Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En Bizkaia residen más de 2.000 personas adoptadas en otros países. La Diputación, en la primera década del siglo, gestionaba cada año «más de 300 solicitudes» de familias que buscaban un hijo fuera de nuestras fronteras. En 2006, sin necesidad de echar la vista ... más atrás, hubo 333 peticiones que se tradujeron en la llegada de 165 menores procedentes de Rusia, Bulgaria, Etiopía... Pero ese fenómeno, subrayan desde la entidad foral, está «en extinción», y este año solo se han registrado tres solicitudes y se han materializado dos adopciones internacionales.
Estíbaliz Garaizar es una de las técnicas del Departamento de Acción Social que se encarga de acompañar en estos procesos en el extranjero. Y apunta varias razones que están detrás de esta impresionante caída. La más relevante es que los países que antes tenían más niños a los que buscar un hogar «están menos abiertos» a que se vayan a otros países. «Tienen legislaciones más garantistas y han mejorado sus servicios sociales», apunta. Eso supone que, primero, intenten otras medidas de protección, como que sean acogidos por familiares o adoptados allí. «Cuando salen fuera, es una pérdida del idioma, la cultura, las raíces...», detalla.
Otro de los motivos, derivado del anterior, es que «los procedimientos se han complicado», porque lo que se pretende es «evitar la sustracción y el tráfico de menores», y hay países con los que no se ha suscrito convenio precisamente porque no pueden asegurar que las cosas se hacen bien. La institución foral trabaja con regiones en las que existe «una administración jurídica potente, capaz de investigar y confirmar que esos niños son adoptables». Vietnam e India son, en ese sentido, los países preferentes en la actualidad. Antes lo eran China, donde ahora es prácticamente imposible, y Rusia, donde no se dan las garantías necesarias.
Noticia relacionada
Alba Cárcamo
El que los trámites sean más exigentes -«hace años existía lo que se llamaba procedimiento libre y había procesos bastante irregulares», afirma- deriva en que los plazos también se hayan «alargado». «En 2008, la gente adoptaba en China en nueve meses, pero luego hemos llegado a tener trece años de espera», puntualiza Estíbaliz Garaizar. En la actualidad, suele tardar entre tres años y medio y cuatro.
Estos factores explican, sobre todo, que se haya desplomado el número de menores procedentes de otros países, pero no que, en menos dos décadas, se haya pasado de más de 300 solicitudes a menos de media docena. Garaizar y Nerea Palacios, trabajadora social encargada de las adopciones nacionales, lo achacan «al descenso de la natalidad» en general. «Tiene que haber un deseo de ser padres, y la sociedad ha cambiado», coinciden. Además, puntualizan, «con los métodos de reproducción asistida hay más probabilidades que hace unos años de tener hijos biológicos».
Insisten, en cualquier caso, en que «nuestro trabajo no es buscar niños para gente que quiere ser padre o madre; nuestra prioridad es el menor, y lo que hacemos es buscar una familia idónea para él». La adopción de niños vizcaínos, a quienes se les encuentran hogares dentro del territorio, se mantiene más estable que la internacional. Oscila entre la decena y la treintena al año. En 2022, por ejemplo, la cifra ascendió a 10 y, en lo que va de 2023, a 9, aunque habrá más procesos que culminarán en los próximos meses.
Tanto en unos casos como en otros, los padres deben asumir que los niños tienen «una historia», en muchas ocasiones «de sufrimiento». «Tienes que aceptarle como es, y también sus experiencias», precisan. Eso supone un esfuerzo extra en la crianza y los progenitores deben tener «otras capacidades». Por ejemplo, detallan, «no pueden tener la paternidad idealizada, ni expectativas muy marcadas; deben además ser flexibles y gozar de buena salud».
Ponen el acento en que haya «un período de adaptación», especialmente si proceden de otro país. «En nuestra sociedad damos mucha importancia a la educación, a que les vaya bien en el colegio y tengan amigos, pero no se les puede escolarizar desde el minuto cero», señala Garaizar. Lo que necesitan, dice, «es saber que para alguien son la persona más importante», por lo que cree que durante «año y medio o dos años» deben estar «con sus padres, conociendo el idioma y la cultura, y creando un vínculo». Si los niños son residentes en Bizkaia, la adaptación es diferente, matiza Palacios. «Se va poco a poco. Hoy se conocen un rato, otro día va a comer a su casa. Hacemos una integración progresiva para que los niños estén tranquilos y las familias adoptivas puedan gestionar sus miedos, sus inseguridades...», apunta.
Noticia relacionada
De hecho, apuestan por «las adopciones abiertas», aunque «no todas las familias están preparadas» para ellas. Los menores no son solo «su mochila» de experiencias, sino también «sus relaciones», que no se deben borrar. Los hay, razona, que «necesitan, a pesar de ser adoptados y tener una relación muy positiva con su nueva familia, mantener el contacto con hermanos, padres, y personas significativas para ellos». «Igual hay un niño al que le ha criado su abuela, que ya es mayor y no puede hacerse cargo de él, pero que se quieren, que su presencia en su vida es buena para él», ejemplifica. O casos de hermanos que «uno sale en adopción y otro permanece en un centro», y que «necesitan seguir en contacto».
En cualquiera de los casos, hay unos requisitos, «fáciles de cumplir», aunque no todos son del agrado de las trabajadoras sociales. «El límite de edad ha cambiado en perjuicio de los niños», sostiene. En los 90, la diferencia entre el progenitor más joven y el hijo podía ser, como máximo, de 40 años, mientras que en la actualidad es de 45. «Lo marca la ley, pero tenemos que pensar que, cuando esos niños tengan 15 años, sus padres tendrán 60 y deberán gestionar una adolescencia con una edad en la que son más rígidos y están más cansados», argumenta Palacios.
En su contexto
333 solicitudes de adopción internacional recibió la Diputación en 2006, año en el que llegaron 165 niños de otros países a Bizkaia. En lo que va de 2023, se han registrado 3 peticiones y han aterrizado 2 menores.
India y Vietnam, países preferentes Entre las pocas solicitudes que se tramitan, las de India y Vietnam son las más numerosas. Hace quince años, ese lugar lo ocupaban Rusia y Etiopía.
18 Son los ofrecimientos para adoptar a niños vizcaínos recogidos este año, en el que de momento 9 menores han comenzado a vivir con sus nuevas familias. El año con más interesados fue 2010, con 98, y el de mayor número de adopciones nacionales 2018, con 26.
Cambio de tendencia por las trabas Los plazos más largos y las dificultades para adoptar un menor en el extranjero propiciaron en 2016 un cambio de tendencia. Ese fue el primer año con más menores vizcaínos (22) que extranjeros (12) empezando una nueva vida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.