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Bilbao quiere activar la zona de La Casilla como nuevo entorno comercial y de ocio nocturno

Lunes, 27 de marzo 2023, 12:00

La demolición de La Casilla y el surgimiento ahí de un nuevo equipamiento más moderno y de usos variados -pero aún sin determinar completamente- busca varias cosas. Por supuesto, que Bilbao tenga un pabellón en condiciones, un polideportivo, una piscina y un parking subterráneo para ... dar cabida a los coches que cada vez tienen menos espacio en unas calles, reconquistadas por los peatones. Pero el Ayuntamiento también busca reactivar el entorno. «Uno de los objetivos es claramente impulsar la vida económica, social y cultural del entorno, recuperando el dinamismo comercial que tuvo en tiempos pasados y generar nuevas oportunidades de ocio y disfrute nocturno».

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Esa es la voluntad municipal, que quiere una zona activa por el día, pero también por la noche. El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ha presentado este lunes el informe de viabilidad económica para la reforma del equipamiento y la zona en general. Potenciar el ocio nocturno tiene su miga porque desde hace años se viene dando en la ciudad un debate dual, casi contradictorio. De un lado, la juventud, y también la juventud madurada, se viene doliendo de la escasa vida nocturna que hay en Bilbao, antaño tan vibrante. De otro lado, los vecindarios de ciertas zonas (Pozas, Uribitarte, Ledesma...) protestan por los padecimientos que les supone vivir en unos entornos donde el jaleo en fin de semana es intenso. Así que generar un nuevo espacio en La Casilla donde la vida nocturna despegue supondría cierta reactivación de este tipo de ocio al tiempo que se descongestionarían los emplazamientos ahora tan saturados. Al menos, en teoría. Y a la espera de ver la acogida que tiene este proceder en los vecinos de la zona afectada.

¿De qué estamos hablando? ¿Acaso de montar una discoteca en La Casilla? «En ningún caso», descartó Asier Abaunza, concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos. Lo que se quiere es que en La Casilla se generen «eventos sociales y culturales» como «conciertos, veladas de boxeo o eventos deportivos que suelen tener lugar en horario nocturno» y que luego insuflan vida en la zona. Sería algo que reactivaría el lugar y que «nos demandaba tanto el sector comercial como el hostelero».

Amarillo: modernización de la calle Autonomía. Naranja: recuperación comercial de Labayru. Violeta: impulso de Kirikiño y bajo Irala. Verde: la nueva Casilla y plaza de La Casilla. Azul: humanización de la calle Gordóniz y conexión entre Ametzola y el centro de la ciudad.

El plan de viabilidad supone dar un nuevo paso en la definición de la nueva Casilla, que aún habrá que esperar casi tres años para ver en pie. Según el cronograma municipal, a finales de junio o principios de julio tendrá los pliegos del concurso de concesión. Luego, «previsiblemente a finales de este año», se adjudicará y arrancará el plazo para redactar el proyecto constructivo y realizar las obras; todo esto llevará dos años. Así que nos pondremos en 2026.

En cualquier caso, lo que se ha dado ahora es un paso más en ese avance hacia la reactivación de La Casilla y todo su entorno. Hace un año se presentó el diálogo competitivo, en el que participaron seis empresas, para definir qué usos se le podían dar al equipamiento y para recibir ideas. Ahora toca aprobar el informe de viabilidad económica, un requisito legal previo a la concesión de obra pública.

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El Ayuntamiento optó por este procedimiento porque «La Nueva Casilla», así le ha bautizado ya, trasciende de ser una infraestructura deportiva. «Su definición y puesta en marcha supone un complejo reto, por la entidad y posibilidades del proyecto así como su marcado carácter de ciudad y la importancia que tiene para el entorno en el que se ubica. Además, por el esfuerzo inversor necesario que exige explorar las diferentes alternativas de financiación que podrían hacer posible su desarrollo y materialización».

Polideportivo, parking...

Lo ha explicado esta mañana Aburto, que ha estado acompañado por Asier Abaunza, concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos; Itxaso Erroteta, concejala de Juventud y Deporte; Fran Viñez, asesor de Alcaldía para Proyectos Estratégicos; y Marcos Muro, director de Bilbao Kirolak.

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En principio, y como aspectos básicos, el contrato administrativo de concesión de obra pública tendrá como objeto la construcción de un centro deportivo (con canchas, un polideportivo integrado en Bilbao Kirolak, una piscina pequeña, salas de actividades...), un parking subterráneo y la urbanización de la plaza que está junto al equipamiento. La empresa que se encargue de las obras tendrá cuarenta años para explotar las instalaciones y rentabilizar la inversión. Es lo que mismo que se está haciendo con la Intermodal.

El informe refleja las características esenciales de la obra que se busca, es decir, los mínimos que plantea el Ayuntamiento para el equipamiento y su entorno. En este sentido, el edificio que se diseñe deberá contar como mínimo con 3.150 metros cuadrados, con una pista polideportiva con una superficie mínima establecida de 1.250 metros cuadrados, un pabellón con una cancha longitudinal que pueda subdividirse en sentido transversal en tres espacios mediante separación móvil. Además, habrá salas especializadas de actividades en grupo, una polivalente de 300 metros cuadrados mínimo y otra de pilates/yoga de 200 metros cuadrados mínimo. También tendrá sala de musculación o fitness, vestuarios y aseos, y piscina.

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La construcción del centro deportivo, incluido el aparcamiento, se estima suponga una inversión de unos 17 millones de euros, que aumentan hasta los 20 millones teniendo en cuenta las obras de mejora y mantenimiento de las instalaciones, renovación de mobiliario... durante toda la duración prevista del contrato.

Pero, como ya se avanzaba, el proyecto global va mucho más allá de la instalación deportiva y persigue reactivar esta zona de la ciudad. Se pretende mejorar el espacio público y aumentar las zonas peatonales tanto en la propia plaza de La Casilla como en sus calles aledañas, aunando Errekalde, Ametzola y parte baja de Irala. También se busca la modernización de la calle Autonomía, la humanización de la calle Gordóniz, la recuperación comercial de Labayru y el impulso a la zona de Kirikiño y parte baja de Irala. En total, una población de más de 20.000 residentes.

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Se va a apostar por una calle Autonomía más amable y en la que de forma transitoria –y hasta el cierre del anillo tranviario– se gane espacio para el peatón. Será una ampliación de aceras a través de módulos de diferente naturaleza y tamaño, colocados alternativamente en una u otra acera a lo largo de toda la calle, desde María Díaz de Haro hasta Zabalburu. El planteamiento municipal es desarrollar este proyecto a lo largo del año y abordarlo junto con la actuación de la nueva Casilla.

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