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Félix Montero | Josu García
Martes, 19 de marzo 2024, 00:49
Los trabajadores de Bizkaibus y de Euskotren (cerca de 2.500 entre ambas empresas) están llamados este martes a secundar una huelga de 24 horas ... para protestar por «el aumento de las agresiones hacia los empleados de los transportes públicos, tanto en su frecuencia como en su gravedad». «No todos los días viviremos agresiones físicas, pero sí verbales con gente enfadada y a gritos», denuncian Andoni Iona y Mikel Beitia, representantes sindicales Bizkaibus. Según aseguran, las situaciones de riesgo han aumentado desde la pandemia. Ambos coinciden en que el rango de edad que accede «más crispado» a los autobuses son los mayores de 40 años. «Los jóvenes, en cambio, se sientan y se callan». Las consecuencias del paro van desde largas esperas en las paradas a mayor afluencia de viajeros en el restos de medios de transporte o en los flujos de tráfico rodado en la capital vizcaína. Según datos oficiales, en la Línea 3 del metro, que depende de Euskotren, solo han circulado los servicios mínimos (alrededor del 30%), en Bizkaibus se han realizado el 76% de los trayectos planificados y el Tranvía de Bilbao ha funcionado con un 43% de su frecuencia habitual
Manifestacion desde San Mamés
Los empleados de ambas entidades están llamados a participar en dos manifestaciones «para que la sociedad pueda visibilizar nuestra protesta y la importancia de respetar a los operarios de los transportes públicos, cuyo único interés es llevar a los ciudadanos a su destino de la mejor forma posible y más segura». Los conductores de Bizkaibus realizan desde las 08.00 hotas una marcha por Bilbao. Ha comenzado en la sede de EiTB con marcha lenta y bloquea el carril de entrada a Bilbao.
En la parada del Tranvía de Sabino Arana pocos usuarios sabían que hoy el transporte solo funciona con servicios mínimos. El tiempo habitual de espera ronda los diez minutos. Esta mañana, en cambio, casi se ha duplicado, aunque a su llegada los vagones no sufrían el desborde habitual que suelen tener las comunicaciones del territorio durante estas jornadas.
Las autoridades laborales han decretado unos servicios mínimos cercanos al 30% para garantizar, en la medida de lo posible, la movilidad de la ciudadanía aunque eso no evita que produzcan problemas. En función de esta cifra, se prevé que circulen, al menos, uno de cada tres trenes, tranvías y autobuses, aunque el número podría ser mayor, en función del seguimiento que realicen los operarios. El llamamiento a la huelga en Bizkaibus está apoyado por los sindicatos UGT, ELA, CC OO, USO y LAB. Mientras que en la compañía ferroviaria (también gestiona el tranvía de Bilbao y el Funicular de la Reineta) los convocantes son ELA, LAB, CC OO, UGT y CGT-ESK.
UGT, central mayoritaria en las concesiones de los autobuses forales, recuerda que «una de las últimas agresiones ha sido a un trabajador de la operadora Vectalia, Lujua Txorierri Mungialdea, S.A. y cada vez son más frecuentes, por lo que se estamos pidiendo medidas como comunicaciones rápidas y efectivas para avisar a las autoridades de los hechos que están sucediendo». Durante la manifestación, los representantes sindicales han reclancado la necesidad de «una mayor protección» en los autobuses. «Los medios técnicos que tenemos no son los suficientes. El botón antipánico muchas veces no funciona y, en otras tantas, no hay nadie que conteste. Debería estar conectado a las comisarías y no solo a las empresas», denuncian.
Alberto Núñez, conductor de Bizkaibus, denuncia que hace unas semanas uno de los pasajeros le golpeó cuando después de que no llegara a tiempo para salir del autobús en la parada pretendía. «Me avisó de que en la siguiente estación me iba a pegar y así fue. Rompió la mampara anticovid y me dio un golpe por el que se me saltaron las gafas. Después salió corriendo», cuenta.
En la estación de tren de San Nicolás en el Casco Viejo de Bilbao no cabe un alfiler más. Mientras que los vagones están hasta los topes, en los andenes se acumulan cada vez más gente. «Qué horror, va hasta los topes», se oye decir a varios viajeros que les ha tocado lidiar con la huelga de 24 horas en Euskotren. Begoña Alonso está «agobiada» y afirma que «no voy a volver a venir a Bilbao los martes, últimamente siempre hay huelga, es agotador». Su amiga, Mari Carmen Álvarez, destaca, también, «la incertidumbre de si habrá sitio suficiente en los trenes o iremos apretados».
Algunos despistados se han dado de bruces con el parón: «No me había enterado y llegué a pensar que había pasado un accidente o retrasos por avería», explica el joven Jon Aguirre. El resto, en general, iban sobre aviso y han tenido que madrugar más. «He tenido que levantarme una hora antes de lo habitual para poder llegar bien al trabajo», manifiesta Artkaiz Luna, pero añade: «Entiendo perfectamente por lo que están pasando los trabajadores, así que veo normal que el resto tengamos que adaptarnos». Informa Irene Madrera
Jaime Anzola lleva más de 30 años trabajando en Bizkaibus. Asegura que las agresiones verbales son «incuantificables». «Al final, supone que vayamos con cierto temor al trabajo», dice mientras matiza que la «gran mayoría de usuarios es gente dispuesta a ayudar». Hace años él mismo fue víctima de una agresión. «Un pasajero se quedó dormido, llamé a la policía y cuando despertó, me pegó un cabezazo».
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