Bilbao aprueba una subida del 10% de la tasa de basuras en el centro y en los barrios con menor renta

Recordó Ajuria que hay dos realidades que condicionan la nueva regulación: la actualización de los valores catastrales por parte de la Diputación de Bizkaia (tras ocho años de vigencia de los actuales) y la nueva clasificación fiscal de las calles de Bilbao, ya que la anterior data de 1987. Claro, en casi 40 años la ciudad ha cambiado mucho. «El objetivo prioritario del Consistorio es mantener una adecuada presión fiscal que permita continuar prestando servicios de calidad», dijo Ajuria.

Esos dos cambios impactan de lleno en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y Plusvalía municipal, Tasa de Alcantarillado, Impuesto de Actividades Económicas (IAE), Tasa de Basuras, Tasa de Aperturas y Tasas por Ocupación de la Vía Pública. Como va a suponer una subida, en el resto de tributos no habrá modificaciones en 2025. Es decir, se congelan, por ejemplo, el Impuesto de Vehículos (IVTM), el de Construcción, Instalaciones y Obras (ICIO) y la Tasa OTA.

En cuanto a la revisión de los valores catastrales va a afectar al cálculo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), la Tasa de Alcantarillado y la Plusvalía. La revisión supondrá un incremento general en torno al 4,5%, si bien los más afectados son los inmuebles de uso residencial, con un 11,6%. Eso sí, su efecto tampoco será homogéneo respecto de los diferentes usos ni entre los distritos y los barrios de Bilbao. Para evitar que eso suponga que se dispare el IBI, para «moderar ese efecto», se va a «ajustar todos los tipos impositivos a criterios de capacidad económica». Al final, de media, las 154.000 viviendas de la ciudad pasarán a enfrentar un recibo medio de 177 a 180 euros en 2025. En la Tasa de Alcantarillado, se mantienen los tipos vigentes y, en consecuencia, no se modificará la Ordenanza Fiscal dado que la variación esperada en las cuotas «no es significativa». El recibo medio pasaría de 28,89 a 29,22 euros.

Pero lo que ha generado más debate es el nuevo callejero fiscal de la ciudad, que pasa de 7 a 5 categorías. Y, además, se cambian de categoría ciertas zonas. Como esta moficación supondría que se eleve de un modo muy importante la tasa de basuras, un 21% de media, el gobierno municipal ha optado por establecer un tope de subida del 10%. Afectará de un modo muy importante, tanto a la mayoría de los vecinos de Abando e Indautxu, que pasan de segunda a primera categoría (y van a pagar 186,12 euros al año, frente a los 169,2 actuales), como a los de los barrios con menor renta (los que pasan de categoría 7 a 5 pasan de 46,6 euros al año a 51,26).

Eso sí, también hay zonas, aunque menos, que cambian a una categoría fiscal inferior. El mayor salto en este sentido lo da Campo Volantín, que pasa de primera a tercera y, por lo tanto, de 194,6 a 145 euros al año en la tasa de basuras. De media en el conjunto de Bilbao este tributo pasa de 132 a 135 euros.

En cuanto al IAE, el cambio de 7 a 5 categorías de calles supondrá un incremento total de las cuotas en 2025, que se ha estimado en un 5%. Este impuesto no ha tenido ninguna actualización desde 2020. El efecto económico se estima en 500.000 euros.

Las tasas por Ocupación de la Vía Pública (elementos auxiliares de obra, pasos de acera, veladores, etc.), solo habrá incremento, al igual que en la Tasa de Apertura, en los supuestos en los que la calle o tramo de calle haya ascendido de categoría. Se prestará especial atención en el caso de los veladores para los que se ha planteado la aplicación de unas reducciones a fin de moderar el impacto del nuevo callejero. Se reducirá la cuota un 5%, un 10% ó un 15% en función de que la calle haya ascendido una, dos o tres categorías. Esta reducción se aplicará en los años 2025 y 2026. El efecto económico se estima en 750.000 euros.

Toda la oposición ha criticado que rebajar de 7 a 5 categorías reduce la progresividad del sistema fiscal de Bilbao. María del Río, portavoz de EH Bildu, considera además que establecer los mencionados mecanismos correctores solo tiene «vocación temporal» y se han adoptado para que la subida «no sea escandalosa» ya que de no existir en barrios como «Peñascal, Masustegui o Larraskitu la tasa de basuras saldría a pagar un 50% más». Además, contra la tesis del ejecutivo local de que reducir las categorías fiscales tiene que ver con la cohesión que ha tenido la ciudad en los úlitmos 40 años, la soberanista ha recordado que «las diferencias de renta entre el barrio más pobre y el más rico ha aumentado».

La portavoz popular, Esther Martínez, tiene la misma percepción, «las desigualdades han aumentado entre los distritos y se penaliza de forma especial a quienes tienen categoría 6 y 7». Sin embargo, en términos generales, considera que lo que está ocurriendo es un «catastrazo» y que el Ayuntamiento se sirve de este cambio en la normativa foral para subir impuestos. «Es una excusa para justificar su afán recaudatorio», y volvió a defender que el dinero está mejor en el bolsillo de la ciudadanía que en manos de las administrciones.

Ana Viñals, portavoz de Elkarrekin, lamentó que las nuevas ordenanzas, al reducir la progresividad, dotan de «más privilegios a quienes más tienen». Para la formación morada los incrementos penalizan de un modo especial a los barrios con rentas más bajas mientras «se bonifica a quienes más tienen».