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El Ayuntamiento de Bilbao ha extremado la seguridad en San Francisco con la instalación de 50 cámaras de última generación en una docena de calles del barrio y que sustituyen a las 38 que había en la zona, que se habían quedado anticuadas porque ... tenían más de diez años. En realidad, el número era menor, solo que varias de ellas eran «bifocales», explicaron fuentes del Área de Seguridad. El Consistorio aprobó en junio la renovación de los equipos y la empresa Electro Alavesa Seguridad, la firma vasca más antigua del sector, resultó la adjudicataria del contrato por 220.000 euros. Aunque el plazo de ejecución finalizaba en febrero, los operarios han terminado antes la instalación y ahora ultiman detalles.
La vigilancia en vídeo ha sido fundamental para resolver decenas de delitos y pretende disuadir a los delincuentes. Toda la red estará conectada a través de cinco kilómetros de cable de fibra óptica al Centro Coordinador de Videovigilancia de la Policía Municipal en Miribilla, desde donde los policías recibirán con gran calidad las imágenes en directo. Las cámaras cuentan con óptica y grabación de alta resolución. Permiten reconocer a una persona a cien metros de distancia y grabar en color tanto de día como de noche.
«Son dispositivos en red con los que se puede obtener una grabación continuada de los sucesos en cualquier condición meteorológica», explicaron fuentes de la firma. Además, las imágenes quedan grabadas durante varios días. Las cámaras se han colocado teniendo en cuenta la arquitectura, trazado e iluminación de cada calle para garantizar la visión óptima de la zona que se quiere controlar, según un portavoz de Electro Alavesa. Así, se han instalado cámaras de eje, que son fijas y emplean la tecnología 4K, que posibilita que las imágenes tengan una resolución y nitidez mayor que con tecnología HD. También las hay de cantón, con ópticas adecuadas para las labores de vigilancia en plazas y cantones.
Pero las más vanguardistas son cinco domos de largo alcance con soporte de iluminación láser, que permitirán a la Policía un campo de visión muy amplio porque se ubican en puntos estratégicos que permiten aumentar el radio de videovigilancia. Además, podrán ser dirigidas a demanda y de forma remota desde Miribilla, en caso de que sea necesario utilizarlas durante alguna intervención.
La capital vizcaína fue la primera localidad vasca en apostar por este sistema para velar por una zona especialmente afectada por la delincuencia como era San Francisco hace una década. En el barrio de Ollerías también hay 8 de estos dispositivos. La instalación de sistemas más modernos fue una petición de la Asociación San Francisco Auzokideok, muy activa en las denuncias en el barrio, a la que el entonces concejal de Seguridad Tomás del Hierro dijo sí hace trece meses. En junio, cuando se anunció la licitación, el otro colectivo vecinal, la histórica coordinadora de grupos de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala, denunció que las cámaras no solucionarán la situación de marginalidad del barrio y criticaron que «vulneran la libertad y la privacidad de los vecinos. No queremos ser vigilados constantemente. Tenemos derecho a nuestra intimidad».
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