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El cambio climático sigue haciendo estragos en el litoral. El pasado domingo, 11 de agosto, la temperatura máxima del Cantábrico batió todos los récords en ... Bizkaia. La boya que Puertos del Estado -organismo dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible- tiene situada a 20 kilómetros del Abra, en aguas abiertas, alcanzó los 25,13 grados. Nunca antes se habían marcado una cifra tan elevada en este punto de Euskadi desde que existen registros, que se remontan a 2007. La baliza, que mide los grados a tres metros de profundidad, constató el nivel más alto de la historia a las cinco de la tarde.
El calentamiento de los océanos no es un fenómeno puntual, ni tampoco reciente. Expertos vascos recalcan que desde 1980 el mercurio en el agua ha subido entre 0,19º y 0,26º por década. Mientras que en agosto de 2015 la mínima era de 19,6º en aguas profundas, durante este mes no ha bajado de los 22,8 grados. A la crisis climática que azota desde hace tiempo los ecosistemas mundiales se suma que el domingo se vivió en Bizkaia una ola de calor asfixiante que incitó a que la temperatura del mar tocase techo.
El viento sur y el sol abrasador de aquella jornada elevó el mercurio por encima de los 40 grados en algunos puntos del territorio hasta que una galerna ayudó a desplomar el mercurio por la tarde. En Getxo, por ejemplo, a las 13.40 horas los termómetros superaron los 36,9 º. La jornada fue similar en Gipuzkoa. La boya que Euskalmet tiene situada en San Sebastián también sobrepasó los 25 grados entre las 12 y las 18 horas. Estos datos son, sin embargo, algo más habituales de ver que en el caso de Bizkaia, donde las corrientes del Atlántico afectan de manera más agresiva. El medidor que Puertos del Estado tiene ubicado en Pasaia llegó incluso a detectar los 28 grados el 18 de julio de hace dos años.
Aunque la ola de calor afectó a que el mar estuviese más caliente, los expertos defienden que no es un caso aislado. Aluden que el calentamiento de los océanos es un hecho que lleva sucediendo «durante décadas». El cambio climático calienta el aire y éste transfiere todos esos grados al mar. El pico máximo se suele producir entre las dos últimas semanas de agosto y la primera de septiembre, lo que hace pensar que el valor registrado el domingo podría mantenerse o incluso aumentar. «Hasta los años noventa nunca antes se habían dado temperaturas por encima de los 23 grados en los veranos cálidos, mientras que a partir de los 2000 lo raro es no encontrarse con temperaturas que rozan los 25», apunta Manuel González, oceanógrafo y técnico de investigación en Azti.
Los expertos del centro de investigación vasco constatan en base a sus estudios que la temperatura del mar se ha incrementado cerca de «0,2º cada diez años desde 1980». Además, no sólo se ha incrementado la temperatura en el agua de la superficie, sino «también en las capas más profundas». Según los datos de Azti, el 11 de agosto, a 20 metros había 16,1 grados.
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Azti advierte de que uno de los efectos más preocupantes del ascenso de las temperaturas es que el nivel del mar suba. González aclara que más de la mitad de este aumento se produce precisamente por el calor. «Con las altas temperaturas el agua se dilata y ocupa más espacio», explica. Por lo general, las previsiones hablan de que el océano crecerá cerca de tres centímetros por década. Esto quiere decir -según las predicciones del centro de investigación- que para 2050 el nivel del mar será 30 centímetros más elevado que el actual. El futuro de cara a 2100 podría sin embargo variar «si hacemos las cosas bien». En un escenario favorable, González considera que se podría llegar a observar un incremento de 50-60 centímetros. Pero si la evolución no es positiva, la crecida sería de «hasta un metro». En este último caso, «no sólo estarían en peligro playas de nuestro litoral, sino también pueblos costeros, que se verán inundados si no ponemos medios para impedirlo con anterioridad», añade el experto.
Jon Sáenz, físico de la Estación Marítima de Plentzia (PIE), apunta, según los datos recogidos a través de satélites y otro tipo de fuentes, que «la parte sur del Golfo de Bizkaia se encuentra con carácter medio, cerca de un grado por encima de lo que le correspondería en cada día del año desde mayo de 2022 hasta febrero 2024», fechas en las que ha centrado su análisis. El experto ha tomado como base la temperatura media diaria de todos los años entre 1991 y 2020 para llegar a esta conclusión.
Junto al riesgo de que el mar suba, Azti recuerda que el calentamiento del océano también provoca «la bajada de salinidad marina y la estratificación de la columna de agua que puede afectar a la productividad del océano». Sin olvidar los efectos que tiene sobre las especies. El Centro de Investigación Marina y Alimentaria alude que el cambio climático podría generar modificaciones en los movimientos migratorios de especies pesqueras como la anchoa y atún en busca de zonas más frías.
Este auge de las temperaturas del mar no es una cuestión exclusiva de Bizkaia. Es un fenómeno global que «está afectando a todo el Cantábrico», además de a otros tantos mares. En Gijón, por ejemplo, el 6 de agosto la temperatura del mar también batió récords. La boya de Puertos del Estado situada en la bahía de este municipio registró datos por encima de los 24,8 grados.
Calor sofocante
40 grados se registraron el pasado domingo en algunos puntos del territorio vizcaíno. En Sodupe incluso se superaron. Los termómetros marcaron los 44,6º, mientras que en zonas de costa como Getxo, el mercurio no bajó de los 37 durante varias horas.
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