4.874 vizcaínos esperaron más de 3 horas para volver del hospital a casa en ambulancia

La cifra figura en la documentación que ha remitido el Departamento de Salud al Parlamento vasco en respuesta a una serie de preguntas planteadas por la popular Laura Garrido. Dentro de estas casi 5.000 personas hay casos de pacientes que soportaron demoras mucho mayores. Es el caso de María, una señora de 85 años de Basauri, con una demencia avanzada, cuyos familiares aguardaron 10 horas en el hospital de Galdakao esperando al vehículo solicitado por el médico que la había atendido. Finalmente fue su hija quien la trasladó por sus propios medios.

El informe engloba en un mismo grupo todas aquellas demoras mayores de tres horas, sin establecer unos máximos. También recoge los retrasos de menor tiempo, aquellos que van de 60 a 180 minutos. Y aquí las cifras tampoco son pequeñas. 5.278 vizcaínos con problemas de movilidad o pocos recursos soportaron esas esperas tras recibir el alta para llegar a cas. Por hospitales el que ha acumulado un mayor número de retrasos totales en esos seis meses fue el de Galdakao (4.171 pacientes), seguido de Cruces (3.854), Basurto (3.615) y Urduliz (3.127).

Salud también ha remitido otro informe al Parlamento en el que identifica más de 500 incidencias sufridas por el servicio de transporte sanitario urgente en Bizkaia y en Álava. En su mayoría se han debido a la falta de personal y han provocado que otros tantos vehículos no estuviesen operativos durante un tiempo. En algunos casos durante periodos de 12 horas.

La pasada semana el consejero de Salud reconocía que en el Gobierno vasco «no estamos cómodos» con el servicio de ambulancias que se está prestando en Euskadi por las numerosas quejas y retrasos acumulados. Es más, Alberto Martínez avanzó que la consejería cuenta con un 'plan B' por si la cooperativa La Pau decide marcharse de Euskadi, como afirman distintas fuentes del sector.

En su informe Salud indica que durante el periodo analizado se convocó una huelga indefinida, tanto en el transporte sanitario urgente como en el programado, por lo que se establecieron una serie de servicios mínimos. La cooperativa de ambulancias La Pau, concesionaria de ambos contratos en Bizkaia, asegura que «la razón fundamental» del elevado número de retrasos en los traslados de pecientes e incidencias es «la conflictividad laboral» existente en el sector.De hecho sostiene que el absentismo laboral que soporta la compañía «ronda el 35%, aunque ha habido jornadas durante el verano que ha superado el 50%». Motivo el que ha contratado a «300 nuevos trabajadores, algunos de otras comunidades, para asegurar el servicio».

Por su parte desde los sindicatos defiende que los retrasos son fruto de la «mala organización de la empresas» y de la «falta de profesionales» para cubrir puestos de los compañeros de baja o para realizar servicios en los que hacen falta varios efectivos, tal y como afirma Lucio Conde, presidente del comité de empresa.

El enfrentamiento entre plantilla y empresa es difícil de reconducir ante el clima de crispación existente. La compañía aún no ha abonado la paga extra de verano y los empleados temen que haga lo mismo con la de Navidad. Además La Pau ha recibido una multa de un millón de euros por varios incumplimientos del contrato, entre ellos ofertar ambulancias que dan servicio a Osakidetza fuera de Euskadi. El sindicato USO ha convocado para hoy a las 10.45 horas una manifestación con inicio en La Casilla y final en la sede de Salud en Bilbao.

El 8,4% de los turnos en las UVI móviles de Euskadi se quedó sin cubrir durante julio y agosto. En total fueron 55 de los 651 servicios previstos en estos meses los que no se atendieron por la falta de médicos. Estas carencias fueron fruto de las bajas sobrevenidas en aquellas semanas y de las vacaciones de la plantilla. Para que los turnos sin atender fuesen los menos posibles Departamento de Salud mejoró el precio de las horas extra para que más facultativos de las UVIs móviles extendiesen su jornada laboral. Además incorporó a nuevos médicos en ese periodo, parte de ellos MIR en los últimos meses de su formación. Según se recoge en la información que Salud ha remitido al Parlamento, a petición del PP, Osakidetza optó ante esta falta de médicos por reorganizar sus efectivos para mantener así todas las UVIs de las zonas más pobladas, por la mayor probabilidad de que se produjesen en ellas emergencias sanitarias.