«Para atraer a jóvenes talentos Bilbao debe ayudarles un año o dos con el alquiler»

- El mundo se dirige hacia las megaurbes. ¿Tienen futuro las ciudades medianas?

- Pueden tener un futuro positivo si encuentran su nicho en la economía nacional y mundial.

- Bilbao lo ha encontrado como polo de desarrollo tecnológico. ¿Está posicionado para ello?

- Atesora una historia industrial muy potente y ese pasado todavía tiene importancia. Es un legado de la industria que te genera una plataforma para que se produzcan las inversiones tecnológicas.

- ¿Cómo ser más atractivo que otros?

- Lo que buscan las empresas es talento, personas cualificadas, un entorno empresarial que les apoye... Las universidades y los centros tecnológicos pueden contribuir a que haya un flujo cada vez mayor de gente cualificada.

- Muchos expertos vinculan innovación y juventud, pero estamos en plena crisis demográfica.

- Hay que hacer lo mejor que puedas con la población que tienes, pero, a la vez, pensar en convertirte en un gran imán que atraiga talento.

- Parece complicado atraer talento con uno de los precios de vivienda más altos de España.

- Cuando pienso en un lugar como Bilbao... Podéis convertíos en un imán para jóvenes cualificados de habla hispana. Yo pensaría en eso y solucionaría el problema de la vivienda, que se puede hacer. Se debería dar ayudas para el alquiler a gente que se traslade durante un año o dos aquí. Eso lo hacemos en Estados Unidos constantemente.

- La carestía de la vivienda también crea desigualdades. ¿Tendremos ciudades con guetos?

- Hay varios retos: hace falta crecimiento, población cualificada, y crear empresas y empleos. Eso genera ingresos a través de impuestos que permiten mitigar esas desigualdades. Tenéis que utilizar los institutos técnicos, las universidades, y demostrar que hay oportunidades; no educar a la gente y que luego se marche. Para solucionar las desigualdades, además, hace falta un crecimiento sostenible e inclusivo.

- Ese crecimiento sostenible, a raíz de la pandemia y la guerra en Ucrania, muchos lo ven en el mundo rural.

- La metrópoli y lo rural son compatibles, juntos suman. Pero una cosa es dónde está decidiendo la gente vivir ahora y otra, dónde está la producción.

- Si algo también nos han demostrado estas dos crisis es que la producción está fuera.

- Todavía sigue habiendo una base industrial aquí. Son modelos de producción o de fabricación más pequeños, pero estamos viendo cómo están volviendo a casa muchas producciones. El futuro de fabricar nuestros productos en China o en otros países de bajo coste, parcialmente, va a seguir dándose, pero la mayor parte de la producción volverá.

- ¿Una urbe como Bilbao tiene cabida en ese mundo globalizado?

- Sí, totalmente. A veces ser pequeño es una ventaja. La gente ha oído hablar de Bilbao por el 'efecto Guggenheim', ya tienen una idea positiva de la ciudad.

- Una de sus propuestas para las ciudades del futuro es impulsar la colaboración público-privada. ¿Esas alianzas no corren el riesgo de dar a las empresas demasiado protagonismo en lo público?

- Yo tengo el punto de vista de un americano, claro. Nuestra sociedad creo que es un poco distinta. El poder siempre ha estado compartido entre lo público, las empresas y, luego, la sociedad civil. Lo que hay que ver es si cada sector realmente ejecuta sus responsabilidades. Y eso permite que se ponga sobre la mesa más capital.

- Uno de los grandes retos para las ciudades es el cambio climático. ¿Qué se les puede pedir?

- Todas las ciudades van a tener que adaptarse. Lo que ha hecho Bilbao con la movilidad ha sido algo muy innovador, en cuanto al entorno que ha generado para que la gente tenga más opciones para ir al trabajo, moverse por la ciudad. Pero se tienen que recortar las emisiones de carbono también dentro de los edificios. El sector de la construcción va a tener que ser mucho más eficiente a nivel energético y basarse también en fuentes alternativas de energía.