Bilbao registró la madrugada del sábado al domingo su tercera noche de macrobotellones consecutiva. Y fue, de largo, el día en la que más aglomeraciones se produjeron sin respetar las medidas sanitarias decretadas para luchar contra la pandemia. Miles de jóvenes se volvieron a congregar ... por diversos puntos de la capital vizcaína para beber alcohol en las calles. Los botellones más numerosos se produjeron en el parque de Doña Casilda a altas horas de la madrugada, como viene ocurriendo en las últimas semanas. Sin embargo, en esta ocasión no se produjeron incidentes destacados ni ataques contra la Ertzaintza y la Policía local, aunque sí se denunciaron numerosos robos de móviles y carteras y varias peleas.
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La tercera jornada de macrobotellones seguida evidenció que este problema se ha enquistado en Bilbao. Y lo ha hecho ante la impotencia de las fuerzas de seguridad, que se ven incapaces de desplegar los dispositivos necesarios para evitar que se produzcan estas aglomeraciones. Las autoridades llevan semanas haciendo llamamientos a la responsabilidad. En este lento tránsito hacia la normalidad, los responsables políticos piden sin éxito que se eviten las aglomeraciones que pueden poner provocar nuevos brotes de covid. De hecho, después de un verano repleto de 'no fiestas' y de ataques a la Ertzaintza, en el Gobierno vasco ya se asume que «estas concentraciones de miles de personas son cuestiones que van a quedar pendientes y a las que vamos a tener que responder», según explicó el portavoz del Ejecutivo autonómico, Bingen Zupiria.
La madrugada del domingo, las grandes concentraciones de personas sin mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad se volvieron a producir en las zonas de Pozas, María Díaz de Haro, Doctor Areilza y, sobre todo, el parque de Doña Casilda. Y lo hicieron a pesar de la presencia de varias patrullas de la Ertzaintza y de la Policía local. «Ya han visto que se pueden juntar muchos a beber en la calle y no pasa nada porque no tenemos capacidad de controlar la situación», lamenta un ertzaina que trabajó en el turno de noche.
hartazgo vecinal
Se hicieron varios intentos de despejar con tranquilidad algunas áreas de María Díaz de Haro y Pozas. Pero no servía de nada. Al cabo de un tiempo, los botellones se reproducían a pocos metros de donde había intervenido la policía o incluso en el mismo sitio. Sobre las tres de la madrugada, varios vehículos de la Ertzaintza y de la guardia urbana que escoltaban al servicio de limpieza comenzaron a desalojar a los grupos que estaban de botellón en Pozas. Entraron por la calle María Díaz de Haro. Los jóvenes fueron abandonando la zona sin que se produjeran incidentes reseñables.
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Sin embargo, como ha ocurrido en los últimos días, lo único que hicieron los chavales fue llevar la fiesta al parque de Doña Casilda, con enormes altavoces de música incluidos. Allí la Policía no quiso actuar de ninguna manera, como si fuese mejor tener a todos los jóvenes reunidos ahí que dispersos por distintos puntos en los que pueden molestar más a los vecinos. Pero no todos los bilbaínos piensan igual. «Esto no es diversión, no se puede permitir que esta salvajada continúe. Aquí hay mucha lianta y mucho liante que no le importa nada», protestó un vecino de la zona. «Es una falta de respeto a la ciudadanía, a los policías y a la situación sanitaria», añadió.
móviles y carteras
Las patrullas policiales se quedaron cerca del parque, pero sin intervenir. Los agentes de la Ertzaintza tienen la orden de «no actuar a no ser que se esté produciendo un delito o alguien necesite auxilio». Esta instrucción parte de la base de que una actuación policial en entornos en los que se combinan grandes aglomeraciones y alcohol puede acabar en disturbios.
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En el parque se denunciaron numerosos robos y hurtos de móviles y carteras. También se produjeron varias peleas. Varios jóvenes agredieron a un individuo al que supuestamente sorprendieron robando a la gente que estaba en Doña Casilda.
Bilbao no fue el único punto en el que se sucedieron los botellones. En Getxo, cerca de 4.000 jóvenes, la mayoría de ellos menores, se concentraron tras una quedada con motivo de las 'no fiestas' de Las Mercedes. El operativo conjunto de la Policía Municipal y la Ertzaintza decomisó unos 650 litros de bebidas alcohólicas y una decena de altavoces. En el barrio San Miguel de Basauri también se produjeron botellones, aunque sin incidentes reseñables.
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Decenas de jóvenes esperaban ayer a la 1.30 de la madrugada en la Plaza Moyúa para coger el último servicio nocturno de Bizkaibus destino a Mungia. Los nervios, al ver que empezaba a llegar más gente de la que entra en el autobús, provocaron los primeros empujones. El conductor, al ver estos incidentes y con miedo a que fueran a más, se vio obligado a solicitar la intervención de la Ertzaintza. Los agentes pudieron controlar el acceso de los jóvenes al vehículo que une ambas localidades. Muchos de ellos se quedaron sin poder subir, sin que se produjeran incidentes destacables, más allá de las escenas de tensión que se vivieron.
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