Y van ya 30 canciones en homenaje a Bilbao...

«Me vienen a la cabeza Eskorbuto, Hertzainak, MCD... bandas de cuando yo tenía 20 años y salía por Bilbao. De Eskorbuto me quedo con 'Cuidado', de Hertzainak con 'Zoratzen naizela' y de MCD, 'Barrenkalle'. Esa música me recuerda mucho al botxo, aunque yo soy de Urduliz y me movía más por Mungia y la zona de Uribe Kosta, donde se escuchaba mucho rock americano. Pero recuerdo que en esa época salíamos por Iturribide a jugar al 'kinito' y luego nos quedábamos por la zona y era una canción, la de Eskorbuto, ¡que cantábamos abrazados y bailando como locos! ¡Nos creíamos lo puto más! Jajajajaja. Un bar mítico era el Muga».

«Creo que la banda sonora de Bilbao debiera recoger un fragmento dedicado a reflejar la ciudad en la época inmediatamente anterior a nuestra última profunda transformación. Esta canción, una de la primeras de Ruper Ordorika, a quien conocía desde los tiempos en que ambos estudiábamos en Deusto, es para mí un perfecto reflejo de esa época y me conecta con el Bilbao de mi juventud. La letra de Bernardo Atxaga, amarga y pesimista, nos traslada a esa ciudad dura pero llena de vitalidad que era Bilbao a finales de los 70 y en la década de los 80».

«El de 'Bilbao Bilbao' de Karraka fue el montaje teatral más taquillero en la historia de esta ciudad. Recuerdo colas inmensas para coger entradas. Era 1984 y el bilbainismo renacía después de las inundaciones y con las victorias del Athletic en Liga y Copa. La gente la cantaba por la calle. Fue una declaración de amor a Bilbao. Y mi personaje en este espectáculo, un símbolo de la Villa: la Ría»

«Me quedo con la de 'Bilbao, Bilbao' del musical del mismo nombre que interpretaba La Otxoa y toda la compañía Karraka. Añadiría 'Perdona a tu pueblo, Señor', de la Semana Santa bilbaína de aquellos tiempos de infancia, como una canción popular, diríamos. Y luego cualquiera de Fito Cabrales, cualquiera de Oskorri y cualquiera de Mocedades».

«Cuando se piensa en Bilbao es inevitable pensar en el punk, y el punk rock vasco proto-RRV nació a finales de los 70 en Irala al auspicio de la familia Vázquez, de donde surgen MCD y las Vulpess. Un tema totalmente vertiginoso con un subidón de estribillo compuesto por Niko en 1979. Retrata con gran exactitud el Bilbao before riada, represión, los bancos de la Plaza Circular, la ría insalubre...».

«Al poco tiempo de llegar a Bilbao, conocí la música de Mikel Laboa, y en concreto me impactó la canción ‘Ihesa Zilegi Balitz’, con letra de Xabier Lete. Una melodía sencilla de esas que tienen las canciones folklóricas, que son universales y llenas de emoción, y parece que siempre han estado contigo. Tanto fue así que en 2013 la grabamos, cantada por mi sobrina Lara Sagastizabal, en un disco que se llama Manhattan Bilbao Jazz-Zubia. Lara le dio un aire misterioso y precioso junto a la poética trompeta de Manuel Machado y unos pajaritos matutinos grabados por nosotros en los montes de Berango. En esa misma época compuse un tema dedicado a la Calle Bertendona de Bilbao, la que alberga nuestra pequeña sede de Jazz Cultural Theatre of Bilbao y el mítico Teatro Campos Elíseos. 'Las luces de Bertendona' es a la vez un tributo al jazz más arraigado de mi Manhattan natal. Lo grabé en el Café Central de Madrid en 2011 junto al legendario trombonista americano Steve Turre».

«No me resulta nada sencillo quedarme con una. Elijo tres canciones que, de maneras diversas, reflejan o reflejaron una acertada postal bilbaína. Son himnos que recogen muy acertadamente la filosofía, el ambiente de la ciudad. Un Bilbao cándido romántico en Doctor Deseo identificado en 'La chica del batzoki'. Ira, inadaptación, frustración de MCD hacia un Bilbao hostil en 'Bilbao, mierda, rock'n'roll'. Y el himno de himnos de Eskorbuto, 'Ratas en Vizcaya', en la versión 'Desde Santurce a Bilbao' de Putakaska, perfecta postal de aquellos años 80».

«Elijo Primitivos, banda totémica del underground bilbaíno, y su canción ‘La Caza’, en la que, sin hablar de Bilbao, veo la ciudad reflejada. Al menos el Bilbao postinundaciones y preGuggenheim, el de nuestra adolescencia y primera juventud. Dudo que hoy en día una letra así -casi de cómic- pasara el filtro, pero ese 'hemos salido de caza esta noche…' me recuerda cada vez que la escucho al subidón de las primeras salidas por el Casco Viejo y conocer sitios como el Gaueko, el Muga, el Gaztetxe… Todo ese Bilbao que ya prácticamente no existe o está en vías de extinción. Y termina la canción, que no llega a los dos minutos, tras un frenesí de acompañamiento que de tan primitivo llega a ser minimal, con esas enfebrecidas guitarras de Jon Zamarripa siempre en primer plano, con esa línea 'de regreso a casa llenos de emoción...'. Tremendo».

«La canción que he elegido es 'Ready Or Not', del disco 'The Score' de los Fugees. La escucho mientras escribo y la regresión es instantánea. Suena la melodía de la intro y me traslada a Bilbao, con mis amigas del colegio, del insti, del Eskaut... y pegada a mi inseparable casete portátil Philips ¡con grabadora! También me impregno, al escucharla de nuevo, de emociones vividas, la montaña rusa de la vida. Aunque ha cambiado tanto la ciudad que me cuesta vincular este sonido al Bilbao de ahora. ¿Que si entendía lo que decía la letra? Nada. Y como segunda opción he escogido 'Ke rule', del grupo bilbaíno de reggae Ke no falte, que a tantos nos robó el corazón. Sería la edad, pero su capacidad de llenarme de esperanza y confiar en una vida en armonía me hacía las cosas un poco más fáciles. También es una regresión directa a las calles del Casco Viejo, las fiestas de Bilbao, las veladas de campamento... Hacía años que no la escuchada y al darle al play algo se ha movido por dentro. Qué tendrá la música que es capaz de aunar tanto en tan poco».

«Empecé a tocar en directo en 1983. Eran los 80, unos años maravillosos y difíciles, y asocio esta canción a aquellos tiempos de estudiante en el Instituto Central, cuando tenía todas las cartas y no lo sabía. Recuerdo que yo estaba en 1º de BUP cuando vinieron a tocar Rufus y Fase al patio del instituto, y aquello me pareció grandioso. Me di cuenta de que yo quería hacer eso al escuchar aquellas canciones, entre ellas ‘Escapó’, de Rufus. Y con el tiempo pude tocar con su bajista, Marcelo Hormaechea. También relaciono mucho con Bilbao 'La bilirrubina', de Juan Luis Guerra, y la asocio a los primeros 90, una época de mucha ilusión, en la que fui feliz, tratando de salir adelante con mi grupo de entonces, 16 Válvulas. Recuerdo bailarla en El 3 de Galerías Urquijo, con el bajista de mi grupo, Seni, que fue inolvidable para mí, pegando una palmada y moviendo la cabeza hacia atrás».

«Tengo dos. La primera, 'Infierno en Bilbao' de Toni Metralla y Los Antibalas, que es una crónica negra del Bilbao más oscuro. Y también 'La Baldosa de La Otxoa', el elemento arquitectónico más singular de la villa que trata a todo el mundo por igual, y es un temón, cambia de ritmo un par de veces, y ese empiece, 'la baldosa de Bilbao está de moda y el que nunca mire al suelo que se joda', es brutal. Otra que me vuelve loco es 'Bilbao, mierda, rock,'n'roll', de MCD. Por otro lado, recuerdo que formé parte de LDS, Los De Santutxu, un otxote igualitario y animalista con 4 mujeres, 4 hombres y un pato, que presentamos un tema al concurso de bilbainadas. Se llamaba 'Los patos de la ría' y nos dieron un premio y nos la grabaron, el gran regalo fue interpretarla en el Arriaga. Siempre he creído que es un temazo y que con el tiempo y una grabación mejor se convertirá en un himno del Botxo».