![Cambio de acera en Bilbao](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201910/13/media/cortadas/combo-cambio-kiKH-U90389233597pBG-624x385@El%20Correo.jpg)
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Si la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma, otro tanto podría decirse del radical giro comercial de Bilbao. Es de tal envergadura que donde antes había tiendas de moda, bares y restaurantes, ahora funcionan gimnasios -de estilo low cost, preferentemente-, ... aseguradoras, clínicas dentales y oftamológicas, centros de estética, academias de idiomas -en Licenciado Poza acaba de abrir una que imparte coreano-, despachos de arquitectos y abogados y entidades bancarias con instalaciones que parecen boutiques.
En línea con la estrategia impulsada en las principales ciudades europeas, la capital vizcaína asiste a un cambio de roles: los servicios han tomado el relevo a las tiendas en los locales comerciales y, en vez de operar desde las alturas, han bajado a la calle. ¿Con qué finalidad? La de ganar visibilidad, desarrollar «una imagen de marca» y capturar un mayor número de clientes, esgrime Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro. ¿De qué manera? Ocupando locales exteriores, con grandes fachadas y en ubicaciones con una importante densidad de población, esgrime Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico del Ayuntamiento.
Esta tendencia, favorecida por el alto número de locales desocupados por el impacto de la crisis y la carestía de los alquileres, se ha trasladado tanto a las calles más céntricas «como a los barrios», sitúa Ochandiano. La nueva etapa viene marcada, a su juicio, por el creciente protagonismo de negocios relacionados con la belleza, salud y bienestar, principalmente, en detrimento de la moda y alimentación, sectores que dan un paso atrás y pierden un importante peso por el avance del comercio electrónico.
Aunque la transformación se ha acelerado en los últimos meses, este cambio viene modulándose de forma gradual desde hace años. Arrancó de forma discreta con la transformación de emblemáticos edificios, como el teatro Ayala en un gimnasio de lujo, del cine Coliseo en casino o de la tienda de la Gran Vía de Springfield, perteneciente al grupo Cortefiel, en una consulta de Dentix, que batió todos los récords tras acordar unas rentas mensuales cercanas a los 50.000 euros.
Este proceso ha cogido una velocidad de crucero. The Dubliners, una taberna irlandesa en el corazón de la Plaza Moyua, opera también como clínica dental, la tienda de Bershka de Rodríguez Arias -donde estuvo en su día el cine Consulado- abrirá sus puertas en breve como un supermercado de Mercadona y el antiguo espacio Hydra, en Alameda Recalde, acoge desde principios de mes un centro boutique de boxeo «para toda la familia».
A corto plazo, dos agencias de viaje físicas, negocio que desafía la pujanza de Internet, tomarán el pulso a pie de calle con sendas aperturas en la histórica cafetería Toledo, que bajó la persiana a la vuelta de las vacaciones de verano, y en la vieja tienda de sofás de la Plaza Indautxu. En la primera irá Catai, que ha ganado finalmente la partida a Burger King; y en la segunda, Pangea, que habilitará un espacio de 1.500 metros cuadrados, tras su desembarco en Madrid y Barcelona. Los concesionarios de vehículos, que siguen enfilando hacia la periferia, dejan paso a gimnasios baratos, como el Viva Gym, de más de 3.000 metros cuadrados y con precios desde 22,90 euros.
Jorge Aio relaciona esta nueva escenografía urbana con el «reajuste de precios» acordados por los dueños de lonjas que llevaban bastante tiempo vacías. «Muchos propietarios han preferido bajar las rentas, porque prefieren tener alquiladas sus lonjas antes de que se les pudran», destaca. Este nuevo escenario ha abaratado las rentas entre un 25% y un 40% en ejes cercanos a la Gran Vía, como Colón de Larreátegui, Rodríguez Arias, Marqués del Puerto y Ercilla. «Si antes la ciudad, en permanente evolución, vendía productos, ahora despacha servicios», esgrime. «En cualquier caso siguen siendo comercios», sostiene el sociólogo Roberto San Salvador.
Favorecidos por el cambio de tendencias, esta oportunidad la están aprovechando negocios que hasta ahora atendían a su clientela en las entreplantas y los primeros pisos de edificios residenciales. Es el caso también de peluquerías, salones de belleza -especialmente los especializados en el cuidado de uñas y regentados por empresarias asiáticas- y de estudios de interiorismo. «Al verte mucha más gente, no solo ganas poder de atracción, sino que te aseguras unos ingresos mayores, que pueden dispararse entre un 30% y un 35%. La diferencia es abismal y la están percibiendo muchos dentistas. Si trabajas en pisos, no te llega la misma gente que si estás abajo, por muchos cartelitos que pongas», coinciden distintos agentes inmobiliarios.
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