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El viejo instituto de Aiboa, en Getxo, se ha convertido la tarde de este martes en el epicentro del 'desastre'. Cerca de quince personas han ... quedado 'atrapadas' bajo los cascotes tras el derrumbe parcial del edificio. Una «explosión de gas» podría haber sido la causante del desplome, pero también se estudia si el motivo es un «fallo en la estructura» del bloque. Al instante, más de 60 bomberos de distintos parques de Bizkaia han sido movilizados hasta el lugar para rescatar a los desaparecidos a la mayor brevedad. Junto a ellos, equipos médicos de Osakidetza, la unidad canina de la Ertzaintza y el grupo de perros de salvamento de Euskadi se preparaban para actuar. No había tiempo que perder.
Aunque en un inicio no se ha tenido constancia de víctimas en el interior, la primera búsqueda en superficie realizada por los bomberos ha permitido comprobar que entre los escombros yacían varias personas. Algunas graves, otras leves, pero también fallecidos. Había cuerpos totalmente sepultados y otros luchaban por sobrevivir en el sótano del equipamiento o en uno de los pisos superiores que también había quedado totalmente colapsado. Además del personal de emergencia, un dron con cámara térmica sobrevolaba el escenario en busca de personas. Los perros de la unidad canina corrían de lado a lado para encontrar personas vivas.
Por suerte, todo es ficción. Las actuaciones han formado parte de un espectacular simulacro que el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de la Diputación ha organizado en el antiguo centro educativo de Getxo, que el Ayuntamiento de la localidad está derrumbando para ubicar en su lugar la Brigada de Obras. El objetivo: que los servicios de emergencia practiquen cómo se debe actuar frente a una emergencia real. «Nosotros podemos entrenar en nuestros parques las técnicas y herramientas concretas, pero no tenemos un escenario complejo en el que tengamos víctimas simultáneas, diferentes equipos... Es una emergencia que ocurre muy pocas veces, pero que cuando sucede es muy difícil de gestionar. Todo un reto», ha asegurado Juan Atxutegi, inspector de Bomberos de Bizkaia.
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Los ensayos han permitido recrear una intervención «de gran escala» y en el «máximo nivel de gravedad» al que pueden llegar a actuar los bomberos con el fin de estar «preparados» ante catástrofes como la sucedida hace unas semanas en Bangkok, donde una torre se vino abajo con decenas de personas en su interior a consecuencia de un terremoto de magnitud 7,7 que golpeó Myanmar y Tailandia. «Poder recrear una situación de emergencia sin el agobio que supone no estar buscando personas reales, pudiendo dar un paso atrás, nos permite que si un día ocurre, lo hagamos con mucha más agilidad y mayor seguridad», ha matizado el oficial.
El simulacro ha arrancado pasadas las 18.00 horas y se alargará hasta las doce de la noche en dos turnos de trabajo. La escena se repite para que los efectivos puedan practicar las maniobras de día y de noche, usando focos y elementos de iluminación. El orquestado incidente, han asegurado desde la Diputación, «es poco frecuente», pero representa un «desafío logístico y operativo significativo» para las instituciones. La coordinación es la clave. Y así se ha demuestrado durante el tiempo que duró el operativo. «¡Atención! El dron ha localizado que hay una persona con vida entre los escombros!», decía por la emisora uno de los mandos a los efectivos que estaban sobre el terreno. «¡Cuidado con la escalera! Hay que bajar al herido despacio», decían otros oficiales mientras intentaban descender una camilla desde lo alto del bloque que aún se mantenía en pie.
Además de la técnica en superficie y el ejercicio de comunicación entre los distintos efectivos de toda Bizkaia, el simulacro ha servido para poner a prueba la operatividad del Puesto de Mando Avanzado, una herramienta «esencial» para la gestión de emergencias a gran escala. También se han ensayado técnicas de búsqueda avanzada y rescates de altura.
El impresionante operativo forma parte de las iniciativas impulsadas por el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de la institución foral para «fortalecer la capacidad de respuesta ante emergencias complejas», como la fingida. «La actividad permite identificar áreas de mejora, probar nuevos equipamientos y optimizar los procedimientos de actuación según estándares internacionales», admiten fuentes de la Diputación.
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