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Arrecia la presión sobre el Gobierno central para que cumpla sus compromisos respecto a la llegada del TAV a Euskadi. Tras una semana marcada por las nuevas dudas sobre el proyecto, Iñigo Urkullu urgió este viernes al Ejecutivo de Pedro Sánchez a «no eludir» su ... responsabilidad en las obras, especialmente en el soterramiento de las estaciones de Bilbao y Vitoria. El lehendakari elevó sus reclamaciones hasta la Unión Europea, a la que insta a que apriete las tuercas a España para culminar el plan.
La llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV) acumula tantos años de retraso como polémicas políticas. Las instituciones vascas y los sucesivos gobiernos centrales han protagonizado innumerables enfrentamientos a cuenta del trazado, los costes y los plazos de una obra inmensa que estuvo bajo el punto de mira de ETA. Esta vez, en cambio, el toma y daca que ha soliviantado a importantes representantes públicos vascos se ha originado por las declaraciones de un consejero autonómico, Iñaki Arriola.
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El titular de Transportes ya ha dejado caer que tal vez haya que abrir estaciones provisionales en caso de que el trazado esté rematado antes que el soterramiento en Bilbao y Vitoria. Ésta es una opción que no gusta a sus alcaldes, temerosos de que lo temporal acabe siendo definitivo. Tras un cúmulo de mensajes confusos y contradictorios, ahora Urkullu ha entrado en escena para recordar que la competencia está en manos del Gobierno central y debe cumplir con lo firmado: la llegada bajo superficie a las capitales vizcaína y alavesa.
Pero más allá de recordar lo acordado, el lehendakari ha querido sumar a Europa a la campaña de presión frente al Gabinete Sánchez. La UE, en realidad, viene advirtiendo en varias ocasiones de la tardanza de las obras de la red ferroviaria. Sin ir más lejos, hace justo un año su Tribunal de Cuentas avisó de que el proyecto «está avanzando más lento» de lo previsto y reclamó a todas las instituciones involucradas que «redoblen los esfuerzos para acelerar la finalización» de una red «esencial» para la conexión transfronteriza.
Urkullu aprecia que Bruselas meta prisa, pero quiere más contundencia. «No es suficiente con levantar la mano para denunciar la lentitud, debería obligar», manifestó en una entrevista en Euskadi Irratia, en la que también se refirió a la tardanza del proyecto en la zona francesa.
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El jefe del Ejecutivo autonómico basa su reclamación en lo estratégico de la 'Y vasca' como conexión del eje atlántico. «Cuando hablamos del TAV, no hablamos sólo de una red de tren entre las capitales, sino de una red para la UE», recordó. Las instituciones europeas, en todo caso, no han sido ajenas al proyecto. De hecho, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aprobó hace cuatro años una inversión adicional de 1.030 millones para la obra. Dinero extra que, entre otras cosas, garantizó la financiación para la llegada soterrada a Bilbao.
Arriola, por su parte, está un poco sorprendido ante la polémica generada por un planteamiento que él considera «de sentido común»: que se habilite una entrada provisional del TAV en Bilbao y Vitoria si es que la 'Y' vasca se termina sin estar finalizados los soterramientos en las ciudades. «No entiendo qué problema hay», dice. «Nadie ha cuestionado la integración del TAV en las capitales». De hecho, «en el Gobierno vasco ya estamos comprometidos a participar con el 25% en el coste de los soterramientos».
Así lo señaló este viernes el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes en una entrevista en Radio Popular. La tormenta política «surge de unas declaraciones mías en las que decía que, ante la eventualidad de que estuviese finalizado el trazado, pero no la integración en las ciudades, se pudiesen habilitar entradas provisionales para dar servicio» a la línea. Varios días después, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, se mostró indignado con esta posibilidad, que ve inaceptable. De fondo, lo que el regidor teme es que, como tantas veces, se cronifique la provisionalidad y el soterramiento se quede sin hacer. Así que en todo momento defendió que su única opción es el soterramiento.
En esto insistió Arriola: «Nadie ha cuestionado el soterramiento». Lo que ocurre es que esta obra tan compleja «está aún en estudio informativo». Luego llegará la redacción del proyecto, las obras... Y no hay previsión de cuándo podrá estar en marcha. «Es difícil aventurar plazos razonables en la integración» del TAV en las ciudades. Frente a esto, la plataforma de la 'Y' vasca estima que se concluirá «a finales de 2026 o en 2027». Por eso defiende «una solución provisional» para poder estrenarla. «Creo que es de sentido común», concluyó.
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