tema precisamente, 'No quiero pensar nunca más'».