Se buscan líderes

En el PNV ya se está pensando muy seriamente en esas elecciones y sus distintas derivadas. El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, ha anunciado que se va. El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, admite que quiere quedarse. ¿Y Juan Mari Aburto? Dice que está a disposición del partido, como siempre. A su favor tiene la simpatía del BBB y unos excelentes resultados electorales en la cita de 2019, donde sumó apoyos y rozó la mayoría absoluta. También tiene muy buenas perspectivas en las encuestas.

Sin embargo, el aparato jeltzale, por boca del burukide Koldo Mediavilla, no ha ocultado que se prepara un relevo generacional en distintos ámbitos del partido e institucionales que se ignora hasta dónde llegará. Además, se quiere poner solución a la foto demoledoramente masculina del lehendakari con los tres diputados generales y los tres alcaldes de las capitales, todos hombres. Quizá sea por eso por lo que dentro y fuera del Ayuntamiento se especula mucho con Gotzone Sagardui como posible relevo, buena conocedora de la política municipal que, además, no necesita presentación tras la gestión de la crisis sanitaria en Lakua. Un rostro conocido. Aunque también se habla, como cuando tocó buscar sucesor a Iñaki Azkuna, de Josu Erkoreka. Siempre está en las quinielas. La respuesta, si está en algún sitio a estas alturas, seguramente será en la cabeza de no más de tres personas. Eso sí, si Aburto quisiese repetir parecería extraño buscar alternativas.

Por parte del PSE, Alfonso Gil tampoco da pistas. Pero hay que tener en cuenta que lleva en el Ayuntamiento como concejal desde 2007, y como cabeza de lista desde 2015. Eso, con la intensidad que despliega quien también es teniente de alcalde, implica un nivel de desgaste importante. En ese tiempo los socialistas han pasado de ser cuarta fuerza en la ciudad a segunda, con cinco ediles en estos momentos. Gil ha pilotado todo ese proceso con un enorme protagonismo y es un elemento clave, posiblemente insustituible. Su sombra es muy alargada y su marcha dejaría un boquete muy difícil de llenar en términos de liderazgo. Sin embargo, también hay que considerar que la renovación en el partido en los últimos años ha sido extensa y hasta la secretaria general en Euskadi, Idoia Mendia, ha anunciado que no seguirá.

En la oposición las tres lideresas han llegado en el presente mandato. Lo de Jone Goirizelaia en EH Bildu fue una sorpresa por su perfil duro y su pasado inequívoco. Sin embargo, en los últimos dos años ha cultivado un talante templado y ha sido la que más acuerdos ha alcanzado con el equipo de gobierno PNV-PSE. Es la única portavoz sin dedicación exclusiva porque sigue ejerciendo como abogada. El próximo mes de enero los soberanistas arrancarán el proceso interno de cara a los comicios y si no hay cambios en el cartel cuando llegue la cita electoral su candidata habrá superado los 66 años.

Si en la política en general las cosas van rápido, en Elkarrekin Podemos, más. La coalición ha venido mutando liderazgos y siglas a gran velocidad y eso hace muy complicado vaticinar si Ana Viñals, su portavoz municipal, seguirá siendo su cara visible. Llegó hace dos años y pico como candidata de integración y el partido decidirá en unas primarias imprevisibles si lo sigue siendo.

En el PP Raquel González también llegó con un partido enfrentado y en un entorno bastante tumultuoso. Ella sí admite que le gustaría seguir como candidata en Bilbao. Pero quien también es presidenta del PP en Bizkaia y secretaria nacional de Política Local no descarta que pueda ser llamada a otras responsabilidades por el partido. Todo está abierto.